Capitulo 7

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Hoy es mi ultimo día libre. Mañana regreso a trabajar y no me siento muy emocionada al respecto. Me encanta mi trabajo, pero se que en mi regreso todos me van a bombardear con miles de preguntas que prefiero no responder. Sera un regreso agobiante.

De igual forma, hoy quede de verme con el desconocido del teléfono hoy a las ocho de la noche en la cafetería que esta sobre la avenida principal. Ahora que me lo planteo, no se si fue buena idea aceptar. No lo conozco y no se realmente cuales sean sus intenciones. Pero ni modo, tendré que ir, ya que si hay algo que odio es a la gente que se retracta de sus propias decisiones.

Aun me quedan un par de horas para arreglarme, así que me meto a tomar un largo baño de agua caliente. La casa esta en absoluto silencio y eso me pone incomoda asi que pongo algo de musica. Musica clásica. También prendo un cigarrillo mientras estoy en la tina. Hace unos meses intente dejar de fumar pero debido a mi ansiedad por los acontecimientos que he vivido, nunca he podido dejarlo. El humo del cigarro entra y sale de mis pulmones dándome una ligera sensación de mareo y bienestar mientras se escucha La quinta sinfonía de Beethoven.

Fue la misma pieza musical que escuche cuando conocí a Martin. Me trae muchos recuerdos. Siempre me imagine como una de esas pequeñas bailarinas que tienen las cajas de musica. Girando y moviendose al ritmo de cada nota. Incluso Martin me había regalado una caja de musica en mi cumpleaños pasado. Fue lo unico que no tire a la basura, ya que aquella melodia era la que sonaba en la cuna del bebé que perdio mi madre, y de alguna u otra forma me hace feliz recordarlo. No tengo fotos de mis padres ni nada que me recuerde mi infancia, solo los sonidos me pueden hacer transportarme a esos momentos, como un viaje en el tiempo... Atemporal.

La musica cesa y me apuro a salir de la tina e ir a cambiarme. No se que ponerme y la verdad no quiero que se note mucho que me he esforzado en mi apariencia. No tengo deseos de impresionar a aquel desconocido del cual ni siquiera se su nombre, así que tomo el primer vestido que encuentro y me pongo un abrigo encima. Decido llevar el cabello recogido y solo me pongo un poco de labial y rimel para disimular mi tono de piel enfermizo.

Una vez estando lista, tomo mi bolso y salgo a la calle en busca de un taxi. Lo tomo y no digo ninguna palabra en todo el camino. Llegamos a la cafeteria, le pago al chofer y me bajo inmediatamente.

Queda con el extraño en verlo en la entrada. Me dijo que llevaria un abrigo color café claro, así que observo a la gente alrededor y no veo a nadie que cumpla con esa característica. Miro el reloj de mi teléfono y me doy cuenta de que aun faltan diez minutos para la hora exacta, así que saco un cigarrillo y busco el encendedor dentro de mi bolso. No lo encuentro y maldigo en voz baja. Decido quitarme el cigarro de la boca para guardarlo. Alzo la mirada y enfrente de mi hay un tipo muy alto. Bien parecido. Y que lleva un abrigo del color que buscaba.

Por alguna razón me pongo nerviosa, pero no me animo a hablarle porque no estoy cien por ciento segura de que sea el. El hombre me observa y yo bajo la mirada. Nerviosa vuelvo a mirarlo y esta vez el sonrie y se acerca a mi, despacio. Muy despacio.

-- Disculpa... Eres la chica a la que le envie mensajes muy estúpidos?-- Dice sin quitarme la mirada de encima y no puedo evitar sonreir.

-- Con que eres tu. Gracias por la pista. Es la unica forma de saber que estoy hablando con la persona correcta.-- Digo nerviosa.

-- No me siento orgulloso de eso... De hecho es vergonzoso... Pero efectivamente es la única forma de saber que somos nosotros...

El extiende su mano y vuelve a hablar.

-- Soy Andrew Allen. Mucho gusto.

Extiendo mi mano para estrechar la suya y ahora me presento yo.

El cielo esta triste ✨✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora