Cap 40. Traición (parte 2)

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Priscila.

—¿Qué hace esto en la guantera? —Levanto con dos dedos la prenda que se balancea frente a su rostro que por un segundo se ha tornado pálido.

—No-no lo sé —tartamudea—, alguien debió dejarlas ahí. Alguno de los trabajadores —agrega.

—¿Los trabajadores tienen los autos a su disposición? —No me ha parecido que alguno tome un vehículo, el único que los maneja es Maurice, Dedrick y Aneka no salen de la casa.

—Quizá alguno lo tomó para ir a dar una vuelta e impresionar a una chica. —Arrebata las bragas de mi mano y vuelve a arrojarlas dentro de la guantera—. Ya hablaré con ellos mañana antes de irnos, para que no vuelva a hacerlo.

—No encontré papel —digo recordando el motivo por el cual abrí el compartimento.

—No importa, te ves hermosa. —Da un beso brusco a mis labios y luego abre la puerta de su lado para bajar y darle las llaves al chico del valet.

Abre la mía, toma mi mano y me ayuda a bajar. Entramos en el almacén el cuál por ahora se encuentra semi vacío, ha desaparecido la mayor parte de la ropa y solo se ven algunos cuantos trajes en exhibición en los maniquíes. Hay una alfombra que conduce hacia la planta baja, al Show Room.

Al bajar descubro que ya está lleno de gente, mucha de la cual se aproxima a saludar a Maurice, casi todos hablan en alemán, algunos cuantos en inglés, sea cual sea su idioma no entiendo nada de lo que dice y sólo saludo y sonrío como me ha enseñado él que haga.

También hay periodistas, no tantos como en el Premiere o en la rueda de prensa pero hay una buena cantidad que le toman fotos, él me mantiene pegada a su lado como en la alfombra roja y poso junto a él para las cámaras. El primo de Maurice sube al escenario y entonces todos tomamos asientos y guardamos silencio mientras él habla en alemán, Maurice traduce algunas de las partes para mi.

El desfile empieza, primero va la sección de caballeros, hay modelos muy guapos y casi tan altos como Maurice desfilando a lo largo de la pasarela, llevando esos elegantes trajes como los que él usa, con un aire casual y juvenil y otros muy formales.

Luego es turno de la sección de mujeres, me asombro de ver a las modelos, tan altas y delgadas llevando los diseños de mi suegro, yo que me creía demasiado alta y creo que aquí hay chicas que lo son más que yo.

Al finalizar la pasarela Maurice sube a decir unas palabras en representación a su padre, el diseñador de la colección y que no pudo estar presente por cuestiones de salud. Luego de eso comienza un coctel para los invitados, la mayoría empresarios de cadenas departamentales y las modelos se pasean entre ellos para que puedan apreciar de cerca los diseños y materiales, me explica Maurice.

Una mujer se acerca a saludarlo, lo noto tenso cuando ella aparece de repente frente a nosotros, sin saber de dónde salió. Es muy bonita y sensual, su piel es muy blanca y los ojos grises casi parecen plateados.

Su melena negra contrasta con el color de su piel y ojos, su cuerpo es algo digno de admirar por sus curvas pronunciadas y la pequeña cintura, es alta, aunque no tanto como yo, quizá unos diez centímetros más baja pero no deja de verse muy bien, debe ser una modelo también porque tiene el mismo porte arrogante que manejan, el que también tiene Maurice.

Hablan en inglés, él no se ve contento de saludarla y varias veces intenta deshacerse de ella hablando con otras personas pero la mujer no parece querer alejarse. Algunos fotógrafos se acercan para pedirnos más fotos, por algún motivo también quieren que la chica de ojos grises pose con nosotros y lo hace, Maurice en medio de las dos y nosotras a cada lado, lo que no me deja un buen sabor de boca.

Boda de OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora