Capítulo 23

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¡SPOILERS! Si no has leído Sinsajo y estás esperando a la película no leas este capítulo
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- Haymitch, estaba en la ducha... Explícate mejor.
- ¡Johanna, no hace falta ser muy listo! ¿Qué puede tardar 9 meses en nacer?
- Espera, ¿quién está embarazada?
- Pues...- entonces yo caigo en quién es la única que puede estar embarazada de Haymitch
- ¡No! ¿¡Effie!?
- Sí Johanna, Effie
- Pero ¿cuándo...? Ah ya, el día que no te encontraba en el 13
- Sí, el día de la votación de los Juegos. Yo pensaba que nos íbamos y fue en plan despedida
- ¿Despedida? Cuando nos despedimos porque volvía al 7 no nos acostamos
- Vale, a ver, conozco a Effie desde hace más de 10 años. Al principio me pareció muy egocéntrica pero con los años le cogí cariño y me empezó a gustar. Luego llegaron los 74 Juegos del Hambre y nos tuvimos que centrar mucho en Peeta y Katniss y dejé los sentimientos de lado, pero en el 13 estuvimos mucho tiempo juntos y ese día yo pensaba que no la iba a volver a ver y, bueno, pasó- no daba crédito a lo que me decía
- Entonces, ¿tú estás enamorado de ella? Es decir, ¿la quieres?
- Claro que la quiero. La semana pasada me llamó para que fuera al Capitolio y cuando llegué a su casa y me abrió la puerta vi esa enorme barriga y me dijo que está de unos 6 meses. Johanna, ¿te imaginas? Voy a ser padre
- Me alegro mucho por ti Haymitch. ¿Entonces te vas a vivir al Capitolio?
- No puedo... Yo tengo muy malos recuerdos de este sitio.
- Seguro que encuentras la solución. Bueno voy a terminar de ducharme
- Adiós preciosa
- Una cosa, ¿cuándo vuelves?
- Mañana por la mañana estaré allí
- Pues hasta mañana entonces
- Hasta mañana.

Me voy a la ducha, incapaz de asimilar tanta información de golpe. Haymitch y Effie van a ser padres. No me los imagino. Va a ser muy gracioso. Me gustaría ver la cara de Katniss cuando se lo cuente.
Después de ducharme pienso en cómo no me he dado cuenta. La noche que desapareció Haymitch en el 13, el vestido ancho de Effie en el hospital del 4, las miradas que se echaban... No sé, quizá no me he dado cuenta porque era algo surrealista. Es decir, si tu ves a Haymitch y Effie por la calle puedes pensar que son escolta y mentor o dúo cómico pero no pareja. En fin, cosas del destino.

Estoy sentada en un banco en la estación de tren. Son las 10 de la mañana y Haymitch tiene que estar al llegar. Se le notaba tan contento por el teléfono... Espero que con una familia pueda dejar de lado los recuerdos dolorosos. Pasa media hora antes de que Haymitch baje del tren. Sin embargo, no se le ve feliz o ilusionado, más bien parece triste, muy triste. Le ayudo con un par de bolsas que lleva pero no le digo nada. El camino hasta su casa es en absoluto silencio. Cuando llegamos a su casa no lo puedo aguantar y empiezo a hablar.
- ¿Qué?
- ¿Qué de qué Johanna?
- ¿Qué te pasa? Ayer estabas que te subías por las paredes y hoy estás así, ¿me lo vas a contar?
- Effie quiere que me vaya a vivir con ella al Capitolio. Sabes que no puedo estar allí mucho tiempo. No puedo criar a mi hijo en el mismo lugar donde cada año veía morir a dos niños, no puedo.
- ¿Y por qué no le dices a Effie que se venga a vivir contigo aquí?
- Se lo he dicho pero el Capitolio es su vida. Ella nació allí, imagínate, ella ha vivido con todos esos lujos toda su vida, lujos que no hay en los distritos. Y la entiendo perfectamente.
- Pero, ¿entonces qué vas a hacer?
- Pues iré de vez en cuando a visitarla y, si algún día me acostumbro a ese sitio, me iré a vivir con ella. Está bien pensado...
- Pero...
- Está bien pensado pero yo no quiero ir de vez en cuando, yo quiero estar con ella cuando vaya a hacerse la ecografía, o cuando el bebé de patadas, o cuando se ponga de parto, cuando nazca... Quiero estar con ella todo el tiempo, no me quiero perder nada. ¿Se te ocurre alguna solución?
- Ahora mismo no caigo...
- Bueno, yo llevo pensándolo desde ayer y tampoco tengo ninguna idea. Supongo que lo mejor será ir cuando pueda al Capitolio, ver a Effie y volverme al 12.
- Bueno, puedes mudarte al distrito 1. Está mucho más cerca del Capitolio que el 12
- Sí pero, no quiero dejaros. Hasta que me enteré de lo del embarazo, vosotros habéis sido mi familia. Tú y yo hemos tenido muchas charlas como amigos; las que tengo con Katniss son más como padre e hija; y las que tengo con Peeta son con padre e hijo, él como el padre me refiero. No quiero dejaros, el 12 es mi hogar.
- Te entiendo perfectamente, por eso me mudé. Me tengo que ir Haymitch, nos vemos luego
- Hasta luego preciosa

Me siento muy mal dejando a Haymitch solo en un momento así pero, Katniss me llamó ayer y me dijo que necesitaba mi ayuda, así que voy a su casa.
- ¡Katniss, soy yo, ábreme!- me abre la puerta
- Johanna hay un botoncito al lado de la puerta, se llama timbre, deberías aprender a usarlo.
- Venga descerebrada, déjame pasar, me has llamado tú- pasamos y me siento en el sofá
- Sí, Johanna necesito tu ayuda
- ¿Qué pasa?
- Por cierto, ¿qué ha pasado con Haymitch? Fui ayer a buscarle y no estaba...
- Estaba en el Capitolio pero eso mejor que te lo explique él. Dime, ¿qué te pasa?
- Es Peeta
- ¿Peeta? Si el otro día os vi juntos y os vi muy bien
- Sí, ese es el problema. Nos llevamos bien, comemos juntos, dormimos juntos pero no sé que somos.
- ¿Se lo has preguntado? ¿Lo has hablado con él?
- Pues no... Tengo miedo de que ya no esté enamorado de mí, de que solo seamos amigos, quizá por eso no ha dado el primer paso... ¿Puedes hablar tú con él Johanna?
- Puedo hacerlo pero deberías hablarlo tú.
- Por favor...
- Está bien, pero me debes una
- Gracias

Salgo de la casa de Katniss y voy a la de Peeta. Toco el timbre y en cuestión de segundos Peeta me abre la puerta. Lleva un delantal y está lleno de harina.
- ¡Johanna! Me has pillado horneando
- Sí, se nota- digo señalándole la harina que lleva en la cara.
- Bueno, ¿qué quieres?
- Venía a ver si tenías una barra de pan.
- Pues las estoy haciendo. Me falta una media hora. Pasa y espera a que termine.
- Vale- digo contenta. Tengo la oportunidad de hablar con él. Pasamos a la cocina y mientras él sigue amasando, yo me siento en una de las sillas.
- Bueno panadero, ¿qué tal con Katniss?
- Bien, la verdad es que últimamente estamos mejor. Estamos casi todo el día juntos. Es solo que...
- ¿Qué pasa?
- Debe de ser por el veneno de rastrevíspulas pero el otro día pensé que a lo mejor estoy enamorado de Katniss pero porque no ha habido otra chica. A lo mejor esos besos de la arena no significaron nada y solo me gustaron porque era un beso. No se...
- Peeta a veces pareces tonto. Mira- entonces le sujeto la cara con ambas manos y le beso- ¿Has sentido algo? ¿Te ha gustado?
- Pues no, la verdad
- Entonces los besos de Katniss no te gustaban simplemente porque eran besos, sino porque te los daba ella y estás enamorado.
- Sí, puede ser. Pero creo que ella me ve como amigos. Llevamos "viviendo" juntos casi dos semanas y no nos hemos dado ni un simple beso. Es como si viviera con Haymitch.
- Pues da tú el primer paso. Katniss te quiere pero no sabe demostrarlo. Ayúdala. A ver si podéis formalizar ya la relación de una vez.
- ¿Entonces qué hago?
- Hay dos opciones, o lo hablas con ella tranquilamente, o lo haces en plan romántico y le pides que sea tu novia. Creo que ambos sabemos cuál vas a elegir.
- Apuesto a que sí. Muchas gracias Johanna. Por cierto, toma tu pan
- Gracias, ¡adiós panadero!
- ¡Adiós Johanna!

Este día ha sido agotador. Después de hablar con todos mis vecinos, me fui a mi casa. Estuve el resto del día en ella. No me apetecía nada salir, solo quería descansar y me dormí enseguida. A la mañana siguiente me despierto por el ruido del timbre. Bajo las escaleras y voy a abrir la puerta.
- Buenos días preciosa
- ¿Haymitch? ¿Qué haces en mi casa a las 9 de la mañana? Pareces más animado.
- He pensado que me voy a ir con Effie al Capitolio. Vale que no me gusta el sitio pero es mi hijo, quiero estar con ellos.
- Me parece buena idea aunque espero que nos visites de vez en cuando.
- Pero si todavía no me voy. Voy a llevarme las cosas a casa de Effie, volveré para despedirme definitivamente.
- Me alegro de que te hayas decidido pero, ¿por qué me has despertado?
- Necesito tu ayuda con las maletas.
- ¡No!
- Yo te ayudé con la limpieza.- Ahí Haymitch tenía razón- Vale, espérate que me cambie y te ayudo
Me visto rápidamente y me voy a casa de Haymitch. Le ayudo a hacer las maletas. No es muy difícil pero es aburrido. Por lo menos terminamos rápido y en media hora ya hemos empaquetado todas sus cosas. Le acompaño a la estación. El tren todavía no ha llegado, así que nos sentamos en un banco a esperar. Después de un cuarto de hora el tren aparece y Haymitch se levanta dispuesto a irse. Yo me despido de él, aunque lo vaya a ver en un par de días y, mientras nos abrazamos, veo a una mujer salir del tren con un montón de maletas. Haymitch nota que estoy mirando algo y él se pone a observar también. La mujer se da la vuelta para coger algunas de sus maletas y nos damos cuenta de que es Effie.
- ¡Effie! ¿Qué haces aquí?- pregunta Haymitch
- Me vengo a vivir contigo
- Pero ¿no decías que el 12 no te gustaba?
- Ya pero pensé que en el Capitolio no tenía nada y aquí podría formar una familia.- Effie empieza a mirar las maletas de Haymitch- ¿Y tú dónde vas?
- Me iba al Capitolio a vivir contigo
- ¿No decías que no te gustaba el Capitolio?- pregunta Effie divertida
- Y no me gusta, me gustas tú.
Entonces ambos se besan y sé que Haymitch ha encontrado la felicidad, después de tanta guerra y muertes, al fin la ha encontrado.
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Hola! Lo primero de todo quería agradecer a todos los que leéis esta historia y sobretodo a los que comentan, ya que me animáis a seguir. Quería advertir que estoy intentando subir varios capítulos porque este viernes empiezo 1 de bachillerato y no creo que pueda actualizar tan seguido, aunque lo intentare. Gracias!!

Johanna en SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora