MIDNIGHT LOVE - ROSALIE HALE.

11

—Gracias por acompañarnos —Claudine encendió las velas con magia sin ningún esfuerzo, alumbrando toda la oscuridad del bosque.

—Este claro es enorme, así que podría suceder algo, conocemos bien el terreno —Rosalie miró a su hermano adoptivo—.

—Entonces, qué tengo qué hacer. —Madison miró a la castaña dejando la pequeña mochila en el césped.

—Sería genial si me ayudan a hacer un círculo con Sal, los mantendrá seguros a ustedes —mencionó mirando a los dos Hale.

Cuando círculo de sal fue trazado, la sifón y la bruja entraron en el mismo.

—Bien, recuéstate... —.

Madison siguió la orden, colocando su cabeza sobre el regazo de Claudine, quien colocó sus manos a cada lado de las sienes de la sifón.

—Relájate y no pienses en nada.

La pelirroja obedeció sin ningún problema, fue entonces que Rosalie y Jasper escucharon a la castaña mencionar algunas palabras en arameo que nadie pudo entender.
Las llamas de las velas se hicieron más grandes y de pronto un enorme aro de fuego se encendió rodeando el círculo de sal.

—Jasper, esto está mal. —Rosalie estaba asustada.

—No veo nada, así que tampoco creo que podamos entrar.

Unos fuertes gritos se escucharon en el claro, pertenecientes a Madison, quien sintió a la bruja entrar en su cabeza.

La pelirroja se vio a si misma estar en un pasillo blanco, lleno de puertas y al final una enorme puerta roja.

—¡Te he dicho que no puedes estar aquí! —.

—¡Le has arrebatado la vida a la pareja de Claudine! —.

Aquello le aturdió.

«Si abres esa puerta el dolor regresará»

Escuchó a su subconsciente decir.

El dolor en su cabeza aumentó, y los vampiros se encontraban alarmados, no podían entrar, de ninguna manera podrían salvarle.

—Tienes que abrir esa puerta. —.

Madison divisó a Claudine a sus espaldas, en un vestido de satín rojo.

—Tengo miedo.

—Abrirla significa recuperar todos los recuerdos.

—Pero dolerá.

—¿Ves todas estas puertas? —.

Madison miró el montón de puertas blancas, asintiendo a la pregunta.

—Son pertenecientes a cada época, persona... E incluso etapa que viviste o conociste, debes abrir la puerta roja primero para poder abrir las demás.

—¡No me importa tu estúpida amiga bruja! —escuchó venir desde la puerta de coleo carmesí.

—No puedo hacerlo.

—Tienes que enfrentarlo, no hay opción, estamos aquí, ahora.

Los gritos se hicieron más fuertes, por un momento Rosalie pudo observar a Madison enterrar las manos en el césped, como si le doliera.