Capítulo 11

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"Genial", es lo único que puedo pensar. No logro asimilar lo que me ha pasado en estos 4 meses que llevo aquí.
"Teníamos un plan para sacar a Katniss e iniciar una revolución. Lo llevamos a cabo pero a Peeta, Annie, Enobaria y a mí nos capturó el Capitolio. Nos torturan constantemente. Annie estaba embarazada de Finnick pero perdió el bebé por culpa de Snow. Peeta es una persona distinta que no reconoce a sus amigos y Snow lo utiliza como un arma. Yo me estoy volviendo una adicta a la morflina y encima, Peeta y yo, como los vencedores más recientes debemos hacer anuncios contra la rebelión, ya que Enobaria ganó los 62 Juegos del Hambre y Annie los 70. He perdido la esperanza de salir de aquí... con vida"
Estoy en un rincón de mi celda. Sentada, cogiéndome las rodillas. Llevo toda la noche así, llorando. Ya no lloro, no me quedan lágrimas. Solo estoy sentada, mirando a la nada. El pelo me ha vuelto a crecer. Lilly tiene remedio para todo. Desde algo para que me duerma hasta algo para que me crezca el pelo. Ese día yo no quería tomar ningún medicamento más. Entre la morflina, los anticonceptivos y los medicamentos para los temblores de las descargas no quería nada más. Sin embargo me lo tomé y ahora, 1 mes después tengo el pelo casi más largo que cuando entré. Parece estúpido pero una cosa así te devuelve la autoestima.
Miro a mi alrededor y encuentro a Lilly cambiándome las toallas, aunque no sé por qué ya que desde las descargas le he cogido miedo al agua. Le pregunto por los vencedores y ella me escribe en la pizarra la mejor noticia que he recibido desde que estoy aquí. Al parecer, Enobaria y Annie no le son útiles a Snow, así que las ha trasladado a una celda en la que están las dos juntas y no reciben torturas. Algo es algo, aunque siguen siendo prisioneras. Le pregunto por Peeta y se le nubla la vista. No tiene muchos datos, sólo que ya no está en la celda de al lado.
- Lilly, necesito que me consigas el informe médico de Peeta. Necesito llevármelo o por lo menos guardármelo. Si salgo de aquí se los daré a los médicos que atiendan a Peeta fuera.
"Lo intentaré"
Cuando abro los ojos me encuentro a Lilly enfrente mía con unas carpetas con el símbolo del Capitolio. Me las da y me doy cuenta que a parte de la de Peeta, me ha traído también la de Annie.
- Gracias Lilly. No se cómo puedo agradecerte todo esto
Entonces hago algo que llevo mucho tiempo sin hacer. No lo aguanto más y le doy un abrazo. Se me saltan las lágrimas. Ella sólo me sonríe.
Me pongo a leer el informe de Peeta. Al parecer le han aplicado una técnica llamada "Secuestro". Consiste en alterar los recuerdos para que le produzcan miedo usando veneno de rastrevíspulas.
Otro dato que me llama la atención es el peso. De los 85 kg que pesaba Peeta cuando entró, ahora solo pesa 60. No sé ni cómo se mantiene en pie.
Después hay muchos más datos que no soy capaz de entender pero que seguro que son útiles. Escondo los dos informes debajo de mi colchón con la esperanza de que nadie los encuentre.
Entonces recuerdo que el suelo del baño está hecho de losas. Si levanto una, podría meter los informes debajo y nadie los encontraría. Dicho esto voy al baño con el cuchillo que, al final, conseguí que Lilly me devolviera y empiezo a darle golpes a las juntas del suelo. Consigo levantar una losa y guardo los informes debajo. Después me hago un corte en la mano para que me salga sangre y unto las juntas con ella. Lo hago porque después de que un prisionero muera, los ávoxes limpian la celda con luces infrarrojas, así que pueden ver la sangre. También escribo en la carpeta con sangre: "Dar a Haymitch Abernathy". Tengo la esperanza de que se lo den porque, por lo general, ellos están contra Snow.
Justo cuando termino de esconder los informes, llegan los agentes de la paz que me llevaran a grabar las propos a favor de Snow. Por lo menos veré a Peeta, aunque no estoy segura de querer verlo...

Antes de ir a ver a Snow me llevan a un salón de belleza o algo así. Me depilan las piernas, axilas, bigote y cejas. Me empiezan a peinar el pelo pero está demasiado débil por las descargas y se me cae a mechones. Al final deciden afeitarme la cabeza y ponerme una peluca rubia, con un moño en un lado de la cabeza y flequillo hacia el otro.
Me maquillan, tapándome las ojeras, los moretones y los arañazos. Finalmente me ponen un vestido blanco, cómo no.
Cuando acaban me llevan a una sala donde está Snow esperándome, con su impecable traje blanco con una rosa blanca que desprende ese asqueroso perfume. Estoy deseando matarlo. No lo puedo aguantar y, al parecer se me nota en la cara, porque los guardias no me sueltan. Entonces entra Peeta por la puerta. Va vestido con un traje blanco, pero, por mucho maquillaje que le pongan, notarán que lo han torturado. Espero que los ciudadanos de Panem se den cuenta porque sino, cuando salgamos (si salimos) nos tratarán de traidores.
Snow, Peeta y yo, junto con los guardias que nos escoltan a él y a mí, vamos por los interminables pasillos de la mansión presidencial. Supongo que lo grabaremos en su despacho. Sin embargo, pasamos de largo esa puerta y doblamos dos veces a la izquierda y una a la derecha. Por el camino solo me encuentro con gente vestida de blanco y con un par de chicos, escoltados por guardias que seguían a una mujer vestida completamente de azul. La chica tenía el pelo largo y rubio y era bajita. Tenía tatuados tres pájaros en la clavícula. El chico parecía mayor. Era alto y moreno. También tenía un tatuaje en la nuca pero no se lo vi bien. Después de eso, subimos un par de pisos y llegamos a una sala totalmente blanca, como las celdas pero diez veces más grande. Entonces Snow le grita a alguien, supongo que será su secretaria.
- ¿Dónde está Cressida?
- Lo siento señor pero se marchó. No sabemos donde está. Pero hemos traído a otra directora muy talentosa. Fue la segunda mejor calificada, después de Cressida.
- Mientras consiga que los videos acaben con la revolución me da igual.

No sé quién será esa tal Cressida, pero si ha tenido las agallas de abandonar el Capitolio durante una guerra me encantaría conocerla.
- De acuerdo. Señor, colóquese en esa silla. El chico, detrás de él a la derecha; la chica a la izquierda. Presidente Snow debe leer lo que aparecerá en pantalla. Ellos no deben moverse. Solo deben parecer como estatuas. ¿Le parece bien señor?
- Sí, estupendo, solo me gustaría dar un aviso a mis vencedores. Como vea un solo gesto que pueda indicar algo a vuestros amiguitos de fuera, estáis muertos. ¿De acuerdo?
- Sí presidente Snow- respondemos Peeta y yo casi al unísono.

Johanna en SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora