blue blood | enhypen

001

Salí del instituto dos horas más tarde, esto debido a que tenía que cumplir con horario y quedarme a clases extracurriculares. Sentía mi cabeza latir, eran ya pasadas las seis de la tarde y el uniforme me generaba comezón.

Me senté con flojera en la parada de bus, apoyé mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos, relajándome un poco, eso hasta que uno, o más bien tres chicos comenzaron a charlar fuertemente a mi lado.

Abrí mis ojos, y en ese instante ellos se silenciaron. reinó un silencio rotundo, mi mirada se pasó por sus uniformes, aún llevaban uniformes, de dónde eran, quiénes eran, y por qué me miraban con tanta intensidad.

— Disculpanos, no era nuestra intención despertarte. — exclamó el chico con el piercing en el labio inferior, que a mi parecer era atractivo.

— Yo...yo no estaba durmiendo, solo estaba descansando los ojos.—respondí algo nerviosa, era ciertamente intimidante estar en la solitaria calle con tres chicos que me miraban de una forma poco convencional.

Ellos rieron con suavidad. el silencio incómodo volvió, el tiempo se estaba pasando muy lento, los buses nunca tardaban tanto en llegar, y cada vez me sentía más atemorizada. No era tan tarde, y ningún auto se veía por la autopista, parecía que los únicos vivos éramos nosotros tres, y eso me aterraba de alguna manera.

Mientras divagaba por mis pensamientos llegó un bus, me emocioné hasta que vi el letrero, no era mi transporte correspondiente, pero sí el de ellos. los tres me miraron nuevamente -no es como que lo hayan dejado de hacer- y entraron al bus.

Llevé mi mirada a donde dos de ellos estaban sentados, había una libreta con un sobre dentro, inmediatamente reaccioné, aún había tiempo para dárselas.

— ¡Oigan, oigan! — el más bajo me miró, me tranquilicé al notarlo. — Esto es de ustedes, lo dejaron ahí, toma. — el bus comenzó a avanzar, y yo junto con él comencé a correr. — ¡Señor! ¡Detenga el transporte! ¡señor! — no me escuchaba, nadie lo hacía.

Los tres se giraron a verme al compás, yo iba trotando al lado del bus, en su ventana, y ellos simplemente me miraron con una sonrisa poco común, el chico del piercing pasó su pulgar por sus labios y me miró fijamente, así hasta que el bus aumentó su velocidad y yo dejé de correr.

¿Por qué no detuvieron el autobús? ¿Por qué me miraban como si corriera sin razón? Caminé de vuelta, exhausta, y de inmediato noté como la calle se comenzó a inundar de autos, me sentía extraña y algo susceptible.

Miré el otro autobús llegar, volví a correr, tomé mi mochila y tomé el transporte. Me senté, aún agitada, jugueteando con la libreta ajena entre mis manos, de esta cayó un sobre e inmediatamente lo tomé, divagué entre abrirlo o no, la libreta estaba vacía, solo tenía unos nombres apuntados en la parte interna del lomo.

Abrí el sobre, una pata de conejo algo seca tocó mi mano, solté un chillido, y de mi mano cayeron las cosas, me limpié con desespero, siempre me perturbó la idea de ver animales muertos -o cualquier cosa en realidad-. Me incliné para tomar la pata y el sobre, que aún contenía algo más, tenía un anillo dorado con piedras preciosas de color rojo, me sentí atraída inmediatamente por este.

Sin generalizar, el anillo parecía de dama, así que se me vino a la mente que este sobre quizá era un regalo. Algo perturbador por un lado, pero algo cautivador por el otro. Terminé de sacar lo que había, un pañuelo que en el borde llevaba bordado siete letras, y un papel de cartón que parecía una invitación.

En efecto, era una invitación a una fiesta, y eso me confirmó la idea de que quizá este sobre iba para alguien más, y que posiblemente era un regalo. El instinto de ir a la fiesta me atrapó por completo, era una buena idea, después de todo, no sabía cuándo iba a volver a verlos, o si siquiera eso iba a pasar, así que, llegando a mi hogar, tomé la decisión de que iría a la fiesta, entregaría lo que no me pertenecía y me devolvería.

Ojalá todo hubiese sido tan simple como lo pensé y tan fácil a cómo empezó.

24052021