MIDNIGHT LOVE - ROSALIE HALE.

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Jeg saler min ganger
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LOS OJOS DORADOS DE ROSALIE TERMINARON SOBRE LA PELIRROJA, Madison apenas se atrevió a mirarla. Pero su instinto, de inmortal, o quizás de mujer, no lo sabía, algo en su interior le dijo que algo estaba mal.

—Jasper no dejaba de hablar sobre lo feliz que se sentía por saber que Claudine estaba, bien. —mencionó la rubia con cierta diversión, hasta que borró su sonrisa— Estás seria, ¿qué pasó? —la Hale tomó su mano, Madison dio un ligero suspiro y luego respondió.

—Quería hablarte sobre un par de cosas, no sé, la verdad... Creo que es obvio que necesitas saber.

La rubia asintió suavemente.

—Claudine va a ayudarme con el asunto de mi hermano... Contactó a dos brujas... Que pueden ayudarme a contactarlo desde el otro lado...

Rosalie sonrió ligeramente mientras trataba de ocultar su desconfianza.

—Creo que eso es bueno, ¿no es así? Creo que puedes tener respuesta a tus preguntas... —la pelirroja sonrió a medias, pero luego dio un respiro profundo.

—Y la otra cosa... Sólo me gustaría que me escuches antes de... De decirme algo, ¿de acuerdo?

La vampira asintió con una pequeña risa nerviosa, escuchó al corazón de la sifón acelerarse, tardó unos segundos, hasta que por fin habló.

—Cuando fui a la fiesta de la reservación yo... Hice algo, bebí mucho y yo... Leah Clearwater me besó. —la vampira apretó la mandíbula con evidente molestia en la mirada— Y yo... —de repente sus ojos comenzaron a ponerse llorosos— Le correspondí.

Rosalie dejó escapar un apenas audible jadeo, la miró a los ojos con confusión, totalmente incrédula. La rubia no dijo nada, simplemente tomó su bolso y se fue de la cafetería. Madison trató de seguirla, pero apenas pudo alcanzarla, cuando salió de la cafetería la vio alejarse en su BMW rojo, apenas pudo detenerse a llorar.

—No me gusta ser entrometido, pero creo que algo malo sucedió, ¿no es así? —aquella voz la hizo girar su mirada a su derecha, vio a un muchacho pelirrojo y de ojos verdes abrir la puerta de su auto— Lo siento, a veces no me puedo quedar callado. —el chico sonrió antes de encoger los hombros— Soy Jerome. —la bruja trató de sonreírle— Por favor, no finjas una sonrisa, yo entiendo esos problemas.

La pelirroja soltó una suave risa entre todo su dolor.

—Soy Madison. —ambos estrecharon sus manos.

La joven sintió repentina familiaridad ante aquella calidez.

—Oye... ¿Tú sabes dónde hay un hostal o algo? Honestamente me perdí. —el pelirrojo rió apenado.

—Sí, humm... En la reservación de los Quileutes, hay una casa para huéspedes... Puedo dirigirte si quieres.

—Por favor, me salvarías el día de hoy. —ambos sonrieron, la bruja subió al camaro de color negro, posteriormente, el joven comenzó a conducir— ¿Tú... Vives aquí?

—Sí, yo... He vivido toda mi vida aquí. —explicó— ¿Cómo llegaste hasta Forks?

—¿La verdad? Me separé de mi hermano, tengo un gemelo... 

—¿En serio? —la joven miró con repentina sorpresa al muchacho.

—Se llama Jeremiah, él y yo... En realidad no nos parecemos mucho en la personalidad, creo que él es el hermano aburrido. —ambos rieron suavemente— Y también tenía una hermana, pero ella... Murió.