CAPÍTULO 6

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Sabía que no le agradaba y que no confiaba en mí, pero no pensé que fuera a atacarnos sabiendo quién soy, sabiendo que ella me acepto en esta misión

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Sabía que no le agradaba y que no confiaba en mí, pero no pensé que fuera a atacarnos sabiendo quién soy, sabiendo que ella me acepto en esta misión.

La doctora Flinch avanza hacia mí, reparando en mi rostro deliberadamente. «Cínica», como si no me hubiera visto ya suficientes veces, no es necesario aparentar, no se tenía que acercar. Esto no tiene nada que ver con la misión.

—No han respondido a mi pregunta —dice con altanería—. ¿Somos enemigos?

—Para nada, si no me equivoco estamos del mismo lado, señora —respondo.

—Doctora —me corrige.

Hace muchos años tuvimos un encuentro no muy bonito; por aquella época apenas estaba comenzando a tener control total sobre mi poder y mi mente, por lo que sin intención me colé en su cabeza durante un entrenamiento y la obligué a abofetear a mi padre sin razón en frente de muchos espectadores. Aun así, no creo que esa sea la razón por la que me odia, sería muy inmadura si se aflige sólo por eso, así que simplemente desconozco la razón de su odio. ¿Envidia? ¿Asco? ¿Todas las anteriores?

¿Son todos los científicos igual de fríos?

—Soy la Doctora Flinch, del campamento tres; pero eso ustedes ya deberían saberlo, teniendo en cuenta que trabajan para mí.

Contigo, no para ti. —Aparece Mike detrás de ella, incitándola a corregirse.

—Por supuesto que sí, mis más preciados socios. —No parece poder contener la indignación—. Acompáñenme entonces, el campamento está a unos pocos metros. —Comienza a caminar en dirección contraria—. Perdonen las maneras —se dirige a Blake y a mí—, pero necesitaba cerciorarme de que no eran entrometidos del gobierno, no es que el contrabando les haga mucha gracia.

Comenzamos a seguirla. Blake se me acerca y comienza a susurrar:

—¿Cómo sabías que estábamos en el mismo bando? —inquiere—. Mike no nos avisó de nada de esto.

Me tenso enseguida. No tome eso en cuenta, claro que ninguno podía saber si trabajábamos en conjunto o no.

—Lo deduje. Reparé en los trajes de los hombres y me di cuenta de que era probable que fueran soldados de los campamentos, he visto varios. Así que me arriesgué a asegurar que somos aliados, y salió bien —invento la mentira más rápido de lo que creí poder, y Blake parece satisfecho con mi respuesta.

Llegamos a la puerta del campamento, que es exactamente igual a la del campamento uno, y todos nos quedamos afuera mientras Mike entra con la Doctora, y el conductor del camión ingresa al gigantesco parqueadero.

Me encuentro sentada en la acera con Valery a mi lado.

—Eso estuvo intenso, literalmente vi cómo le disparaste a esos hombres, confirmo que eres letal, chica —comenta con admiración.

Almas Puras | 1  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora