CAPÍTULO 28

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Hace unos días que Blake partió, y debo admitir que la soledad se siente más, pues Rosa se la pasa con Daerien y Elektra no aparece mucho, a parte de las clases, como es de suponerse

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Hace unos días que Blake partió, y debo admitir que la soledad se siente más, pues Rosa se la pasa con Daerien y Elektra no aparece mucho, a parte de las clases, como es de suponerse. Aunque me he acercado bastante a Quil, hasta el punto de encariñarme; ella es tan elegante y pura, es como una pequeña sabia. A pesar de que a Quil no le gusta ir a su casa, pasamos tiempo con su madre cuando viene a visitarla; y, a decir verdad, a esa mujer también le he ido agarrando cariño es lo que seguramente hubiera sido si mi mamá estuviera viva: otra madre.

No puedo decir que he avanzado mucho con mi poder, en realidad he estado entrenando con lo mismo que sabía antes, moviendo cosas con la mente y haciendo sondeos del lugar; pero aún no he podido entrar a la mente de Megana, y mucho menos conocer realmente la mía. La vieja dice que entre más practique más fuerte me haré, pero no puedo evitar sentirme estancada al no ver avances.

De lo que si me puedo jactar es de haber derrotado a Elektra en un combate, al menos a medias, y es que la pelirroja es ahora mi entrenadora considerando la ausencia de Blake. Ayer estábamos entrenando cuerpo a cuerpo, sin armas ni habilidades que intervinieran; ya llevábamos unas tres horas en un duro ejercicio, pero yo aún no me rendía, mi objetivo era claro: elevar mi puño en un gancho que impactara en su mandíbula, lo suficientemente fuerte como para desorientarla por un momento, y así dirigir mi siguiente puñetazo a su abdomen, para, con ayuda de mis pies, barrer sus piernas de modo que su cabeza impactara en el suelo, al mismo tiempo colocar mi bota sobre su cuerpo impidiendo que se levantara para terminar por proclamarme ganadora. Todo sucedió de esa forma, aunque Elektra nunca se distrajo, por lo que se me dificultó mucho más la tarea: termine subiéndome a su espalda y pateando su muslo, a la vez que saltaba y aterrizaba nuevamente al suelo. Elektra estaba derrotada sosteniendo su pierna mientras yo me acerque para acabarla, estaba muy confiada, pero ella fue astuta y la que termino en el suelo fui yo.

Decepción tras decepción.

En fin, hoy solo tuve clase con Antagon que me estuvo enseñando sobre la definición de un Psyque, pero parece que me faltan mil cosas por aprender.

Almas Puras | 1  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora