Capítulo 15

465 46 5
                                    

Cuando Katniss y yo llegamos al centro de entrenamiento en nuestro primer día no me lo podía creer. Coin nos incluyó en una clase de chicos de 15 años sin apenas experiencia, a nosotras, dos vencedoras de los Juegos. Fue cuando empezamos a practicar cuando me di cuenta de que estamos en  pésima forma física. Nos cansamos enseguida y no tenemos casi fuerza. Fue humillante.
Esta tarde voy a ir con Finnick para ayudarlo con su plan para pedirle matrimonio a Annie. Effie no lleva nada que nos sirva, así que vamos a ir a ver a Beetee a ver si tiene algo que nos pueda servir como anillo, o por lo menos, a ver si nos ayuda a hacer uno.
Llegamos a la zona donde trabaja Beetee y nos lo encontramos con Gale, viendo unos planos para algo parecido a una bomba.
- Hola Beetee, necesitamos tu ayuda - dice Finnick. Beetee le indica a Gale que se vaya y viene hacia nosotros en su silla de ruedas.
- Finnick, Johanna, ¿en qué puedo ayudaros?
- Pues, Finnick le quiere pedir matrimonio a Annie pero no encontramos nada que nos sirva como anillo. ¿Tienes tú algo?
- Enhorabuena Finnick, pues no sé si tengo algo, voy a ver.- dicho esto se va con su silla de ruedas hacia un pasillo. En dos minutos aparece con una caja, del tamaño de una caja de zapatos.- Mirad lo que queráis, todo esto son piezas que ya no sirven pero puede que haya algo que os pueda valer.
- Gracias Beetee.
Miramos en la caja un rato, porque a pesar de ser pequeña, las piezas que tiene también lo son y tardamos una hora en verlas todas. La caja contiene muchas tuercas, cables, tornillos y cosas que no sé ni para qué sirven. Yo me canso de buscar y me siento en una silla mientras Finnick sigue buscando.
Después de media hora me llama.
- Johanna, ¿qué te parece esto?- dice enseñándome un trozo de cristal muy bonito, de un tono azul verdoso, del tamaño de un botón.
- Es precioso.
- Es perfecto, lo único que nos hace falta es algo para hacer el anillo. ¿Alguna idea?
- Sí. ¡Beetee, ven!
- Johanna no grites, te oigo perfectamente. ¿Qué pasa?
- Hemos encontrado esto y necesitamos algo para hacer el anillo.- dice Finnick
- Creo que tengo algo que os valdrá.- empieza a rebuscar en otra caja y saca una bovina con alambre plateado- Esto es oro blanco en alambre. Simplemente tienes que darle la forma que quieras y cuando lo termines tráemelo y le pondré el cristal con una máquina especial.
- De acuerdo, muchas gracias Beetee- dice Finnick. Dicho esto nos vamos.

Al llegar a mi habitación me encuentro con Katniss, llorando. Tiene entre sus manos una perla, supongo que la que le dio Peeta en el Vasallaje.
- ¿Qué pasa Katniss?
- Todo, me pasa todo. Pero sobretodo... Peeta no...- empieza a sollozar
- Katniss dale tiempo. Se está recuperando. El amor que te tiene es más fuerte que el miedo que le das.
- ¿Cómo estás tan segura?
- Lo estoy. Si te sirve de algo, cuando estábamos en el Capitolio solo pensaba en ti. Incluso después de tres o cuatro sesiones de veneno de rastrevíspulas, todavía te avisó del bombardeo. Te quiere y no creo que nadie pueda cambiar eso. Es decir, mírate.
- ¿Qué me pasa?- dice, ya no triste sino algo enfadada.
- Pues que no eres amable ni cariñosa. No eres fea pero tampoco es que seas un bellezón. Eras desagradable con él y aún así te quería. Y ahora quita esa cara y vámonos a entrenar.
- De acuerdo pero esto no se va a quedar así.
- Encima enfádate conmigo descerebrada- está a mitad del pasillo cuando grito- ¡Pregúntale a Haymitch, está de acuerdo!- me lanza una mirada asesina y empiezo a reírme.

El entrenamiento fue agotador. Me duelen todos los músculos. También me duele el hombro, la escalada no es mi fuerte y me caí. No creo que me lo haya roto.
Cuando llego a la puerta de mi habitación con Katniss, veo a Finnick dando vueltas. Me indica que me quede un momento.
- Katniss pasa tú, ahora voy.
- Como quieras- dice poniendo los ojos en blanco.
Miro a Finnick que con una sonrisa de oreja a oreja saca una cajita. La abre y entonces lo veo. Veo el anillo de Annie. Es perfecto. El oro blanco queda muy bonito y la piedra me recuerda a una mezcla entre el color de los ojos de Annie con los de Finnick. Él solo me mira como esperando a que diga algo.
- Perfecto.
- Lo sé. Se lo diré esta noche, después de la cena.
- Genial.

Katniss y yo bajamos a cenar sobre las 9. Nos sentamos en la mesa donde están Finnick, Annie, Delly y Gale. Durante toda la cena, Finnick ha estado muy nervioso. Yo me estaba aguantando la risa porque de verdad, es muy gracioso ver a Finnick Odair nervioso. Cuando todos hemos acabado, Finnick se pone de pie y le dirige su mirada a Annie.
- Amor mío, sabes que te he querido siempre. Eres lo primero en lo que pienso al despertarme y lo último al acostarme. Cuando fui a los Juegos no podía dejar de pensar en ti, cada minuto, de cada hora, de cada día tú estabas en mis pensamientos. Y aunque no es el mejor momento para pedírtelo, lo necesito, necesito saber que estaremos juntos para siempre. Annie Cresta, ¿te gustaría ser mi esposa?- todos estábamos conteniendo la respiración, no solo los de nuestra mesa, sino casi todo el comedor. Algunas, como Effie o Delly tenían los ojos llenos de lágrimas.
- Sí, por supuesto que sí. Finnick sabes que sin ti yo no podría vivir, te necesito todos los días de mi vida.
En ese momento, Finnick le coloca el anillo y ambos se dan un beso. Todo el comedor empieza a aplaudir y ellos simplemente sonríen. Una sonrisa sincera, no como las que tenían que dedicarle a las cámaras. Una sonrisa de felicidad absoluta.

Johanna en SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora