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capítulo treinta y cinco.
🕷▮⤷ᴀɴsɪᴇᴅᴀᴅ
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Sheba realmente no sabía en que momento se habían complicado tanto las cosas. Quizás todo empezó desde el momento en que conoció a esos cuatro jóvenes durante el examen de cazador; ellos ganaron rápidamente su afecto, pero ahora parecía que todo estaba destinado al fracaso. Lo más desalentador era que la situación aún no había llegado a su fin.Frente a ella, Gon y Killua permanecían encadenados delante de una roca. Cuando entró al hotel donde sus demás hermanos estaban, y los vio de rehenes, casi sufre un infarto. Era evidente que ese par tenía un imán para los problemas. En ese momento, comprendió finalmente que no importaba cuánto intentara mantenerlos al margen de los conflictos, siempre encontrarían la manera de involucrarse.
Gon observó con preocupación el rostro de Sheba. La chispa que siempre la caracterizaba no brillaba como de costumbre. Era evidente que su amiga estaba sufriendo.
Minutos antes de llegar a la guarida del Ryodan, Sheba les había comunicado con una mirada que esta vez no podría ayudarlos a escapar. Después de eso, evitó cruzar miradas con ellos.
Pakunoda se había dirigido a encontrarse con Kurapika para negociar el intercambio de rehenes. La ansiedad se apoderaba de Sheba, provocándole una profunda sensación de náuseas. Detestaba cómo se estaban desarrollando los acontecimientos; temía que después de todo esto, ya no pudiera mirar a los ojos a ninguno de sus seres queridos, eso incluía tanto a los miembros de la araña como a sus amigos.
Después de un lapso de tiempo, Pakunoda regresó con las condiciones que Kurapika había estipulado para llevar a cabo el intercambio. Su semblante mostraba determinación, como si llevara consigo el peso de las negociaciones que habían tenido lugar en las sombras.
—¿Realmente espera que aceptemos sus condiciones y ya?— Phinks se cuestionó hastiado. —Dinos dónde está, Paku. Mataremos a los niños y nos encargaremos del bastardo.
—¿Insistes Phinks?— cuestionó Machi poco sorprendida.
—Si, por supuesto. Si no nos dices, no te irás.
—Me niego a decirles algo. Y me llevaré a los niños yo sola, fin del asunto— decretó Pakunoda. —No interfieran.
La preocupación se reflejó en la mirada intensa de Gon hacia su amiga rubia, quien temblaba levemente ante la conversación de sus hermanos. Aunque estaba completamente atento a lo que se discutía, su atención no dejaba de dividirse entre los intercambios verbales y la preocupación por su compañera.
—¡Vete al diablo, si alguien está interfiriendo eres tú!
—Hazlo Pakunoda, podremos detenerlo no te preocupes— aseguró Machi.
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𝐒𝐇𝐄𝐁𝐀┃𝗵𝘅𝗵
Hayran Kurgu𝐒𝐇𝐄𝐁𝐀┃La aventura en la que Gon se emprendió le permitió conocer personas nuevas y maravillosas, entre ellas a Sheba. Aquella tierna chica rubia de personalidad efusiva y divertida ¿Quién pensaría en todos los secretos que guardaría consigo? a...