blue blood | enhypen

037

— Riki's pov:

No es por sonar desesperado, pero había estado soñando con este momento durante mucho tiempo, y el hecho de que Minah no me rechazara no iba más allá que de mis más fantasiosos sueños...hasta ahora.

Y puede que suene un poco tarado de mi parte, pero muchas veces no escuchaba lo que decía por ver sus labios, siempre tan lindos, tan redonditos y envidiando a Jay, Heeseung y Jake por haberlos podido probar.

Pero ya nada me importaba, estaba besando a la que yo consideraba el amor de mi vida, así que estaba listo para morir en paz.

Ella había tardado unos segundos en reaccionar, y pensé que en cuanto se diera cuenta de lo que pasara, me golpearía y me mataría por fin, pero no fue así, sus manos subieron hasta mi cuello, y podía sentir cómo se ponía de puntitas para poder besarme.

En un punto intenté alejarme por falta de aire, sin embargo, ella hizo un sonidillo y aprisionó mis labios con decisión, no pude evitar sonreír en medio del beso, y menos podía evitar que mi corazón se quisiese salir de mi pecho.

¿Era siquiera posible que me pudiese enamorar más de Moon Minah? Creo que la respuesta siempre sería sí.

Escuché unos pasos tras de mí, y antes de que pudiese reaccionar una mano se aferró a mi hombro, separándome de golpe del amor de mi vida y haciéndome chocar con un árbol.

Era increíble que de todos los otros que podían encontrarnos, justo tuvo que ser el roba novias de Nicholas.

—¿Eres idiota? —se mostraba evidentemente furioso, mientras yo intentaba recomponerme del golpe—. ¿No te dijeron los demás sobre el acuerdo? ¿Acaso quieres ponernos en peligro a todos? —se puso de cuclillas frente a mí e hizo del cuello de mi camisa un puño, zarandeándome con fuerza—. ¿¡Si quiera eres consciente de lo que acabas de hacer!? ¡Todo se puede ir a la m—

La patada de Minah en el torso de Nicholas lo interrumpió sin previo aviso, logrando que perdiera el balance y cayera sobre el suelo, como acto seguido, enredó sus dedos en el cabello de este e hizo que la mirara.

—A él no lo vuelvas a tocar nunca más —jaló más el cabello ajeno, logrando un quejido como respuesta—, claro, a menos que aprecies muy poco tu vida —lo soltó con desdén y se situó a mi lado, extendiéndome la mano—. Creí que esa herida en tu pecho te había enseñado lo que te podía pasar si siquiera les respirabas cerca. Que audacia la tuya de lastimarlo frente a mis ojos.

Creo que me enamoré otra vez.

Me estaba protegiendo. ¿Acaso podía ser más perfecta? ¿Quién se creía para hacer mi corazón latir de esta forma?

Tomé su mano y me levanté. No quería soltarla, todo lo que hiciera con ella se sentía como estar en mi hogar.

Ella me hizo un gesto como si preguntara cómo me sentía, y besé su frente indicándole lo bien que estaba.

—Me apena decir esto, pero, el metiche este tiene razón —susurré. Su ceño se frunció y su mano apretó con fuerza la mía, como si supiera lo que haría a continuación. Coloqué mi otra mano sobre la suya, envolviéndola—. No diré que no debí aparecerme frente a ti, porque ambos sabemos que ser prudente no es lo mío —ella rió—, pero creo que lo mejor que puedo hacer por ti, es irme.

—No —respondió escueta.

—Si no me escuchas a mí, al menos hazlo con él, que por primera vez está diciendo algo inteligente —Nicholas se levantó y cayó de nuevo al suelo con tan solo un movimiento de la mano de Minah.

—¿Cómo hiciste eso? —la miré con una sonrisa y ella me miró de la misma forma, orgullosa.

—Aunque me caigan mal, creo que me han enseñado bien —miró de reojo a Nicholas, que por segunda vez se intentaba levantar, fallido de nuevo, unas raíces salieron del suelo y se aferraron a sus tobillos, haciéndolo caer otra vez.