Cap 43. Confianza (parte 1)

11.3K 797 173
                                        

Priscila.

—Hola papá —saludo inmediatamente toma la llamada—, bendición.

—¿De qué teléfono me hablas Priscila? —pregunta al no ser el número de Maurice que tiene registrado—, este no es el de tu marido.

—Es el mío, Maurice me dio un teléfono para que pueda hablar con ustedes cuando yo quiera —explico, escucho ruido de su lado, está en la calle y yo quiero hablar con mi madre.

—Es un buen muchacho —opina papá, mi corazón se encoge por sus palabras. No puedo negar que Maurice ha tenido buenas acciones conmigo, las últimas dos semanas en Alemania fueron un sueño, pero tampoco puedo evitar pensar en su traición, en lo decepcionada que estoy de él—. ¿Ya están en Miami otra vez?

—Si, regresamos ayer... Papá llamé porque quiero hablar con mamá, pero usted no está en casa ¿Cierto?

—Acabo de salir, no estoy muy lejos, puedo regresar si es urgente —propone, no quiero decirle que si es urgente, necesito su consejo, sin embargo quiero que vuelva—. ¿Es urgente? ¿Qué tienes?

—No es urgente —me apresuro a responder—, pero necesito sus consejos de madre y esposa, ya sabe... —No termino la frase, espero que entienda con eso que es cosa de mujeres.

—Entiendo. —Exhalo mis nervios, no quería tener que dar más explicaciones—. Estoy dando la vuelta para regresar.

—Gracias papá. —Sonrío levemente, hablar con él me levanta un poco el ánimo y debo reconocer que es gracias a Maurice, por el teléfono que me dio—. ¿Puedo hacerle una pregunta personal? —digo de pronto, ni siquiera sé que me mueve a hablar, pero necesito la opinión de un hombre y no tengo contacto con otro hombre que no sea mi padre.

—Dime —responde titubeante.

—Discúlpeme si soy atrevida, es algo que necesito saber. —Escucho su respiración del otro lado, no dice nada, por lo que me animo a hablar—. ¿Cuándo usted le faltó a mamá, se arrepintió de verdad?

—¿Por qué preguntas eso? —refunfuña del otro lado, lo imagino pasando los dedos por su bigote, como hace cuando está molesto—. ¿Maurice te faltó? —El corazón me da un vuelco por su pregunta, no soy capaz de admitirlo en voz alta para otra persona que no sea yo o mi esposo.

—Lo pregunto porque ahora que estoy casada pienso en muchas cosas y últimamente he pensado mucho en ustedes, en como ha sido su matrimonio y hay cosas que no quiero que se repitan en el mío. —Opto por evadir su pregunta, quizá estoy mintiendo por omisión de la verdad, no obstante no puedo decirle a mi papá que Maurice me fue infiel con esa mujer—. ¿Se arrepintió papá?

—Si lo hice. —Su respuesta me hace dar una inhalación profunda—. Muchas veces actué por rabia, tu madre no es la esposa que imaginé que sería y quise castigarla por eso. —Exhala con fuerza, como si le costara seguir hablando—. Ella me lo perdonó una y otra vez, incluso rezó pidiéndole a Dios que me perdonara por mis acciones, a pesar de todo siempre ha tratado de ser una buena esposa según sus creencias de lo que es correcto.

»Su actitud abnegada y sumisa era una tortura peor que las discusiones y los reproches, prefería pelear con ella y seguir manteniendo la furia, pero tu madre se encargaba de echarme un balde de fría realidad, el que fallaba era yo y quién terminaba arrepintiéndose, era yo.

—Gracias papá —susurro, sus palabras me han ayudado mucho.

—Estoy llegando a casa —anuncia—, procura no demorar mucho con tu madre, debo regresar al comando.

—No se preocupe, sólo serán un par de minutos —aseguro. Lo escucho aparcar la patrulla y bajar, aguardo a que le informe a mamá que estoy en la línea.

Boda de OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora