Capítulo 9

535 51 1
                                    

"Estoy corriendo por el bosque de mi distrito. Estoy asustada, no se por qué, pero sigo corriendo. Me lo dice mi instinto de supervivencia y, después de participar en dos Juegos del Hambre y salir con vida (si a esto se le puede llamar así), debería fiarme de él. Me doy cuenta de que no estoy corriendo sola, a mi lado Peeta y Annie también corren. Es entonces cuando salimos volando por los aires. Hemos caído en una trampa de caza. Cada uno está en una red diferente y a lo lejos puedo escuchar ese ruido inconfundible, ese ruido que protagoniza mis pesadillas, el rugido de los mutos. Estoy intentando escapar pero no puedo. De repente llegan Katniss, Finnick, Haymitch, Effie... Todos los que estaban antes de los Juegos. Katniss, Haymitch y Effie corren a salvar a Peeta y Finnick salva a Annie. Yo me quedo en la trampa, sola y sin saber qué hacer. Entonces veo a los mutos acercarse a mí. Cierro los ojos y espero a ser devorada y morir rápido, si tengo suerte, pero sola."
Me despierto sudando y con un dolor de cabeza terrible. El corazón me va a mil por hora y estoy muy mareada. "Debe ser por la morflina", me digo a mi misma. No puedo dejar de pensar en aquel sueño. Estoy sola en la vida, no me había dado cuenta hasta ahora. Todo el mundo tiene a alguien por quien salir vivo de aquí, una razón para seguir luchando. Annie tiene que vivir por Finnick y por el hijo que le arrebataron, para demostrar lo que es capaz de hacer una mujer cuando le roban a su familia. Peeta tiene que salir de aquí por Katniss, porque ella está tan desequilibrada como yo y sé que si Peeta muere ella no saldrá adelante porque está muy enamorada, diga lo que diga. Pero, ¿y yo qué? Nadie me espera fuera, no tengo nada. Desde aquellos 71 Juegos del Hambre estoy sola, me levanto cada día y voy al bosque, vuelvo del bosque y me acuesto. "¿Merece la pena seguir viviendo esto para, si salgo con vida (que no está muy claro), volver a mi antigua rutina?" Me quito esa idea de la cabeza. Saldré de aquí, aunque solo sea para demostrarle a Snow que Johanna Mason no se rinde, no llora y no tiene miedo a nada.
El ruido de un grito me saca de mis pensamientos. Un grito de Peeta. Estoy harta de escucharlos. Últimamente solo se oye eso en esta cárcel. Gritos y lamentos de Peeta, a veces golpes y a veces susurros, pero siempre vienen de su celda. Me encantaría ponerme en su lugar, aunque solo sea para que descansara un día. No sé qué le estarán haciendo pero ya no quiere hablar conmigo. Creo que está enfadado con el mundo, en realidad es justo. A mí solo me están haciendo lo de las descargas y no hablo con nadie, no tengo fuerzas ni ganas.
De Annie no sé nada. Desde su aborto no he tenido valor de hablarle. ¿Qué voy a decirle? No tengo ni idea por lo que está pasando, yo no he sido madre y no lo pienso ser. Tampoco pienso casarme. Supongo que Katniss y yo no somos tan diferentes al fin y al cabo. Me contó esto un día que nos quedamos encerradas en el ascensor del centro de entrenamiento. Me sorprendió que me lo contara, pero ¿a quién se lo iba a contar, a Peeta? Lo habría destrozado. Así que solo me limité a escuchar y conforme escuchaba me daba cuenta de que tenía razón.

Johanna en SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora