MIDNIGHT LOVE - ROSALIE HALE.

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—CONSUMAR LOS RESTOS DE UN NIÑO CAMBIAPIELES PARA PONERLO EN OTRO CUERPO es algo que jamás pensé que haría —Louise miró a la pelirroja— ¿Estás segura de esto? El pelirrojo de la esquina parece amar la vida que tiene.

—Estamos interrumpiendo el descanso de un guía, un niño, un alma inocente... —respondió Nora a su hermana— Creo que está muy segura de que quiere a su hermano de vuelta.

—Esto no será por siempre. —aseguró la rubia, pero Madison asintió— Sólo serán unos momentos breves, ponerlo permanentemente podría causar un desbalance enorme... Tu hermano dejaría de existir por siempre cuando la mente de el chico despertara...

—Los ancestros estarán molestos... —la hereje de cabellos castaños agregó un poco de sangre de Madison a su mezcla en el mortero— Pero si quieres resolver todas tus dudas...

—Claudine dijo que ustedes eran la únicas brujas que podrían ayudarme en esto.

—Teníamos una deuda contigo, la cumpliremos... —finalmente dejaron al muchacho pelirrojo al lado del montón de huesos en en suelo— Pero debes tener cuidado, si este chico te dio un mensaje de tu hermano, significa que él puede escucharlo, y nunca es buena señal escuchar a los muertos.

Las velas estaban encendidas al rededor del pequeño claro en el bosque de la cabaña, Louise tomó el pequeño cráneo entre sus manos mientras Nora tomaba su mezcla del mortero, y con el pulgar untó un poco de esta en la frente del pelirrojo y del cráneo amarillento.

—rendre ce corps —murmuró la rubia mientras ponía una sábana blanca sobre ambos cuerpos.

El aire comenzó a golpear con fuerza a las tres brujas, las hojas volaban agresivas a su al rededor, recibiendo la única protección al interior del círculo de sal donde estaban los restos de su hermano y el chico desconocido. Madison podía escuchar voces a lo lejos, pequeños susurros que apenas podía comprender.

—rendre ce corps —dijo en voz alta la castaña, sus manos alimentaban las llamas de las velas que el viento no podía apagar— Hay algo que no nos deja... —dijo ligeramente confundida—.

La pelirroja observó la sábana que cubría al pelirrojo desconocido, apenas y comenzaba a moverse.

—Los ancestros están molestos... —dijo la rubia mientras tomaba la mano de su hermana.

—¡Rendre ce corps! —pronunciaron en voz alta el par de herejes, hasta que algo sucedió.

De pronto las llamas se apagaron y el círculo de sal se deshizo, el cuerpo pelirrojo se movió y lo único que se escuchó en el bosque fue un grito, el grito de un heraldo de la muerte. El grito de un joven Banshee. Las tres brujas cubrieron sus oídos en seguida, Madison soltó un quejido cuando sólo escuchó un pitido que le lastimó, y cuando calló, el muchacho se deshizo de la sábana.

La pelirroja lo vio mirarse las manos, asustado, luego recorrió con la mirada el lugar.

—¿Por qué me pusieron en este cuerpo? —escuchó decir, el pelirrojo se puso de pie completamente desubicado.