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— Chan, no. — el omega pecoso le dio un manotazo a la mano del mayor que bajaba por sus muslos. Felix miraba con los ojos bien abiertos el techo de la habitación, había escuchado todos y cada uno de los malditos gritos de Jisung claramente. Ahora se sentía avergonzado. Si él había escuchado al mayor ¿Cuántas veces Minho, JeongIn, Jisung y Changbin lo habían escuchado ser cogido por su alfa? ¡Era realmente vergonzoso pensarlo!

— Vamos, Lix, ellos están ocupados y la pieza de Changbin es antiruido, puedo jurar que ahora mismo Yang está gritando igual que Jisung.— se quejó el alfa cruzándose de brazos, enojado por no poder mimar a su omega gracias a la ruidosa pareja de tontos del segundo piso. Chan esperaba que se les hubiera roto la cama o algo para que dejarán de coger como conejos.

— No, y si quieres hacerlo haz una habitación como la de Changbin hyung.— el menor de giró haciendo un puchero.

— Bien, pero recuerda Felix, tu me buscarás tarde o temprano.— aseguró el alfa dandose la vuelta para el otro lado.

La verdad era que no paso mucho tiempo hasta que el omega se encontró abrazado a la espalda del alfa ronroneando y pidiendo atención de su pareja pero sólo de una manera mimosa y Chan se quedó conforme con eso.

— Te amo.— ronroneo el pecoso recibiendo dulces caricias por parte del mayor.— Pero digo enserio lo de la pieza.

— Mañana mismo llamaré a alguien que sepa de eso.— gruñó enojado.




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Muy al contrario de la pareja de australianos, en la habitación de Changbin los gemidos no paraban.

— ¡Bi-binnie!— gritó el menor luchando por soltarse. Sus manos habían sido atadas a la cama del mayor y sus ojos estaban tapados con una suave tela que no le permitía ver que hacía el alfa, quien lo había estado torturando de diversas maneras, poniéndolo cada vez más ansioso por tenerlo dentro suyo.

— Te ves tan bello así.— gruñó pasando las yemas de sus dedos por la piel desnuda y blanca del omega ocasionando que se retorciera bajo su tacto.— Me gustaría tenerte así todos los días.

— Hy-hyung, lo necesito.— suplicó el omega gimoteando cuando Seo paseo su lengua por uno de sus pezones.

— Te portaste muy mal, cariño.— gruñó dirigiendo sus húmedos besos al cuello del menor.— Provocaste a tu alfa en medio de la escuela.

— ¡Hyung!— gritó cuando una mano azotó su muslo y luego apretó en aquella zona.

— Puedes gritar todo lo que quieras JeongInnie, nadie te escuchará.— aseguró viendo cómo el pequeño mordía sus labios para no gemir.— No te contengas.

— Binnie hyung... Dejé de jugar conmigo...— gimoteo. El alfa había abierto sus piernas colocandolo de una forma muy vergonzoso y sus dedos acariciaban aquella parte de su cuerpo que lo hacía querer gritar, deseoso por sentir al mayor ya dentro, poseyendolo.— Lo ne-necesito hy-hyung.

— ¿Qué necesitas, bebé? Dímelo.— demandó sobre su oído. Un dedo del mayor delineo su entrada con delicadeza, haciéndolo removerse en un desesperado intento por empalarse en ese maldito dígito.— Dile a tu alfa que necesitas, amor.

— Necesito que me cojas ahora mismo.— gritó frustrado.— Necesito tu maldito pene dentro mío antes de volverme loco.

— Tus deseos son órdenes.— gruñó el alfa tomando sus caderas y adentrandose en él sin haberlo preparado.

— Ah~ Aaah ¡Hyung!— el mayor encontró su punto muy rápido dando repetidos golpes en él. JeongIn jadeaba, gemía y sollozaba por lo genial que era ser tomado por su alfa.

Teacher Teach Me More, Please. ~Minsung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora