×Especial 2×

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Han Jisung



El fuerte dolor me estaba haciendo retorcer sobre la cama, le había pedido a Changbin que me comprara supresores a último momento.

Mis juguetes ya no me satisfacen para nada, mi omega solloza por los cuidados de su alfa. Alfa que no nos quiere ver y nos rechaza.

Escuché la puerta de entrada abrirse seguida de la voz cantarina de Chan anunciando que vino trayendo visitas, como siempre él en malos momentos empeorandolos, salí de mi cama con dificultad y cubrí mi cuerpo con una bata, pues por el calor me encuentraba sólo en boxers.

Al abrir la puerta de mi habitación el inconfundible olor de Minho me recibió y mi omega aullaba y gemia de alegría porque su alfa vino a verlo en el momento indicado.

Sin darme cuenta bajé corriendo las escaleras, una sonrisa dibujada en mi rostro. No era necesario olfatear el aire para saber que estoy soltando feromonas de felicidad pero al tener al menor frente a frente toda mi alegría se fue.

Minho tenía el ceño fruncido y estaba cargando cuatro pesadas bolsas en sus manos, me apresuré en acercarme para tomarlas y llevarlas a la cocina pero el pelimorado se negó pidiéndome indicaciones de cómo llegar a tal lugar. Lo guió en silencio por la casa caminando delante de él.

— Su olor está más dulce profesor.— dice siguiéndome el paso.

— Estoy en celo, por eso.— contesté cortante reprimiendo en gemido de dolor cuando una puntada golpeó mi vientre.— Ya pasará.

— Puedo notarlo.

Le indique que dejará las bolsas en la mesada y yo las acomodaría más tarde. Le serví un vaso con agua y me senté del otro lado de la mesa.

— Y... ¿Cómo está, señor Han?— preguntó para tratar de romper el silencio incómodo que había.

— Bien, superando la depresión. Sólo que no puedo salir de casa y eso me molesta mucho. Aparte del hecho de tener que vivir sólo estos días, ésto siempre me hace sentir un poco mal, extraño los gritos de Chan y Changbin peleando por tonterias.— contesté jugando con mis dedos, mi mirada fija en ellos para no mirar a Minho a la cara.— ¿Y tú?... Perdón, ¿Y usted señor Lee?

— No hace falta que me trate formalmente, usted es mayor.— dijó y yo asentí.— Estoy... Yo... Yo estoy bien, creo.

— Genial.

— Genial.— repitió, luego de eso se volvió a formar un silencio que realmente me estaba volviendo loco al igual que su maldito olor.

Miré a Minho y sonreí amablemente.

— Gracias por cargar las compras por mí y perdón por lo que haya hecho Chan para traerte hasta aquí, puedo sentir que no deseabas estarlo.— dije sorprendiendo al menor que abrió la boca para decir algo pero no se lo permití.— Vamos, te abriré la puerta.

Hicimos el camino hasta la entrada en silencio pero al buscar las llaves no las encontré en donde siempre las cuelgo. Sentí la mirada de Minho sobre mí, y eso sólo me calentaba más. Maldito celo.

— Perdón, no encuentro las llaves.— dije empezando a abrir el armario con abrigos y buscando en los bolsillos de las chaquetas.

— El profesor Bang... No las tomo ¿cierto?— cerré los ojos fuertemente esperando a que no fuera así y tomé mi celular para llamar a ese imbécil.

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Minho y yo volvíamos a estar en la cocina, mirándonos fijamente está vez, Chan había robado mis llaves y el muy infeliz no iba a volver hasta dios sabe qué hora o día.

Teacher Teach Me More, Please. ~Minsung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora