Mi primer día en Alemania.

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No quería despertar, no por tendencias suicidas, más bien sería por dormir de nuevo en esos brazos, en esos brazos fuertes y protectores que cuando te abrazan crees que no puede pasar nada mal. Pero, ¿Qué tanto dura la felicidad?.

Ésta mañana me despedí de Ángel y Kev, ambos me acompañaron hasta la empresa donde mi jefe me esperaría para ir al aereopuerto.
Él estaba muy elegante, para ser tan temprano creí que lo vería en pijama, vamos es Christian Grey él no puede permitirse dejarse ver en fachas, aunque me alegró la vista con ese hermoso traje negro y camisa blanca de nilo, ese cabello cobrizo y ojazos grises.
Tan pronto como subimos al avión le mando un sms a Ángel avisando que pronto despegaríamos.

El vuelo es largo y más aún por que el Sr. Sonrisas se molesto al ver que estaba enviando el sms a Ángel, <<Estamos por despegar, ¿Puede guardar esa cosa?>>, y así empezamos el viaje, ya me imagino que serán estos quince días con mi jefe.
Todo el tiempo estuvo en su laptop, ni siquiera un ¿Cómo se siente? ¿Está angustiada?, solo me dedique a leer un libro para poder distraerme de todo, del recuerdo aún vigente de Ían y la oportunidad que le estaba dando a Ángel.

Cuando el avión aterrizo sentí mi espalda crujir, no me sentaré por lo menos en tres horas más. Christian viene detrás de mí, me informo que ésta noche habrá una cena con los inversionistas y mañana temprano iremos a la sede alemana para revisar que tan grande es el problema que aquí se suscito. Las doce horas de viaje fueron eternas, en cuanto me encuentre en mi habitación llamaré a Ángel, muero por llamarlo y decirle que ya lo extraño.

-Ésta noche pasaré por usted a su habitación, la cena será a las siete. Sea puntual por favor-. Dice Christian ya en camino a su habitación.
-Seré puntual- entro en la mía.

La habitación es enorme, decorada en colores neutros y muy iluminadores. Desempaco y cuando termino llamo a Ángel.

-¡Hola, nena!-
-¿Ocupado?-
-Ya no, jamás para ti- ríe - ¿Qué tal el viaje?-
-Llegue muerta, y ésta noche tendré una cena-. Me tiro en la cama.
-¿Tan pronto?-
-Sí, yo pensaba dormir. Y a ti ¿Cómo te está yendo?- Suspira.
-Las 12 horas más largas de mi vida, Kevin también te extraña, quisiera que estuvieras aquí-
-Sabes que también lo deseo, ahora estaría con ustedes y no sola-
-¿Llamarás todos los días?-
-Por supuesto, saludame a Kev amor-
-De tu parte, oye Jules-
-Dime-
-Te amo como no tienes idea-
-Te quiero amor, sino te llamo es por que entré en trance- río.
-Cuidate amor, te mando muchos besos-
-Yo muchos más, adiós- cuelgo.

Son 6:50 y en tiempo récord termine de arreglarme. Llaman a la puerta cinco minutos antes de las siete. Abro la puerta y él está ahí parado frente a mí, tan espectacular como siempre.

-Señorita Smith, Señorita Smith- no noto que me habla, me he quedado petrificada al verlo.
-Dígame- al fin reacciono.
-Es hora de irnos- me ofrece su brazo y lo tomo con un poco de pena.
-Gracias-
-Está muy linda ésta noche- ¡Esperen! ¿Eso fue un cumplido?.
-Gracias de nuevo-

Después de la cena me acompaño a mi habitación.

-Los alemanes no le quitaban la mirada de encima, al parecer también les pareció atractiva- su tono desinteresado y a la vez llena de celos me confunde.
-La verdad es que no lo he notado, tal vez es la primera vez que ven a una chica americana- río pero al notar su cara inmediatamente desaparece la sonrisa que se me había formulado.
-Quizás sea eso, mañana temprano la veré en el living, la junta durará todo el día. La veo mañana-
-Okay Sr. Hasta mañana- Desaparece.

Es muy tarde, son las cinco de la mañana en Seattle.

De: Jules
Para: Ángel

Llegue a mi recámara, mañana te llamo. Descansa amor, te quiero.

Xo

Mi primer día en Alemania.

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