Capitulo 4

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Ya amaneció. Parece que aun es temprano así que me quedo acostada en la cama por un rato mas. Suena mi teléfono y veo que tengo muchos mensajes. Con los ojos entrecerrados decido ver la pantalla del teléfono y echar un vistazo. Me sorprende tener mensajes porque usualmente nadie me escribe a menos que sea por cuestiones de trabajo y precisamente estoy de vacaciones, así que no esperaba que alguien me escribiera.

Me frotó los ojos para poder ver mejor y despues de un largo bostezo, abro mi bandeja de mensajes.

87 mensajes recibidos.

Pero que carajo...

Empiezo a abrir uno por uno y todos son del mismo numero remitente.

"Donde estas"

"Porque no contestas"

"Te gusta hacerme sufrir, cierto?"

"Te di todo y me pagaste de la peor forma"

"Gracias por dejarme hecho mierda"

"Por lo menos dame una explicacion"

"Contesta el puto teléfono"

Miro y miro los mensajes y no puedo evitar reír. Obviamente alguien se equivoco. Despues de meditarlo por varios minutos, decido responder lo mas amable posible.

"Hola
No se quien eres, pero parece que te equivocaste de numero.
No se a quien buscas, pero creeme que no soy yo.
No te preocupes.
Borraré todos los mensajes.
Suerte."

Envió el mensaje y en cuestión de segundos tengo una llamada entrante. Miro la pantalla y veo que es el mismo numero de los mensajes. Dudo en responder, pero finalmente lo hago.

-- Hola?

-- Megan, eres tu?

Es un hombre. Aunque por los textos ya lo habia dado por hecho.

-- No soy Megan. Creo que estas hablando con la persona equivocada.-- Digo tratando de sonar calmada.

-- Mierda. Me acabo de dar cuenta de que puse mal el ultimo dígito. Te pido mil disculpas... Veras ayer estaba ebrio y... Bueno. En mi intento por contactar a Megan... Cometí el error de poner el numero mal. Perdón.

Presiento que esta a punto de colgar.

-- No pasa nada. Así que no te sientas mal.-- Digo.

-- Muchas gracias. Hasta luego.

Dijo y finalmente colgó.

Al escuchar su voz me di cuenta de que aquella persona al otro lado de la linea no estaba bien. Parecía que lloraba y le costaba hablar. Respire hondo y me pregunto si el chico de la pizza tuvo la misma percepción en mi.

A decir verdad, se que me veo fatal.

No me he bañado. Ni siquiera he cepillado mis dientes o mi cabello. Estoy hecha un desastre y puedo percibir un desagradable olor a humedad viniendo de mi ropa. Alzo el cuello de mi playera para comprobarlo, la huelo y efectivamente apesto.

Aun así no tengo ganas de nada. Solo quiero dormir y no despertar, pero mi estomago ha empezado a retumbar y se que si no como nada mi salud empeorara.

Decido ponerme un abrigo largo y un gorro de invierno. No me importa que tan mal me vea, creo que me hará bien tomar aire fresco.

A decir verdad ni siquiera se a donde voy ni que voy a comprar. Así que salgo de la casa y empiezo a caminar sin rumbo. Todo a mi alrededor esta gris y oscuro. Me pregunto si mi alma es del mismo color.

A pesar de que odio el invierno, extrañamente ver ese cielo gris me da tranquilidad. Me hace pensar que no soy la única que emana ese color. Me pregunto si el cielo también estara triste.

Alzo la vista hacia arriba y como si el cielo pudiera escucharme, le digo en un susurro:

No estas solo.

Sigo caminando y me doy cuenta de que he llegado a la pizzería. Se que no deberia comer pizza dos dias seguidos pero no se me antoja otra cosa. Me acerco a la puerta principal y la abro. Me doy cuenta de que hay varios chicos repartidores que estan esperando sus pedidos para ir a entregarlos. Pero hay algo extraño. Un aura deprimente inunda el lugar. Decido no darle importancia y me acerco al mostrador.

-- Pizza de pepperoni con extra queso. Por favor.

-- Para llevar o para comer aquí?-- Pregunta la chica en la caja sin siquiera mirarme.

-- Para llevar.

La chica me da un ticket con un numero y me pide que me siente mientras espero me orden. Hago lo que me dice y me siento. No puedo evitar observar los rostros de todos los empleados. Lucen tristes. Al menos no soy la unica que se ve asi. No es que me alegre la desgracia ajena, si no que al menos asi siento que nos hacemos compañia.

Pasan algunos minutos y se me ocurre buscar al chico que me llevo la pizza a casa. Quizá pueda preguntarle porque el ambiente se siente tan tenso. Miro a todos lados y no lo veo en ningun lado.

Posiblemente se tomo un descanso.

Cuando por fin me llaman para ir por mi pizza, me doy cuenta de que hay una foto del chico colgada en la pared detras de la cajera. Con dificultad alcanzo a leer el motivo de la tristeza del lugar.

Tom Kennedy
Siempre te recordaremos por ser un gran empleado, hijo y amigo.
Descansa en paz

Me quedo parada tratando de entender la situación, a lo que la chica de la caja pregunta.

-- Usted lo conocía?

-- Yo... No... Ayer... Lo conocí ayer cuando fue a hacerme una entrega... ¿Que paso?...

-- Ya veo. Quizá usted es la ultima persona que lo vio vivo...

-- Que?

-- Ayer, el no regreso después de su ultima entrega... Luego llamaron para avisar que habia tenido un accidente. Al parecer un idiota lo choco y salio volando varios metros. A pesar de llevar el casco, murió al instante...-- Dice la chica con lágrimas en los ojos.

-- Yo... Lo siento mucho.

-- El era un gran chico. Podía parecer frío y distante, pero siempre se preocupaba por los demás... Es una lastima...

-- Era muy joven...

-- De hecho era el empleado mas joven de aquí...

-- Bueno, tengo que irme. Gracias.-- Tome la pizza del mostrador y salí de ahí con prisa.

Ahora todo tenia sentido.

Lastima que no pude agradecerle por preocuparse por mi.

Ahora se porque el cielo esta triste...

Se ha ido una gran persona.

El cielo esta triste ✨✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora