Capítulo 7

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- ¿Cómo que te está chantajeando?
- Sí... Él lo llama "trato", pero...
- Créeme Peeta, sé mejor que nadie cómo son los "tratos" de Snow. La última vez que me negué a uno me quedé sin familia- todavía me cuesta hablar de ello y se me quiebra la voz en la última frase.
- Lo siento Johanna, no quería...
- Tranquilo. Entonces, ¿qué te ha dicho?
- Pues me ha dicho que, como posiblemente sabremos, hay rebeliones en todos los distritos por culpa del Sinsajo.
- Sí, ese era nuestro plan.
- Bueno pues al parecer, esto es más serio de lo que creía y se cree que pueden iniciar una guerra contra el Capitolio.
- ¡Pero eso es genial! Qué bien, por fin han hecho algo bien.
- Pero al presidente Snow no le interesa una guerra, así que me ha dicho que debo dejar que Caesar me haga entrevistas, pero solo puedo decir lo que él me diga, es decir que no estoy a favor de la guerra y tengo que decir sus inconvenientes y todo eso. A cambio promete no hacerle daño a mi familia ni a Katniss.
- Pero Peeta no puedes hacer eso. Si se retransmite a todos los distritos quedarás como un traidor y ni siquiera sabes si puedes proteger a Katniss o a tu familia. Mi instinto me dice que no te fíes de Snow.
- Pero Johanna necesito sentirme útil, tengo que hacer algo y si tengo la más mínima posibilidad de salvar a Katniss lo intentaré.
- Yo creo que...
En ese momento escucho la puerta de Peeta abrirse. Estoy un rato escuchando, pero no oigo gritos ni voces ni llantos. Mierda, va a hacer la entrevista... Espero que sepa dónde se está metiendo.
Calculo que han pasado unas dos horas desde que se fue Peeta y creo que estarán a punto de venir a hacerme una visita nada agradable mis amigos agentes de la paz.
Todas las noches vienen y algunas veces me intentan sacar información pero otras vienen solo por rutina porque no me preguntan nada. Me suelen sumergir en agua, a veces en una bañera, otras veces con un cubo, hay infinitas posibilidades, pero el final es siempre el mismo, me conectan dos cables y cuanto más mojada estoy más brutal es la descarga.
Se abre la puerta y veo a los agentes de la paz. "Ahora es mi turno" pienso. Hoy me atan a la cama con correas, muy original. Entonces entra Snow.
- Señorita Mason, ¿está disfrutando su estancia en el Capitolio?
- Lo que más me gustan son las vistas, ¿no le parece?- pensé en decirle algo peor, pero me da miedo en cómo puede repercutir lo que diga en Annie así que mejor me aguanto
- Qué buen humor tiene hoy señorita Mason... Bueno a lo que iba. El señor Peeta Mellark ha accedido a hacer entrevistas con Caesar en contra del alzamiento de los radicales y estoy bastante satisfecho con ello, pero, dos caras bonitas son mejor que una, ¿no cree? Así que le venía a hacer la misma propuesta que a su amigo. ¿Acepta?
- Mire presidente Snow, voy a intentar decírselo con delicadeza, antes me ahorco con los cables de las descargas eléctricas que trabajar para usted, ¿entiende?
- Como usted quiera
- Es más ya no me puede quitar nada más...
- Yo creo que sí puedo, le quitaré lo único que le queda, su dignidad.
Tras esto los agentes de la paz me afeitan la cabeza, supongo que lo que viene ahora será peor y no me equivocaba. Mi familia murió porque no me prostituí y ahora me forzarán a hacerlo.
Ya se han ido los agentes de la paz. Ha sido horrible, mucho peor que las descargas. Ahora mismo estoy en una esquina llorando en silencio. Me siento humillada y violada en todos los sentidos... Esto es muy duro y no se si voy a poder sobrevivir porque la tentación del suicidio cada vez es mayor.
"¡No! Tengo que vivir, por Annie, por Finnick y por su hijo, por Peeta, por Katniss, por la rebelión y por mí misma"
Me dormí pensando en esa frase que me daba fuerzas para continuar.

Johanna en SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora