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(Capítulo largo)

Estaban completamente rodeados, no había ni un solo lugar al que podían huir.

Minah logró divisar a Serenya en uno de los extremos, justo a las orillas del lago. Sus palmas giradas hacia arriba, sus ojos cerrados y sus labios moviéndose en lo que parecía un conjuro.

De repente esta abrió los ojos y con una sonrisa dibujada en su boca, miró fijamente a su hija.

"¿Acaso lo olvidaste?"

Minah escuchó esa voz dentro de su cabeza.

"Yo soy la luna."

De repente, todos los enemigos que los rodeaban, corrieron en su dirección.

—Tengo que llegar a ella... —Minah miró a Jungwon fijamente.

—Hazlo —Sunoo tomó su mano, mostrándole seguridad—. Nosotros cuidaremos tu espalda.

Minah asintió con su cabeza y se echó a correr.

Se acercaban a ella con rapidez, pero de la misma forma eran echados abajo.

Tres de los chicos corrían frente a ella y el resto atrás, derribando cualquier enemigo que se acercara.

Pero se hacía cada vez más difícil, no se acababan.

Un grupo de los atacantes se acercó sin aviso a Jay, quien cayó derribado sobre la capa gruesa de hielo.

Dos de ellos pisaron sus manos, haciéndolo gritar.

Un tercero tomó su rostro con fuerza, comenzándolo a girar, con la total intensión de torcer su cuello.

Jay aprovechó la fuerza que ejercían las pisadas de los adversarios sobre sus brazos e impulsó sus piernas hacia arriba y atrás, logrando envolver el cuello de quien sostenía el propio entre sus tobillos y jalándolo de forma que su espalda impactara contra el suelo.

Rápidamente, sus manos tras haber sido liberadas, sacaron dos cuchillas de sus bolsillos y las clavó sin pensar en las piernas de aquellos dos, quienes cayeron entre quejidos al suelo.

Tomó una espada del suelo y con agilidad la pasó justo por los cuellos de los tres enemigos, inmovilizándolos y acabando con ellos de inmediato.

Así mismo luchaban los otros seis, mientras Minah hábilmente se escabullía entre las peleas y corría lo más rápido que podía hacia Serenya.

La logró divisar, seguía de pie en el mismo lugar, pero de pronto, ya no estaba.

Minah se detuvo un segundo, buscándola con su mirada, ahora yacía en otro extremo, aun viéndola.

Decidió ahora correr en sentido contrario, intentando alcanzarla, pero, en un parpadeo, volvió a desaparecer.

—¡Mierda! —gritó exasperada.

Sintió un impacto en su espalda que la llevó al suelo.

Se intentó recomponer y miró de reojo a su contrincante, este maniobraba la espada de forma juguetona, como si celebrara una victoria que aún no había sido cantada.

Minah se dio la vuelta rápidamente e impactó su talón contra la muñeca, ajena, consiguiendo que la espada cayera lejos.

De un brinco se puso de pie.

Pero ahora había dos más acechando su espalda.

Minah miró fijamente los ojos de quien yacía frente a sí.

Era raro que siguiera manteniendo esa mirada triunfante a pesar de haber sido despojado de su única arma de combate.

Y fue ahí cuando notó, a través del reflejo de sus oscuros ojos, las dos figuras que se acercaban con lentitud, dispuesta a derribarla.

blue blood | enhypenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora