Capítulo 18.
Quisiera decir... No nos habíamos equivocado. ¿Cierto? simplemente, fue un tropiezo.
Hayes frunció el ceño y continuo jugando con mis dedos -. Tomarás pastillas. Serán geniales. Lo prometo.
Rodé mis ojos un poco exhausta. Sabía que no sería una buena experiencia tomarlas, digo, ¿a quién le gustaría tomar unas jodidas pastillas los siguientes días a determinadas horas? Soy desorganizada, muy, no quería.
Maldito condón.
Intenté no inmutarme por el hecho de que no habíamos utilizado condón. Fue una equivocación. Nos dejamos llevar, pensé.
- Mmh, confió en ti. Pero no en las pastillas, ¿vale? No son tan confiables.
Y era verdad. Mejor sería un condón. Pero ya no podía revertir lo hecho.
Hayes se aproximó a mí, rodeándome con sus largos y fuertes brazos. Desprendía un olor magnífico, digno de admirar. Había pasado una hora exactamente de nuestro primer polvo, y sinceramente, tenía un olor exquisito.
- ¿Con quién.. fue tu primera vez? -. Hayes sé estremeció por dentro. Lo sentí cuando sus muslos se tensaron.
Una sobria carcajada se acumuló en mí. A nadie engañaría, dejo de ser virgen hace mucho tiempo atrás.
- Nadie importante -. Susurró jugando con el mechón más cercano a mi mejilla -. Eres muy curiosa, ______.
- Vale, vale. ¡No pregunto más!
Reí levantándome de su agarre. Una energía eléctrica comenzaba a surgir en mí. Me sentía feliz.
Hayes me hacia completamente y exactamente feliz. Había dado en el blanco está vez.
- - -
Él día comenzó a transcurrir un poco lento. La noche no quería avecinarse, era extraño, casualmente anochecía muy rápido.
Hayes miraba la televisión atento. Comenzaba su juego favorito de fútbol Americano y me aterraba. Me costaba imaginarlo sin su deporte favorito, joder, no debió de pasarle el accidente. Ha sido duro para ambos, pero más para él. No me gustaba oír que estaba bien físicamente cuando internamente estaba realmente desbastado. Era como sí una parte de él se hubiese fugado y no podría volver más.
Sonrió por la anotación de su equipo y me limité a abrir el empaque de las pastillas más efectivas que habíamos podido encontrar. Según, eran bastante buenas sobre el organismo. Y mejor, tenían cafeína, no soportaba un medicamento que me hiciera dormir.
La tomé. Sentí el frío del agua recorrer mi cavidad bucal, y empujé. Listo. Mi trabajo estaba hecho.
Una sonrisa se posó sobre mis labios, directamente mi mirada estaba sobre el mísmisimo Hayes Grier. Recordé el gran momento que había percibido horas antes. Nada como ese fuerte cosquilleo de que definitivamente estuvo correcto y era el momento. Supongo que era esa oleada de la primera vez.
Luego pensé. América.
Corrí hasta quedar en el regazo de Hayes. Básicamente, me había tirado.
Suspiré -. América... Es su cumpleaños, ¿sabes? El sábado.
Hayes río y me miró a los ojos. Como amaba esa mirada profunda.
- Vale. Lo recuerdo. ¿Iremos? - Él ladeo la cabeza y comenzó a jugar con mis nudillos, acariciándolos y presionándolos.
Definitivamente mis intenciones no eran hablar sobre el cumpleaños de América. Ni mucho menos. Era mí mejor amiga, ya tendría su regalo y sus felicitaciones de nuestra parte. Lo había recordado porque sería un día especial, tal vez el día perfecto para que Hayes me permitiera entrar en su vida, de una manera, más formal.
Sin duda él no tenía ni la menor mínima idea. Pero quería que lo hiciera... Sabía que ya era hora y que accedería sin pensarlo dos veces. ¿Qué había que perder?
- Sí. Iremos.. Y será divertido. Estarán muchas parejas, -. Hice una pausa enfatizando lo dicho - seguramente te encantará.
- ¿Parejas? -. Él frunció el ceño y un bostezo se escapó de sus labios.
- Parejas.
- Venga. Es deprimente verlas. - Intentó prestarme atención, pero su juego claramente era un poco más importante -. Nunca he servido para las relaciones sinceras, ni lo haré. Prefiero no involucrarme.
Joder. Eso había dolido.
Entiendo que había pasado tiempo en que Hayes no había fijado su vista en ninguna chica y menos había tenido novia, aparte de mí. Pero descaradamente había confesado que no quería tener absolutamente nada que ver en las relaciones, algo que anhelaba con mis fuerzas.
Mordí mi labio. Estaba completamente incomoda, así que opté por levantarme. De alguna forma me sentía aturdida y descontrolada, quería ir a mi habitación y permanecer allí un invierno entero. Quisiera tener la capacidad de hibernar por un día.
Definitivamente había dolido.
Suspiré frustrada y comencé a frotar mi cien.
- Buenas noches, Hayes.
Él respondió con un beso en el aire. Supongamos que ya no era chistoso y tampoco romántico, tenía un trago amargo en medio de mi garganta y no quería quitarlo de su lugar.
Sería una noche completamente larga...
¡¿Qué mierda estaría pensando?!
-
Uh, problemas. Nuevamente.
El nombre debería de ser: lo que sale bien una vez terminará saliendo mal.
#chistemalo.
¡Buenas! espero que les haya gustado el capítulo. La verdad faltarán unos pocos para terminar la novela, me ha gustado mucho esta experiencia y he estado haciéndola lo más larga posible. Pero a veces es inquietante, me quedo sin ideas. Y tiene que haber un desenlace. En fin, no sé.. Sé me ha ocurrido algo más con respecto a esto. Y espero que les haya gustado.
definitivamente no sé que hice pero siempre iré por el buen camino con ustedes.
Un besito.
+ 50 comentarios. Está es la cifra única. La novela la continuaré sí llegamos, sino, optaré por no hacerlo. La verdad es un poco difícil para mí escribir... Y pues, apreciaría desde el fondo sus COMENTARIOS Y VOTOS.
Siempre son mi incentivo.
Muchísimas gracias.
+5O.
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mundos opuestos | hayesgrier y tú
FanfictionPodrán decir que esta es la misma historia sobre un chico y una chica que al final se enamoran, y todo acaba bien. El problema es que esta frase "lo que comienza bien, termina bien" no encaja perfectamente en esta historia, por que nunca comenzó bie...