Capitulo 12

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Después de salir de la oficina, tome un taxi y fui rápidamente a casa. En el camino, abri la caja en ocasiones para verificar que el gatito estuviera bien. Estaba un poco inquieto por el movimiento del auto, pero nadamas.

Una vez llegando a casa, deje la caja en medio de la sala de estar y la deje abierta para que el pequeño pudiera salir y explorar. Al principio le dio miedo, pero una vez que salio de la caja comenzó a oler todo y visito cada rincon de la casa.

Mientras lo observaba de reojo, saque algo de leche y galletas para cenar. Busque en la alacena si tenia algo que darle a Salem y por fortuna, encontré mas atún. Se no iba a poder darle eso por siempre, así que pense en ir mañana temprano por alimento para gato al supermercado, además igual me estaba quedando sin despensa. Para lograr hacer las compras, iba a tener que pararme mas temprano de lo habitual para evitar que se me hiciera tarde para el trabajo. El solo pensarlo, hacia que mi cuerpo doliera de cansancio, pero ni modo. Era un precio bajo por cuidar bien de Salem.

Me bebí el vaso de leche casi de un solo trago y me acabe el paquete de galletas. Abrí la lata de atún y llame a Salem, quien enseguida reconocio el olor y empezó a maullar como loco. Puse la lata en el piso y el pequeño me miro lamiendose la comisura del hocico para después comer tranquilamente.

Mi cuerpo me pidió a gritos que me fuera a dormir, pero antes de hacerlo le di un baño de agua caliente a Salem. Revise con cautela si no tenia pulgas y me alegre bastante al ver que no era así. Lo seque bien y lo lleve conmigo a la cama para que durmiera calientito.

Una vez acostada, con Salem acostado hecho un ovillo sobre la almohada que solia ser de Martin, me puse a pensar en todo lo que hable con Catherine. No podia dejar de estar sorprendida. Y pensar que todo este tiempo solo la veia como la jefa de la editorial y nadamas. Quede anonadada. Pero no la culpo por no acercarse. Ya estoy acostumbrada a que me digan que perciben un aura de distanciamiento a mi.

Decido no darle importancia, por algo pasan las cosas ¿No?

Cierro mis ojos y juro que nunca había sentido tanta paz. Es como si mi interior hubiera dejado de ser oscuro y ahora estuviera pintado de tonos azules. Pacifico. Tranquilo. Me siento feliz y por un momento hasta me siento extraña.

¿Deberia permitirme ser feliz?

La verdad no se si me lo merezca. Siempre me que intento hacer algo bien empieza a inundarme la culpa otra vez. Pero, siento que ahora sera diferente y espero no equivocarme.

De verdad me gustaría tener una vida normal y feliz. ¿Tendre tiempo todavía?

Miles de imagenes invaden mi cerebro. Entre ellas recuerdos y alguna que otra fantasia. Si hay algo de lo que estoy segura es que quiero enamorarme. Quiero vivir un amor puro y sincero como una adolescente. Quiero que llegue esa persona que me ayude a ser mejor y que no me haga dudar de formar una familia.

Se que aun me falta mucho por recorrer y cambiar. Pero estoy dispuesta a hacerlo.

¿Estare siendo demasiado positiva?

Y de repente, entre esos pensamientos noto un fuerte olor a canela. Mis ojos se abren rápidamente y de un salto me levanto de la cama.

No puede ser.

Me quedo parada en medio de la habitación. Mis piernas han comenzado a temblar y mis manos estan goteando de sudor.

Se lo que ese olor significa.

Mi pasado viene a visitarme.

¿Alguna vez haz percibido un aroma especifico que es tan especial que te transporta a un pequeño viaje en el tiempo?

¿Alguna vez haz oído hablar de que el olfato tambien recuerda?

¿Alguna vez haz sentido que puedes recordar a una persona solo percibiendo algo que tenga su olor?

Bueno, pues mm es mas común de lo que crees.

Y además es real.

No lo digo solo por experiencia. Incluso esta comprobado científicamente.

Ahora que mi casa esta impregnada de ese olor a canela, solo puedo pensar en una persona:

Mi madre.

Aun puedo verla frente al espejo de su habitación rociándose de aquel perfume que le había regalado papá en su cumpleaños. El perfume habia sido caro. Por eso mismo mamá lo atesoraba demasiado. Además, solo bastaba con tres rociadas para que el aroma permaneciera todo el día. Olía exquisito. Era una mezcla de canela, jazmín, entre otras notas que eran casi imperceptibles por el olor a la canela.

Papá bromeaba con que mamá olía a navidad.

Y en vez de tomárselo a mal, mamá lo tomaba como un cunplido porque era su aroma preferido en el mundo.

Y era el que yo mas amaba también.

Tiempo pasado.

Porque ahora ese olor me hacia recordar demasiado y lo odiaba con todas mis fuerzas.

Pero ahora estaba, inmóvil. Aun en medio de la habitación. Llorando y temblando de miedo.

Porque sabia que esa era la forma cruel y horrible que tenia la vida para recordarme que no podía ser feliz.

Era como si mi madre se hiciera presente para decirme:

Mataste a tu hermano Valery.

Y me mataste a mi también.

De repente, sin poder predecirlo, un grito invade mi garganta. He sentido como algo ha pasado corriendo entre mis piernas.

Estoy en pánico.

Poco a poco el olor se ha ido esfumando.

Y caigo en cuenta de que lo que a pasado a traves de mis piernas ha sido  Salem, quien ahora se esta frotando en mis pies descalzos.

Con el corazón al tope y el cuerpo temblando por semejante miedo, tomo al pequeño felino entre mis brazos.

-- Me has dado un buen susto Salem.

El gato solo se limita a ronronear.

-- Gracias por estar aquí. Ahora no estoy sola.

Dicho esto, lo acaricio un poco mas y vuelvo a colocarlo en la almohada para que duerma.

Y en ese momento mi celular suena.

Es un mensaje.

De Andrew.

Buenas noches Valery.
Espero que podamos vernos cuando estés libre.
Descansa
:)

Rápidamente le contesto:

Buenas noches Andrew.
Estaré libre el fin de semana
¿Quieres que nos veamos en la misma cafeteria?
Descansa

Doy un suspiro largo y ahora mas que nunca se que no estoy sola.

Ya no mas.

El cielo esta triste ✨✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora