×Epílogo×

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Un año y dos meses después.







La juguetona risa de Juyeon se escuchaba por todo el lugar acompañada por los gritos de Minho que lo perseguía tratando de agarrarlo.

— Juyeon, las paredes no.— Pidió el castaño al ver como el cachorro que estaba cubierto de barro de la cabeza a los pies pasaba sus pequeños deditos por la superficie blanca. El infante giró a verlo por un segundo sacándole la lengua antes de doblar por el pasillo que llevaba al estudio de Changbin.

— ¡Hey, campeón! ¿Donde crees que vas?— escuchó. Cuando Minho llego al pasillo miró a su hijo siendo alzado por el alfa bajito a una prudente distancia para no ser ensuciado. Juyeon chillaba tratando de escapar a pesar de todo. El castaño suspiró, dejándose caer en el piso.— ¿Qué le pasó a esta pequeña y adorable bestia?

— JeongIn de-dejo abierto el-el regadero y...— no podía respirar asi que señaló al bebé con su dedo.— Se tiró al ba-barro cuando fui a ce-cerrar el caño.

— Deberías bañarlo antes de que llegué, Jisung.— negó el alfa mayor bajando al bebé al suelo junto a su padre que inmediatamente lo abrazó para que no intentará huir.

— E-eso lo sé.— quiso gruñir poniéndose en pie.— ¿Podrías limpiar el piso por lo menos?

— ¿Por qué debería? El desastre proviene de tu propio desastre.— río el mayor.

— Pero...— Minho pensó rápido mientras era golpeado en la cara por las manitos regordetas de su hijo.— ¡Si no lo hace le diré a JeongIn que tu dejaste la puerta trasera abierta!

— Eso es mentira.— dijó el alfa mayor.

— ¿Estás seguro? Si bien recuerdo te toca cuidar al pequeño monstruo ahora mismo porque yo tengo que ir a hacer un trabajó de la universidad, aparte...— contraatacó el menor levantando una ceja.— Juyeon ¿Quién te dejo salir al pateó?— preguntó al cachorro. El bebé lo miró inclinando su rostro y luego señaló a Changbin.

— Binnie, Binnie.— demandó.

— Pero... ¡Juyeon no mientas!- lo regaño Seo.— ¡Las mentiras son malas! ¡Te envenenan el alma!

— ¿Juyeon estás mintiendo?— el bebé miró a su papá y luego a su tío con sus grandes ojos marrones, llevo su dedito a su boca mientras negaba con inocencia.— ¿Que le dirás a papá Sunggie cuando te rete por ensuciar la pared?

— Binnie y papi Min.— dijó señalando a los respectivos alfas con sus dedito.

— Eso es traición.— gruñó Changbin mirando mal al pequeño cachorro embustero.— No te volveré a comprar dulces.

— Decide, ayudas o caes conmigo, Changbin.— Lee sonrió de lado con malicia, el mayor asintió de malas encaminandose al patío para ver que debía asear haciendo gestos de horror al observar el piso del pasillo sucio con pequeñas pisaditas y marquitas de manitos por todas partes.

— Las paredes...— Murmuró casi sufriendo un paro cardíaco.

Minho levantó a la pequeña bestia de barro y lo cargo en su brazo como si fuera un paquete, muy apestoso por cierto, con su trasero para el frente y su cabecita a la espalda. El mayor dejo una juguetón nalgada que hizo carcajear al bebé.

— ¡Appa! ¡No! ¡Pa, no!— empezo a chillar el cachorro cuando descubrió a dónde se dirigían mientras movía sus piernitas y bracitos con desesperación.— ¡Binnie!— pidió ayuda pero su tío no apareció.

Minho se apresuró en entrar al baño y cerrar la puerta con seguro, pues el pequeño rufián que tenía de hijo odiaba los baños y solía intentar escaparse. Dejó al niño sentadito sobre el retrete para quitarle su ropita y zapatillas, y, esté se cruzó de brazos con su ceño fruncido y un puchero en sus labios.

Teacher Teach Me More, Please. ~Minsung~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora