030

2.1K 191 122
                                        

— narrador omnisciente:

— ¿Por qué no obedeciste cuando te lo dije? — la voz de la Reina Luna hacía eco dentro de la cabeza de Minah, quien no hacía más que ver un punto fijo en el lugar, del cual habían desaparecido los chicos en un destello. — Te estoy hablando, Naeva. — la mencionada volteó con lentitud su cabeza hacia la mayor. — No me mires así, hija, tu destino no es mi culpa. — sonrió cínicamente y comenzó a caminar.

Minah sintió un fuego arder en la palma de su mano, fuego que se expandió por su cuerpo, encontrando su centro en su pecho. Corrió con furia hacia la Madre Luna y se abalanzó sobre su cuerpo, la mayor cayó sobre el suelo por el impacto al mismo tiempo que gritaba al sentir las manos de Minah sobre sus brazos, ardía, quemaba como la lava hirviendo de un volcán.

Rápido tomó consciencia y empujó a Minah lejos, con tal fuerza que el aire le fue arrebatado a la menor. Esta aferró sus manos a la arena bajo estas, mientras tosía y sentía el característico sabor metálico de la sangre alojarse en su boca. Se levantó con debilidad y caminó hacia la Reina Luna.

— Yo no soy tu enemiga, Naeva, soy tu madre. Y los hijos siempre obedecen a sus padres. — vio a Minah acercarse sin decir una sola palabra.

La menor una vez estuvo frente a la que se hacía llamar su progenitora, le escupió. El rostro y vestido de la diosa quedaron manchado de pequeñas gotas de sangre. Moon Minah rió, sus dientes estaban teñidos de rojo, el mismo rojo que decoraba a la ajena.

— ¡Maldita mocosa! — esta se intentó quitar las manchas de sangre de su rostro. — ¿Tienes idea de lo que estás provocando? ¿¡Cómo te atreves a hacerle esto a tu propia madre!?

Recibió un impacto en su mejilla, seguido de un dolor agudo. Minah había pasado sus uñas por la piel ajena, dejando cuatro líneas disparejas y dolorosas sobre esta: — Deja de llamarte mi madre. — dio un paso más al frente. — Las madres protegen, no amenazan ni lastiman a sus hijos.

— Así que por eso actúas así... — las heridas de su mejilla se cerraron justo frente a los ojos de la más baja, sorprendiéndola. — ¿Quieres ver de lo que soy realmente capaz?

Enredó sus dedos en el cabello de Moon Minah, y comenzó a caminar mientras la arrastraba. Nicholas la miró y corrió hacia la deidad, colocándose justo frente a ella.

— Mi señora, no tiene que hacerlo. — el tono de su voz daba indicio de saber qué planeaba hacer la adversa. — Por favor deténgase, es su hija.

— ¿Quién te crees para meterte? — con un movimiento de su mano y sin tocarlo, lo empujó lejos. — Eres solo un sirviente, conoce tu lugar.

————————————————

— ¿Están seguros de que esto es una buena idea? — Sunoo preguntaba mientras observaba la fortaleza del Oráculo a lo lejos.

— Las cosas se salieron de control, Kim Sunoo. — Heeseung respondió sin siquiera mirarlo. — ¿O tienes una mejor idea?

— No es necesario que actúes así, Lee Heeseung. — regañó Jungwon. — Las decisiones de Moon Minah no son nuestra responsabilidad... — acto seguido suspiró, mientras la chica mencionada se alojaba en sus recuerdos.

— No es nuestra responsabilidad, pero sí nuestra culpa, todo esto empezó por nosotros...y ella actúa así porque está herida... — Sunghoon llevó su vista al cielo, intentando apaciguar el sentimiento.

— ¿Ya te olvidaste de Riki? — Jay tomó el cuello de la camisa ajena con sus dedos. — ¿Te olvidaste cómo intentó una y otra vez matarnos? No se mostró arrepentida ni un segundo...

blue blood | enhypenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora