CAPÍTULO 33

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—¿Quién carajos eres? —rechisto tratando de zafarme del fuerte pisotón que me mantienen inmóvil contra el barro

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—¿Quién carajos eres? —rechisto tratando de zafarme del fuerte pisotón que me mantienen inmóvil contra el barro.

—Níki Acatharti, un gusto —se presenta con desdén y superioridad—. ¿Crees que podemos hablar con tranquilidad? ¿Qué tal si te libero y conversamos de forma amena?

Entrecierro mis ojos con desconfianza y asiento de forma segura, a pesar de que planeo romperle hasta el último hueso de su cuerpo por haberme hecho esto.

—¿Qué me asegura que no explotaras como lo haces normalmente, Blake Laun? Tengo entendido que su impulsividad es peligrosa, pero yo lo soy más y no quisiera dañarlo.

—¿Cómo sabe eso de mí? ¿Cómo sabe mi nombre?

—No he venido solo por diversión, Blake. Te he estado observando, porque eres un objetivo muy importante para mí y el futuro que tengo planeado. —Comienza a levantar su píe, dejándome respirar con calma una vez más—. Pero no lo hice sola: Zlara Prontis te manda saludos.

Me estremezco al oír su nombre. Apenas comienzo a ser consciente de lo desaparecida que está Zlara desde que me interceptó para proponerme una estupidez de unirme a un grupo revolucionario sin sentido. Zlara no estuvo en CAVAN. Zlara lleva meses sin aparecer en la Academia, y eso solo puede significar que está con el grupo revolucionario, con esta mujer.

Me levanto con recelo, pero me propongo mantener la calma para no explotar.

—¿Qué quiere de mí? ¿Por qué la agresividad?

—De antemano sé que eres un revolucionario de alma, que naciste con el gen de la rebeldía, eso que llaman impureza. También puedo percibir que quieres liberarte, que quieres que la bestia que una vez corrió libre vuelva al ruedo. —Camina de un lado a otro, mareándome—. Por eso te propongo que te unas a mí, a nuestra nueva fuerza, a la nueva definición de pureza: el libre albedrío y el poder en su máximo furor.

El cólera me impregna dejándome casi ciego. Ella no tiene derecho a hablar como si me conociera, como si supiera a lo que me enfrento día tras día por mantenerme a raya, por no dejar que mis impulsos más primitivos me lleven a derramar la sangre que tanto debo defender, como soldado. Que me pida que les deje vía libre a esos demonios que pudren mi alma para beneficio de su estúpida causa es lo más vil y cruel que podría proponer, como si yo fuera algún tipo de arma contra mi propia gente.

—Esas personas no son tú gente, Blake. Ellos te aborrecen por tu pasado, te han juzgado y humillado llamándote impuro y marginándote. O se te olvidan los tortuosos días en una celda putrefacta.

El recuerdo calcina cada neurona de mi cerebro. Claro que rememoro aquellos días de infierno, cuando no era más que un perro sediento por libertad que se torturaba por lo que hizo, un fantasma que dejaba que su propia consciencia lo consumiera.

—Claro que lo recuerdo.

—Entonces no luches contra ti mismo, porque tú eres ese pasado macabro, eres lo cruel que va a gobernar, eres un futuro lleno de huesos y almas en el cielo.

Almas Puras | 1  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora