Capítulo 22

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¡SPOILERS! Si no has leído Sinsajo y estás esperando a la película no leas este capítulo
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Hoy por fin le han dado el alta a Annie y al pequeño Finnick, después de 4 días. Solo quedo yo porque los demás se fueron hace un par de días. Acompaño a Annie hasta su casa y le pregunto si necesita que me quede a ayudarla pero me responde que no hace falta, ya que la madre de Katniss y algunos amigos que tiene ella en el 4 la ayudarán. Así que yo me preparo para marcharme a mi casa, no sin antes decirle que me tiene para lo que necesite.
El camino al 7 se me hace interminable.  No sé por qué razón pero me desespero en el tren. Intento dormirme como la última vez pero no lo consigo, así que intento calmarme y esperar.
Llego al distrito por la noche, ya que salí del 4 después de comer. Cojo mi maleta y me voy a mi casa. Entro y dejo la maleta en el recibidor pero una pregunta asalta en mi mente, "¿Qué hago aquí?". Le doy vueltas a esa idea. El distrito 7 es mi casa porque nací aquí, pero mi familia murió y, después de la guerra, no conozco a nadie en el 7. Me siento una extraña en mi propia casa. Necesito gente conocida a mi alrededor; poder salir a la calle y saludar a alguien; charlar con mis amigos; lo necesito. Y sin darme cuenta, afirmo que necesito mudarme y el destino está más que decidido: el distrito 12.
Pienso en llamar a Haymitch pero creo que será más divertido ir por sorpresa. Antes de mudarme llamo al que un día fue amigo de mi padre, que era el encargado de asignar viviendas. Marco su número, confiando, principalmente en que esté vivo.
- ¿Si?
- Max, soy Johanna, la hija de...
- Ah sí... ¡Qué alegría escucharte! Me alegro de que estés viva. Dime, ¿en que puedo ayudarte Johanna?
- ¿Sigues trabajando en la asignación de viviendas?
- Pues sí... ¿Por?
- Me quiero mudar al 12
- ¿Al 12? ¿Estás segura?
- Sí y me gustaría convertir mi casa en el 7 en un albergue para refugiados.
- ¿Cómo?
- Sí ya sabes, un sitio donde las personas que lo han perdido todo en la guerra puedan vivir o, por lo menos, pasar algunos días.
- De acuerdo... Entonces te gustaría convertir tu casa en un edificio público y además, adquirir una casa en el 12. Mañana te aviso.
- Vale, gracias

Estoy contenta con la decisión que he tomado y mis ganas de contárselo a Haymitch aumentan pero decido ignorarlas e irme a la cama. Mañana será un día duro y necesito estar descansada.
Me despierto por el ruido del teléfono. Odio despertarme así, estoy de mal humor todo el día. Cojo el teléfono y contesto de mala gana.
- Seas quien seas me has despertado
- Lo siento Johanna, yo... puedo llamar luego- al otro lado del teléfono Max se sentía algo culpable por haberme despertado.
- Da igual, no sabía que eras tú Max. Bueno, ¿hay novedades?
- Sí. Te he conseguido una casa en la Aldea de los Vencedores del distrito 12. Tus vecinos son... A ver que lo tengo aquí apuntado...- se oye como rebusca entre varios papeles- Aquí está, Katniss Everdeen, Peeta Mellark y Haymitch Abernathy.
- Genial, gracias Max. Cuando nos veamos me dices cuanto te debo
- Nada Johanna, sabes que siempre estaré en deuda con tu padre.
- Bueno pues gracias. Adiós
- Hasta otra Johanna.

La verdad no tengo ni idea de por qué está en deuda con mi padre pero para mí es demasiado doloroso recordarle, así que podré vivir sin saberlo.
Cojo mi maleta y echo dentro las pocas cosas que sobrevivieron a la guerra: una foto de mi familia, una cajita de madera que me hizo mi hermana y poco más; la cierro y me despido de lo que fue mi hogar durante un par de años.

Al llegar al 12 estoy deseando ver mi casa, así que voy a verla. Está justo al lado de la de Peeta y enfrente de la de Haymitch. La miro detenidamente y es prácticamente igual que la mía del 7. Dejo la maleta en el jardín de la casa y voy a ver el nuevo alcalde para que me de las llaves. El alcalde es un hombre muy simpático, de unos 55 años. Es originario del distrito 10 pero después de la guerra se trasladó con su familia al 12. Yo le explico brevemente mi situación, ya que conoce casi toda mi vida de verme en los Juegos, como tributo y como mentora. Me despido de él y voy a mi casa. En el camino me tropiezo a Peeta.
- ¿Peeta? ¿Qué haces aquí? ¡Pensaba que estabas en el Capitolio!- digo con alegría, quizá demasiada
- Sí, bueno, después del parto de Annie le dije a Aurelius que no tuve ataques ni al ver a Katniss ni a ninguno de vosotros, así que me dijo, bueno, prácticamente me obligó, a volver al 12. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?- le enseño las llaves
- Me he mudado aquí. El 7 se ha vuelto muy aburrido.
- Genial, me alegro por ti- entonces me da un abrazo- Voy a seguir mi camino, adiós
- Hasta luego y ¡Peeta, a ver qué pasa con Katniss!- él me lanza una mirada amenazadora pero no puede disimular una sonrisa.

Antes de ir a mi casa voy a la de Haymitch. La puerta está abierta pero toco el timbre por si acaso. Se escucha como se rompen varios objetos dentro y me asusto pero entonces un Haymitch muy borracho abre la puerta. Me mira de arriba a abajo y luego mira la botella que tiene a medias en su mano.
- ¿Qué he bebido? Sea lo que sea me he pasado- entonces cierra la puerta. Yo vuelvo a tocar y él me vuelve a abrir
- Haymitch soy yo
- ¿Johanna? ¿Qué haces aquí?
- Me he mudado al 12. Vivo allí enfrente.
- Sí ya...- entonces le enseño las llaves y se cree lo que le digo.
- Necesito tu ayuda para limpiarla.
- No estoy para limpiar, preciosa
- Me da igual, mañana a las 10 vienes a ayudarme y díselo a Peeta y a Katniss.
- Está bien

La última semana ha sido muy divertida. Nos lo hemos pasado bastante bien arreglando mi casa, sobretodo cuando Haymitch iba borracho y se caía al más mínimo esfuerzo. Katniss y Peeta están muy bien. Se nota que algo ha pasado entre ellos pero no lo quieren contar. Conociéndolos será una tontería, como por ejemplo, que se han dado un beso o que han dormido juntos o algo así. Aunque sinceramente me gustaría que formalizaran su relación algún día, sería como afirmar lo que todos sabemos.
Bueno pues después de esa semana mi casa ya estaba lista para vivir en ella. De hecho, llevo sin salir de mi casa 3 días porque tengo un resfriado terrible. Peeta viene de vez en cuando a traerme pan o algún dulce, cosa que agradezco y Haymitch vino a hacerme compañía hace un par de días. Definitivamente he hecho bien en venirme al 12.

Estoy en la ducha, ya superé mi miedo al agua hace varios meses, cuando suena el teléfono. "Joder", pienso. La verdad es que suena en el momento más inoportuno. Bajo al piso de abajo envuelta en una toalla y descuelgo.
- Tiene una llamada procedente del Capitolio, ¿la acepta?
- Sí- digo extrañada
-Johanna soy yo
- ¿Haymitch? ¿Qué haces en el Capitolio? Y lo más importante, ¿por qué me llamas a mí y no a Katniss o a Peeta?
- Preciosa te llamo a ti porque no quiero interrumpir a los trágicos amantes.
- Y... ¿Para qué me llamas?
- Porque tengo un problema- entonces le cambia el tono de voz y yo empiezo a asustarme
- ¿Qué tipo de problema?
- Uno que tarda 9 meses en nacer
- ¿Qué?

Johanna en SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora