— minah's pov:
Desperté completamente desorientada, y con un dolor inquietante en el cuello. Me senté sobre la cama, intentando recordar cómo había llegado a aquí. Por las paredes reconocí que estaba en mi habitación de la cabaña, pero en mi mente no había recuerdos, todo estaba negro.
Me dirigí al espejo del mueble, en mi cuello se veía una gran mancha roja que pronto se volvería un enorme moretón. Ya me comenzaba a inquietar el asunto de despertar siempre en lugares diferentes cuando se trataba de ellos.
Recordé cómo se portaron cuando estaba hablando con Nicholas, y el solo hecho de ver de nuevo sus miradas en mi mente, me generaba escalofríos. Algo en ellos no me cerraba, y ya era la tercera vez que aparecía sin contexto en un lugar diferente.
Envolví el llavín de la puerta con mi mano, pero antes de que yo hiciese el movimiento, esta se abrió justo frente a mis ojos, golpeándome la nariz.
— ¡Mierda! — cerré mis ojos con fuerza. No escuché nada ni nadie, por ende, abrí nuevamente mis ojos, topándome con Heeseung de frente, estático y mirándome de una forma muy incómoda. — ¿Qué te pasa?
Di un paso al frente, con la intención de pasar por su lado, al ver como lo único que hacía era guardar silencio y mirarme fijamente. Este envolvió su mano en mi brazo haciéndome parar en seco.
— Quédate quieta. — fruncí mi ceño al escucharlo, su voz sonaba profunda y dominante. Intenté zafarme, él aferró más su mano a mi brazo.
— ¿Qué estás haciendo? — puse mi mano sobre la de él, para que suavizara su agarre.
— Entra de nuevo. — me movió justo frente a él, estábamos bajo el marco de la puerta.
— ¿Por qué voy a hacer eso? ¿Quién te crees? — me comenzaba a sentir algo molesta y mi brazo se sacudía bajo su mano.
— No era pregunta, Moon Minah. Te dije que entres. — sus ojos viajaron por mi rostro, terminando en los míos.
Pero había un problema, esos no eran los ojos de Heeseung. Estos eran de un color gris claro, y su pupila lejos de ser circular, era una línea horizontal.
Dio un paso al frente, haciéndome retroceder a su ritmo. Cerró la puerta tras de sí, y con su pulgar colocó el seguro.
— ¿Qué le pasa a tus ojos, Heeseung? — su forma de actuar en este momento me estaba haciendo temer.
— Yo hago las preguntas aquí. — me soltó. — Siéntate.
Pude gritar. Pude correr. Pude golpearlo y huir. Pero no lo hice.
Me quedé de pie frente a él, firme. Porque no iba a permitirle tratarme así.
— Hice una pregunta, Lee Heeseung.
Guardó silencio. Mirándome fijamente, de nuevo. Sus ojos cada vez formaban una incógnita más grande en mí.
— Y yo te dije que te sentaras. — dio un paso al frente, yo uno hacia atrás.
Dio otro al frente, yo otro hacia atrás. Dio uno más, mis piernas chocaron con el borde de la cama haciéndome sentar. Él se colocó de cuclillas frente a mí, justo frente a mis piernas.
— Dime todo lo que sepas. — fruncí mi ceño ante su orden. — Repite todo lo que dijiste hace unas horas.
— ¿De qué estás hablando? ¿Qué dije? — él se levantó ante mi respuesta.
Delineó con su índice mi quijada, movió mi cabeza mirando mi lastimado cuello: — Te lastimaste el cuello, pero no reaccionaste, ¿por qué? — fruncí mi ceño, iba a responder, pero él acercó milimétricamente su rostro al mío. Sus ojos habían vuelto a la normalidad. Él no.

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blue blood | enhypen
Fanfiction¿La vida de Moon Minah habría continuado siendo la misma si no hubiese asistido a esa fiesta? Todo inició con una invitación, y casi termina con más de una vida. Las mentiras son como una enorme bola de nieve, no la escuchas, y cuando la ves venir y...