Leah
[…][…]
Madison se mantuvo al lado de su madre y de su hermana. La lluvia no había cesado en ningún momento, pero Madison se sentía extraña, conocía ese sentimiento, era el mismo que había sentido cuando su padre había muerto.
—Leah —Madison se acercó a la morena.
La muchacha le observó con evidente tristeza, tenía los ojos hinchados, y su aspecto era totalmente diferente al habitual.
—Madison —la morena le abrazó con todas sus fuerzas a la bruja.
La pelirroja sintió una extraña energía rodearla cuando tocó a Leah, en su mente pudo ver un lobo de tonalidades blancas y mieles. Se quedó quieta por unos segundos correspondiendo al abrazo.
Cuando ambas se separaron la pelirroja le habló.—¿Quieres ir un momento... Afuera? —.
—Pero está lloviendo...
—Sé que es menos doloroso que estar aquí.
La morena asintió, caminó a las afueras de la casa, deteniéndose en el pórtico, el frío les llegó hasta los huesos, aunque poco les importó.
—Leah, yo... Lamento no haber...
—Madison. Sam Uley me dejó.
—¿Eh? —la pelirroja le volteó a ver.
Pero Leah seguía sintiendo sus ojos picar, el corazón apretujado y el nudo en la garganta, seguía sintiendo dolor.
—Se fue con Emily.
La morena no pudo evitar llorar, estaba siendo el peor momento de su vida. Sintió los cálidos brazos de Madison rodearla.
—Es un idiota, pero no te preocupes, estoy aquí... Lamento no haber estado para ti... Pero te juro que no estás sola... —.
Leah lloró cuando correspondió el abrazo.
—Sé lo que es estar en tu lugar... Y sé que duele... Pero todo va a estar mucho mejor... Tal vez no hoy, ni mañana, pero te aseguro que tu padre amaría verte feliz... —.
Madison sintió sus ojos picar.
Recordaba aquél día, ella tenía diez años, según la policía había sido atacado por un animal. Pero ahora mismo ella sabía la verdad.
Recordaba todo, la primera semana, la gente le dedicaba sólo miradas de lástima, la segunda semana, el dolor comenzó a intensificarse, la tercera semana fue la peor, cuando cayó en cuenta de que su padre no volvería, y con forme pasó el tiempo, el vacío se quedó allí, en su corazón.—¿Cómo puedo... Cómo podré manejarlo? —ella le preguntó— con Seth... Él...
—Sé que será difícil, pero ambos se tienen entre ustedes. Tienes a Sue... No te preocupes, Leah... De verdad...
—¿Como pudiste manejarlo? —tenía la voz echa un hilo.
—Katty tenía pocos meses de haber nacido, para mamá fue difícil —Madison dirigió su mirada a donde los árboles comenzaban, se recargó en el barandal del pórtico y por su mente pasaron aquellas imágenes— para mí lo fue también... Recuerdo que algunos de mis compañeros solían burlarse... Mientras que otras madres de familia me miraban con lástima. Comencé a crecer y con ello el dolor comenzó a disminuir, aunque se mantenía allí.
—¿Y lo superaste? —Leah preguntó con la voz débil.
—No. No lo hice. —Madison tragó duro— A veces, de repente pienso en cosas que me gustaría haber podido hecho con mi padre... Que me enseñará a conducir... Que construyeramos una casa del árbol... O probar una vez más su omelette de huevo... Cada mañana antes de ir al escuela... —Madison derramó una lágrima.
—¿Y entonces cómo...
—Pero atesoro los recuerdos felices... —la pelirroja observó a Leah con una pequeña sonrisa— lo sigo extrañando tanto como el primer día. Pero no puedo detener mi vida porque él ya no esté... Mi madre hizo todo lo posible para que yo pudiera crecer feliz. Leah, sé que duele como nada en el mundo... Pero te diré algo... Apuesto a que Harry hubiese querido que tú continuaras tu vida, que fueras feliz...
Ella había escuchado esas palabras de su abuela cuando su padre murió, y recordaba aquellas palabras todos los días. Probablemente si su abuela jamás le hubiera dicho aquello, las cosas serían diferentes.
—Cuando mi padre murió, mi abuela me dio esto —la pelirroja le mostró su collar con un pequeño cuarzo de color café— me dijo que me ayudaría... Así que... Bueno... —la pelirroja metió su mano a su bolsillo.
La morena miró a la bruja estirarlo un collar similar con un cuarzo del mismo color.
—Espero que al menos... Te sirva como a mí...
La morena tomó el collar, sintiendo una extraña oleada de calma en su corazón. En seguida le regaló un abrazo.
—Madison... Eres la mejor... —.
La pelirroja sonrió correspondiendo en abrazo.
Y aquella tarde, ambas curaron sus heridas.
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MIDNIGHT LOVE - ROSALIE HALE.
Fiksi Penggemar"Espero que llegue el momento adecuado algún día, Entonces, estaré dispuesto a dejar que esto muera". . . . -Portada hecha por mí. -Historia hecha sólo por diversión. -Historia mía, basada en la Saga novelística y cinematográfica: "Twilight" y/o "Cr...