El oráculo les contará una historia...
Hace algunos miles de años, cuando la tierra no tenía nombre, el tiempo no tenía cuenta, y la existencia humana no era más que un polvo deambulante en medio del universo, existió una gran jerarquía.
La Jerarquía de las Constelaciones.
La leyenda dice que, se asignaban dioses a cada constelación, a cada planeta, a cada mundo dentro del multiverso. Había un ser supremo desconocido pero existente, que asignaba los roles.
Los planetas, constelaciones y mundos tenían guardianes temporales, quienes se encargaban de regirlos con bondad y responsabilidad, hasta que la línea de sucesión siguiera su curso. Cuando su tiempo terminara, cederían el poder al siguiente en la línea.
Pero hubo un problema, un problema que nadie previno. La codicia. La codicia encarnada en una joven de aspecto suave y de una belleza inmaculada. ¿La avaricia podía tener un aspecto? ¿El rostro de la codicia ocasionaría estragos en medio de las estrellas?
Nadie sabía.
Nadie lo supo.
Serenya era -o es- su nombre. Parecía que brillaba. Parecía que iluminaba todo a su alrededor. Su piel pálida como el planeta al que había sido asignada, pero dentro de sus ojos había fuego, el ardiente y asfixiante fuego que aparece cuando alguien quien nunca ha tenido poder, lo toca con la yema de sus dedos.
El ser supremo escondido entre las estrellas e invisible ante cualquier mortal, cayó, se dejó enredar entre los delgados cabellos azabache de Serenya, se dejó consumir por las llamas de sus ojos, y dejó que la existencia de la codicia encarnada, hiciera estragos en la suya. Ese fue su acto de amor, dejarse consumir, dejarse asfixiar, permitirse desaparecer.
Serenya era destructiva. Serenya tenía un corazón de piedra, o quizá, ni siquiera tenía uno dentro de su pecho. Él le cedió su poder como muestra de su amor, y a cambio, ella le pagó con la muerte.
"Tu error fue amar a la persona incorrecta, o creer que el amor era la fuerza más poderosa."
No lo amaba pero...¿Por qué dolía tanto verlo desaparecer entre sus brazos?
Serenya hizo suyo el poder. Mató a todos los seres que por sucesión reinarían en la luna cuando su tiempo acabase.
"Soy la luna a partir de ahora. Rueguen ante mí. Supliquen piedad. Llenen sus rodillas de sangre al hincarse sobre las piedras en busca de mi bondad."
Y fue así como su gran reinado oscuro, comenzó.
Los dioses nacían de las estrellas que el ser supremo escogía. Serenya era una estrella brillante y escondida, a la cual, cuando se le otorgó la vida, no se vio satisfecha con lo obtenido.
Serenya ocasionaba muertes dentro de todos los mundos existentes. Disfrutaba de las plegarias incesantes que los humanos hacían en las noches de luna llena, rogando por piedad, rogando por amor, rogando por una vida, rogando por su vida. Los escuchaba llorar, y los escuchaba callar.
No importaba cuantos dioses quisieran acabar con su reinado, no podían, ella era fuerte, ella era el nuevo ser supremo.
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Olcán una vez fue una verdadera utopía. El lugar más bello, reluciente, brillante y lleno de vida.
En uno de esos momentos en los que Serenya caminaba por los soleados caminos, entró en la que hoy es la fortaleza del Oráculo, mi hogar, en ese tiempo estaba abierto a todos los que quisieran visitarlo, dioses, habitantes, seres de otros mundos tenían una libertad que pronto fue privada.
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blue blood | enhypen
Fanfic¿La vida de Moon Minah habría continuado siendo la misma si no hubiese asistido a esa fiesta? Todo inició con una invitación, y casi termina con más de una vida. Las mentiras son como una enorme bola de nieve, no la escuchas, y cuando la ves venir y...