Capítulo 18

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¡SPOILERS! Si no has leído Sinsajo y estás esperando a la película no leas este capítulo
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Llevo dos días sin salir de mi habitación. Estoy llorando, me da igual parecer débil, ya me da igual todo. La vida es demasiado injusta. Es injusto que Finnick haya muerto. Puede parecer egoísta, porque no he llorado la muerte de ningún otro componente del equipo, ni siquiera pensé en los seres queridos de Mesalla o de Boggs cuando ellos murieron. Sin embargo, la muerte  de Finnick me parece lo más injusto del mundo. Tenía toda la vida por delante, una vida junto a su esposa y su hijo, al que nunca conocerá. Solo puedo pensar en que jamás volveré a escucharle reír, a ver como se hacía cumplidos a él mismo, jamás volveré a ver esa sonrisa ni esos ojos verde mar. Me parece surrealista. Hace un par de semanas estábamos hablando tranquilamente y ahora se ha ido, se ha ido para siempre. No tengo el valor de salir y decirle a Annie que su marido y padre de su hijo ha muerto, simplemente no puedo. Pero tendré que decírselo porque ella también tiene derecho a llorar su muerte, incluso más que yo, así que sin pensármelo dos veces salgo andando hacia su habitación y, antes de arrepentirme entro.
- ¡Johanna, vaya susto me has dado! ¿Cómo estás?- se acerca hacia mí- ¿Has estado llorando? ¿Qué ha pasado?
- Annie, yo... No sé cómo decirte esto... Es muy duro y...- me derrumbo y empiezo a llorar, ella me abraza.
- Cuéntamelo, por favor
- Annie, es Finnick...
- ¿Le ha pasado algo?
- Él... Ha muerto. Hace tres días me llamó Haymitch y me dijo que salvó a todos de unos mutos pero que él no logró escapar y...- empiezo a llorar otra vez. Annie no dice nada, entonces cierra los ojos y se cae.

Hace una semana que le dije a Annie lo de Finnick. Le dio un bajón de azúcar debido al shock y al embarazo. Está en el hospital. Yo llevo una semana encerrada en mi habitación. Thom viene de vez en cuando y me trae la comida. Intenta animarme pero es imposible. Haymitch volvió a llamar el otro día y le cogí el teléfono esperando a que dijera que Finnick había sobrevivido o algo así pero solo me preguntó cómo estábamos Annie y yo. Le dije que estamos muy mal, y él dijo que igual sería más fácil si nos hubiéramos despedido de él. Desde entonces he estado pensando en eso. Creo que sería una buena idea ir al distrito 4 y que Annie y yo nos despidiéramos de él según la tradición de ese distrito. Esta tarde iré a hablar con Coin para que nos autorice ir.

- Señorita Mason, ¿en qué puedo ayudarla?
- Verá presidenta, me gustaría que nos autorizara a Annie Cresta y a mí para ir al distrito 4. Como sabrá, Finnick Odair ha muerto y nos gustaría despedirnos de él allí.
- Eso es imposible, todos los escuadrones están luchando en la rebelión, no puedo quitar a soldados solo porque quieran despedirse de su amigo.
- Para usted es muy fácil, ¿verdad? Ningún ser querido se le ha muerto en esta guerra, pero yo he perdido a un amigo y Annie ha perdido a su marido y al padre de su hijo, ¡solo queremos despedirnos de él, joder!
- No, mi respuesta es no. No puedo dejaros ir sin vigilancia y todos los soldados están luchando.

Vuelvo a mi habitación, frustrada. Mi oportunidad para despedirme de Finnick se ha perdido por la guerra. Empiezo a llorar otra vez, hasta que me quedo dormida.

Me despierto y justo enfrente tengo a Thom.
- Joder Thom, podrías llamar a la puerta, que no pasa nada, ¿qué quieres?
- Que te vistas, nos vamos de excursión al distrito 4
- No tenemos autorización
- Lo sé, te escuché cuando hablabas con Coin, así que me ofrecí voluntario para acompañaros, soy un soldado y tenemos autorización. Saldremos en dos horas.
- Gracias Thom, voy a avisar a Annie.

Le cuento a Annie mi plan y le gusta. La única pega es que la tradición en el distrito 4 es incinerar el cuerpo y despedirse de él arrojando las cenizas al mar, y el cuerpo de Finnick no está. Así que decidimos quemar algunas de sus prendas de ropa y la metemos en una urna. Mientras buscábamos algo para quemarlo, Annie encontró el collar de la concha que él llevó en la presentación de tributos y se lo ha puesto, de modo que la concha toque su vientre, dice que así Finnick estará siempre con su hijo.

Annie y yo estamos en una barca, en el mar del distrito 4, con las cenizas de Finnick. Empieza ella a despedirse.
- Finnick, amor mío, tú sabes que has sido el primer y gran amor de mi vida. Desde que éramos pequeños sabíamos que tendríamos nuestra historia de amor pero nos la imaginábamos diferente. Nuestra historia de amor imaginada era parecida a un cuento de hadas, sin embargo nuestra verdadera historia ha sido algo diferente. Cuando con 14 años fuiste a los Juegos, yo le pedía deseos al mar todas las noches y esos deseos siempre decían lo mismo, que no te pasara nada y que al día siguiente siguieras vivo, y lo conseguiste. Cinco años después me tocó a mí ir a los Juegos y ambos sabemos que de no ser por ti no habría sobrevivido. Después tú te volviste a ir en el Vasallaje y yo no sabía que hacer, te necesitaba a mi lado, necesitaba que me dijeras que todo estaba bien. Cuando me capturó el Capitolio solo pensaba en ti y eso me dio fuerzas. Al salir de allí mi vida cambió, cambió cuando me convertí en tu esposa y cambió cuando supe que estaba embarazada. Nuestra historia no ha sido precisamente un cuento de hadas, pero ha sido maravillosa porque la hemos vivido juntos. Espero que estés donde estés, estés feliz, espero que estés con Mags y con nuestro otro hijo que ni siquiera pudo nacer. Sé que me estarás cuidando todos los días y que no debo tener miedo pero quiero que sepas que te echaré mucho de menos, hasta el día que nos podamos volver a reunir. Te quiero amor mío.

Yo estaba llorando en silencio, pero Annie estaba muy tranquila, como si Finnick de verdad la estuviera cuidando. Entonces me doy cuenta de que me toca hablar a mí
- Bueno Finnick, tu mujer me ha dejado el listón muy alto para superar su discurso- miro a Annie y veo que está sonriendo- Finnick te has ido muy joven, demasiado y no te imaginas la rabia que me da que no puedas conocer a tu hijo, o que no estés cuando Katniss y Peeta se casen o cuando yo tenga hijos. Como si te estuviera viendo sé que estás pensando que soy una vidente pésima pero bueno, da igual. Siempre has sido mi amigo y me has ayudado en todo, mírame, estás muerto y aún así me has arrastrado a una barca en medio del mar, cuando sabes la fobia que le tengo al agua, solo puedo decir gracias. Gracias por todo y ya no sé que voy a hacer sin ti, ¿con quién me voy a reír? ¿Quién será mi compañero para hacer tonterías? Tú siempre me has enseñado a ser fuerte en los momentos difíciles pero como ves, no se me da muy bien. Solo espero que estés bien donde estés y que me apoyes desde allí, que apoyes a tu mujer, a tu hijo, a tus amigos... Solo espero que cuando me reúna contigo, volvamos a reír juntos y a ser amigos como antes, como siempre.

Dicho esto tiramos las cenizas al mar y entonces Annie pone una expresión que no puedo descifrar. Me coge una mano y la posa en su vientre de 4 meses y al instante noto una patada. Entonces grito:
- ¡Finnick, tu hijo se acaba de despedir de ti!
Al instante sopla una brisa marina y es como si él estuviera con nosotros, como si nunca se hubiera ido.

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He publicado este capítulo tan seguido del anterior porque estaba muy inspirada y la verdad es que no podía esperar a subirlo. (Mientras lo estaba escribiendo estaba llorando) Como dato, he escrito esto a las 5:30 de la madrugada, a esa hora me inspiro

Johanna en SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora