𝟑𝟖┃𝙎𝙀𝙈𝙄𝙇𝙇𝘼

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capítulo treinta y ocho.
🕷▮⤷ɴᴀᴄᴇ ᴜɴ sᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏ
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En la quietud de la madrugada, las estrellas destellaban con una intensidad casi mágica sobre el firmamento

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En la quietud de la madrugada, las estrellas destellaban con una intensidad casi mágica sobre el firmamento. Sheba, sumida en un estado de serenidad, mantenía los ojos cerrados mientras una brisa fresca jugueteaba con su cabello, atado con simpleza. La lluvia había cesado, dejando tras de sí únicamente el aroma embriagador de la tierra mojada. Una suave cobija abrigaba sus hombros, proporcionándole un reconfortante calor.

Tras una conversación liberadora con sus amigos, Sheba sentía como si un gran peso se hubiera levantado de sus hombros. Siguiendo el consejo de Leorio, se había tomado un baño para evitar resfriarse, y ahora lucía una prenda prestada de sus compañeros. Ahora, en un estado de relajación plena, se recostaba sobre el barandal del balcón, contemplando la luminosa presencia de la luna. Para algunos podría parecer trivial, pero para ella, la luna era una compañía reconfortante. Sin embargo, su sorpresa alcanzó nuevas alturas cuando una tercera presencia se unió a ella en el balcón.

Killua se aproximaba lentamente, sumándose silenciosamente a la compañía nocturna.

—Hola— un simple saludo escapó de sus labios.

—Hola— Sheba respondió con la misma sencillez, mientras un breve silencio se adueñaba del ambiente.

—¿Esa es mi ropa?— inquirió Killua, señalando la prenda que Sheba lucía.

—Sí, Leorio me la prestó porque la mía estaba empapada —explicó Sheba, con una leve preocupación en su voz—. ¿Te molesta?

Killua la observó por unos instantes antes de responder, desviando lentamente la mirada.

—No, en realidad no —respondió, sintiendo un extraño revuelo en su pecho.

—¡Qué bien, porque no planeaba devolverla! —exclamó Sheba con una sonrisa—. Tienes ropa muy cómoda.

La sensación extraña en el pecho de Killua desapareció rápidamente, siendo reemplazada por una leve irritación.

—Ah, sí, claro —rió Killua, aunque sin demasiado humor.

Decidiendo cambiar el tono de la conversación, Killua adoptó una expresión más seria.

—¿Qué piensas hacer de aquí en adelante? —preguntó, desviando brevemente su mirada hacia Sheba antes de volver a perderse en el cielo nocturno.

Sheba contempló la pregunta con seriedad, mientras una brisa fresca acariciaba su rostro con suavidad.

—Esa es una buena pregunta..— inhaló profundamente antes de responder con determinación —Aniki me dio una oportunidad para vivir. Es hora de aprovecharla. A partir de ahora, viviré según mis propios términos, y lo que deseo en este momento es seguir a Gon —declaró Sheba con firmeza.

 𝐒𝐇𝐄𝐁𝐀┃𝗵𝘅𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora