CAPÍTULO 26

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Por fin la semana termino, y no puedo estar más agotada

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Por fin la semana termino, y no puedo estar más agotada. Durante las clases con Antagon repasamos la historia del mundo y de la humanidad, sus guerras y sus aciertos, porque, quiera o no, la historia de la humanidad es también la historia de los Psyques; a pesar de todo, siempre hemos vivido junto a ellos en este gran mundo. Me sorprendió saber que desde siempre el ser humano ha resuelto todo con violencia, como si matar fuera la única respuesta, aun así, ha llegado muy lejos, cosa que parecería imposible. Tal vez el dicho de que hierba mala nunca muere es cierto, porque al revisar las salas de historia en la biblioteca, me di cuenta de tantas catástrofes que azotaron a la sociedad por su propia mano, e incluso, la más reciente, la guerra nuclear que acabo con el 90% del planeta. En ninguna se extinguió su raza, pero cada vez parecen acercarse más a eso.

Mis entrenamientos con Megana para fortalecer mi poder y mi mente no parecen dar frutos: me canso muy rápido al tener que intentar acceder a su mente, y, claramente, aún no consigo ni descubrir la mía. Me lleno de impotencia al ser consiente de todo el camino que aún debo recorrer, porque incluso un chico que esté en escuela especializada es más útil que yo. Ella constantemente me recuerda todo lo que se supone debería hacer, aprender a entrar a la mente de múltiples psyques sin ser detectada por ellos y sin que me delaten mis ojos, camuflaje... En conclusión, suena imposible. Me siento pérdida, y no logro entender cómo es que mi mente está tan limitada cuando creí tener total control de ella.

Por otro lado, los entrenamientos físicos han estado cada vez más exigentes. Por órdenes de Megana, son mis amigos los que me entrenan constantemente, sin embargo, le agradezco enormemente a Blake, porque a pesar de que en los últimos días ha estado muy ocupado, siempre saca unas horas para ayudarme a avanzar. Y es que aquel día que tuvo que asistir a la reunión con el concejo táctico, le anunciaron que sería parte de una nueva misión que comienza mañana, por lo que ha tenido que correr de aquí a allá para preparase, mientras recibe ordenes e información.

El día apenas está comenzando, pero no quiero hacer nada más que quedarme en cama junto a Blake. La mayoría de la semana me he quedado en su habitación después de las largas jornadas en las salas de entrenamiento. Lo único que debo hacer hoy es ir a la cena que preparará la madre de Quil y Kaeil, Blake también está invitado, pero eso será por la tarde, no hay afán.

—No quiero que vayas a esa misión —digo haciendo un puchero que lo hace sacar una sonrisa.

—Tengo que ir, no importa cuánto te vaya a extrañar —afirma mientras pasa su brazo alrededor de mi cintura—. Aunque vendré algunas veces y así nos podremos ver.

—Lo sé, pero serán varios meses... Me encantaría ir contigo.

—A mi no.

Me giro para fulminarlo con la mirada.

—¡Ah! Entonces no me extrañaras tanto como dices.

Se ríe suavemente.

—No es eso —asegura y pasa sus nudillos por el contorno de mi rostro—. Es solo que no quiero que tengas que volver a esos malditos campamentos, y mucho menos por tanto tiempo.

Almas Puras | 1  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora