004

4.3K 425 182
                                        


Los pantalones por obvias razones me quedaban grandes, mucho más que la camisa, y esto al verme al espejo me hizo reír, me veía ridículamente inexistente entre toda esa tela.

— ¿Por qué tienen ropa tan grande? — dije mirándome en el espejo, moviéndome de lado a lado.

— La ropa grande es más cómoda. — responió Heeseung, mirándome con esa sonrisa que hasta el momento, no se desaparecía de sus labios.

— Es cómoda, sí, pero no cuando te queda como tres veces tú. — observé a todos dentro de la habitación, mirándome algo divertidos. — ¿Ustedes acaso no tienen una fiesta allá abajo?

— La persona que queríamos que viniera está acá, los de abajo no importan. — Jake se agachó frente a mí, y comenzó a arremangar el pantalón.

— Yo puedo hacerlo sola, muchas gracias. — sonreí evidentemente nerviosa y echándome hacia atrás.

Jake tomó mi cintura y me volvió a acercar hacia él. Mi corazón estaba latiendo muy rápido, necesitaba salir de ahí. De manera rápida y desordenada arremangué yo misma el pantalón y me acomodé el cabello una, dos, tres veces hacia atrás de mis orejas.

— Mañana prometo devolverles la ropa, muchas gracias por prestarme esto y por...— pensé por un momento sobre qué agradecer, no me habían ofrecido de comer, tampoco de tomar y no me habían invitado formalmente a esa fiesta. — Sí, gracias por prestarme esto.

Tomé mi ropa en mis manos y caminé hacia la puerta.

— Moon Minah, no puedes irte sin tomar nada. — Heeseung captó mi atención, como si hubiese leído mis pensamientos.

— No, muchas gracias, estoy bien así.

— Toma, no seas modesta. — sunoo me ofreció un vaso con un líquido rojo. ¿sirope? ¿ponche de frutas? ¿sirope con ponche de frutas?

Tomé el refresco de dudosa procedencia en mis manos y entrecerré mis ojos acercando mi nariz al vaso.

— ¿Cómo sé que no le echaron nada? No es por ser mala, pero, no puedes simplemente aceptarle una bebida a un desconocido. — intenté sonar lo más amable posible.

— Es comprensible, tranquila. Si quieres ese vaso me lo tomo yo y te servimos otro. — jungwon tomó la bebida en sus manos.

— ¿Y cómo sé que no era parte de su plan que yo rechazara el primero? —todos sonrieron, esa sonrisa que haces cuando te sientes orgulloso de alguien. Me sentí intelectual.

— Eres bastante inteligente. Pero minah, en caso de querer hacerte algo, ya lo hubiésemos hecho. No quiero tener que recordarte que somos siete, tú una, y todos estamos solos y encerrados en una habitación. — niki se sirvió un poco de refresco, que provenía de un pichel del que no tengo ni idea de dónde salió.

Tragué grueso, y miré a los lados, tenía razón, solo estaban ellos y yo.

— Igual, no te preocupes, lunita, si no quieres no es necesario que la tomes. — sunghoon me sonrió con amabilidad.

Apreté mis labios y me sentí culpable, no quería aceptar el hecho de que sí confiaba en ellos, pero tampoco quería rechazar su refresco.

— Yo me sirvo, y uno de ustedes se toma la mitad, ¿vale? Si en cinco minutos sigue normal, me la tomaré.

— Perfecto. — respondieron al unísono.

Pacientemente y con algo de vergüenza los vi disfrutar de la bebida, se veían tranquilos y para nada apresurados, hasta quisieron sacarme conversación, sin embargo, una sensación extraña comenzaba a recorrer mi cuerpo.

blue blood | enhypenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora