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Go to hell









La mentira comenzó a alargarse con el paso de los días, pero nada de lo que sucedió podía irse de su mente, eso la hizo alejarse de Edward lo más que pudo, aunque supo que estaba escapando de la terrible verdad. No obstante, era de esperarse que el lector de mentes descubriera su secreto, sólo lo hacía de forma involuntaria, y aunque quisiera evitarlo, por primera vez ella podía aceptar que él tenía razón.

—Vas a decirle, ¿o no? —ambos estaban esperando a Bella en la frontera de al reserva, doble protección era lo indicado según Carlisle, aunque todavía se estaban concentrando en encontrar a Claudine.

—Por supuesto que voy a hacerlo, pero tú no podrías entenderme, Edward... —la pelirroja suspiró mientras se recargaba en el Volvo plateado del vampiro.

—Rosalie es mi hermana, y para mí, a pesar de su deplorable comportamiento con Bella, su bienestar y felicidad es importante. —admitió el cobrizo, ambos se miraron, la bruja asintió—.

—¿Y si fueras tú o Bella en mi lugar? —cuestionó la Kurt— Se lo dirías... ¿No? Tú lo descubrirías.

—Me temo que yo no soy capaz de imaginarme con alguien más que no sea Bella... Pero si ese fuera el caso... ¿no tendría yo que amar a la otra persona para sucumbir?

—Ese es el problema, no piensas como un adolescente normal. —la de ojos azules chasqueó la lengua ligeramente desesperada— Pero no se lo dirás.

—Confío en que tú lo harás... Después de todo, tú también fuiste afectada por mi decisión de abandonar Forks... Te lo debo. —ninguno sabía qué estaba haciendo mal, pero sólo había una cosa segura, tarde o temprano Rosalie lo descubriría.

Madison asintió, sus mirada oceánica reparó en auto de Jacob, del que tanto él como Bella salieron para encontrarse con ellos.

—Gracias por confiar en mí. —murmuró antes de sonreírle a Jacob.

¿Cuánto más podría ocultarlo?

[...]

—Es complicado. —la pelirroja se sentó al lado de Dean, su amigo, fiel a su amistad juró silencio, aunque quizá no era lo mejor— ¿Sabes? La amo, quiero estar con ella pero, al igual que ella, la inmortalidad me abruma, no puedo pensar en algo como eso, no puedo imaginarlo.

Mad —le llamó por su apodo— Besaste a Leah, tu mejor amiga de la infancia, tu mejor amiga hasta que descubrimos este mundo, la primera chica a la que amaste... El que estuvieras ebria no justifica nada, y lo sabes.

El pelinegro suspiró para luego recargarse en su asiento.

—Estamos en un momento complicado, las muertes en Seattle incrementan, y no creo que sea obra de Claudine, hay olores diferentes por toda la ciudad, pero nada igual y por mucho que odie aceptarlo, tener esta "alianza" con los Cullen y los lobos, nos garantiza que las personas que amamos estarán seguras. —.

—¿A qué viene esto?

—Madison, el que Rosalie y tú tengan algo... Es un arma de doble filo, garantiza protección hacia tu madre, tu hermana, pero también las pone en constante peligro, Victoria intentará atacar en donde más nos duele, así como Katherine y Elijah hicieron con Claudine. —respondió.

Ambos se miraron.

—Es por eso que deberían alejarse de su pelea. —aquella voz los hizo girarse, Claudine estaba frente a ellos, con los brazos cruzados— Hablar en público es una buena forma de ocultarse, pero deberían aceptar que no es su pelea.

La de ojos verdes se sentó en el medio, luego ordenó a la camarera de la cafetería un latte.

—Creíamos que estabas perdida. —la pelirroja observó a su amiga, había algo diferente, algo que apenas pudo reconocer, y en su cuello, un collar con una pequeña pieza de jade acentuaba el color de sus ojos— Estuvimos buscándote.

—Sólo fui a recuperar algo que era mío. —dijo refiriéndose a su talismán de jade.

—Jasper no ha dejado de preguntar por noticias. —aseguró el cazador, la Winchester encogió los hombros—.

—Vamos al punto de esta conversación, tú, te besaste con Leah... —la castaña sonrió con una ceja alzada— Y Rosalie se enterará inevitablemente, por supuesto que... Si lo hace podríamos... Borrar ese pequeño detalle. —la pelirroja negó con el ceño fruncido.

—Claudine, no podemos quitarle un recuerdo.

—Ya lo hicimos décadas atrás, Madison, inevitablemente en otra vida se encontrarán, tendrán tiempo para discutirlo entonces. 

El Simmons alzó una ceja, luego miró de vuelta a la nueva híbrida.

—Eso es diferente. —murmuró el vampiro.

—¿Disculpa?

—No estás bajo el don de Jasper, tienes tus recuerdos, tu magia, la parte de ti que estaba escondida.

Madison devolvió su mirada a la Winchester, quien después de poner los ojos en blanco cambió la conversación.

—Lo de Bella y Victoria no es su pelea, no es nuestra pelea, deberían aceptarlo y alejarse, los Cullen ya les dieron la espalda una vez, ¿cuánto tiempo tardarán en hacerlo de nuevo?

—No tenían elección.

—La tenían, la mayor parte del tiempo podemos elegir.

—Edward es parte de su familia. —alegó la pelirroja, pero la castaña negó con la cabeza.

—¿Entonces por qué Rosalie no fue capaz de llamarte al menos una vez? O Alice —dijo con la mirada sobre Dean— ¿Ella de verdad tenía que ser así contigo?

—¿Esto es por Jasper?

—Esto es por nosotros —sentenció— no es nuestra pelea, no es nuestra obligación, perdoné hace mucho a Bella, fue una víctima como nosotros, tenían razón... Pero Edward... Los Cullen, merecen al menos un poco del infierno que nos dejaron cuando huyeron del pueblo. —aseguró con confianza, y por primera vez, vieron una parte que no conocían de la bruja, una parte que le había dado su reputación en el pasado, una parte que los destruiría de una forma u otra.

La pelirroja y el de cabello negro se miraron entre sí, todavía había algo que los detenía de seguirla, sus sentimientos hacia Rosalie y Alice.

—Cuando desperté de mi transición me di cuenta de algo, una parte de mí que se había mantenido oculta también regresó, y esa parte, ese instinto me prohíbe ser pisoteada por aquellos que juran amor y lealtad. Madison, Dean, muchas personas nos han subestimado, y ninguna lo ha hecho dos veces.

La híbrida se recargó en su asiento.

—¿Entonces qué sugieres? 

—Sólo dejen que se peleen como perros entre ellos... Les prometo que ni Alice ni Rosalie saldrán lastimadas, sólo necesitan un pequeño empujón para darse cuenta de su error.

Ninguno supo realmente qué creer, pero al igual que los Cullen, tenían un defecto muy grande, confiar ciegamente en sus miembros más fuertes.


MIDNIGHT LOVE - ROSALIE HALE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora