Mirt "Amor, Dolor y Traición" Cap. 3

Capítulo 1 "Mirt"

Temido por sus alumnas, su sola presencia inspiraba respeto y hacía que sus estudiantes guardarán silencio tan solo verlo, era muy estricto y de un carácter muy pesado que explotaba a la más mínima provocación, odiaba dar clases y tener que lidiar con jovencitas que no hacían más que mirarlo con lujuria, no le gustaba involucrarse con ellas, prefería a las mujeres más maduras.

Se acomodó el nudo de la corbata y se dirigió hasta el salón, un año nuevo empezaba y era él quien dictaría la primera clase, entró al salón sin decir palabra alguna en medio del bullicio que metían las alumnas y golpeó con fuerza el borrador del pizarrón en el escritorio hasta que tuvo la atención de las chicas y las mismas hicieron silencio.

—Cuando entre aquí, —Dijo usando un tono duro de voz—, ustedes deben guardar silencio, ¿entendido?

—Si profesor, —Contestaron todas al unísono—.

—Y ahora pónganse de pie, —Ordeno haciendo que todas se pararan—, esa es la forma correcta de recibir a un profesor, en silencio y de pie, ya pueden sentarse, —Volvió a ordenar—, anotarán sus nombres en esta hoja, —Señaló la lista que entregó a la alumna de la primera fila—, y háganlo rápido, el tema de clase que veremos hoy será largo.

Quince minutos después las alumnas habían terminado de registrar sus nombres en la lista y Mirt empezó su clase de física, explicaba el tema y resolvía unos ejercicios para luego darles trabajos que debían terminar antes de terminar la clase.

—Buenos días, —Interrumpió una voz abriendo la puerta del salón—.

—¿Qué quieres?, —Preguntó Mirt sin siquiera ver a la joven—.

—El director dijo que este era mi curso, ¿puedo pasar?

—No, —Respondió de forma cortante—, la clase ha empezado hace media hora, no recibo estudiantes atrasados.

—Pero él señor director dijo que...

—No permito estudiantes atrasados y el director lo sabe.

—Ya sé qué no recibes estudiantes atrasados, —Intervino Reth al escuchar la discusión—, la estudiante ha llegado temprano, he sido yo quién la ha demorado en la dirección para tomar sus datos—, déjala pasar.

—Es la primera y la última vez que lo hago, —Advierte—, pasa, —Dice de mala gana—, y dame tu nombre para agregarte a la lista, —Se dirigió a la joven que empezaba a acomodarse en su asiento—.

—Mi nombre es Becca, Beca Dankword profesor, —Respondió dejándolo helado—.

—¿Cómo has dicho?, —Alzó su mirada prestándole atención por primera vez a la joven, era rubia y de cabello muy largo, tenía ojos azules y un rostro fino como de muñeca que la hacían resaltar del resto—.

—Becca profesor, mi nombre es Becca Dankword, —Repitió su nombre, confirmándole así lo que tantas veces le había ofrecido Lucifer, la hija de su enemigo al fin había llegado a sus manos—.

—Bien señorita Dankword, —La miró sintiéndose ganador—, bienvenida a Valknir.

—Gracias profesor, —Sonríe y continúan con las clases, aunque la presencia de la joven logra descomponer a Mirt que tiene un odio acumulando contra su padre y que buscará cobrar su venganza con ella, le daría donde más le duele—.

Las clases terminaron y él se apresuró a salir, tenía sentimientos encontrados y su ira lo llevó hacer destrozos en la biblioteca, mientras sus puños golpearon con furia las paredes.

—¿Acaso piensas acabar con el internado Mirt?, —Cuestionó Lucifer apareciendo a sus espaldas—.

—Esta aquí, ella está aquí, —Lo encaró—, ha venido.

—Lo sé, he sido yo quién la he traído, tratos son Mirt, ¿qué harás ahora?

—Quiero matarla, —Contestó sin dudar—.

—¿Matarla?

—Sí, matarla para que él sufra, quiero que pase por lo que yo pasé.

—Vamos Mirt, deja a un lado tu impulsividad, le quitas lo divertido a las cosas.

—¿Y qué quieres que haga entonces?

—Diviértete, —Le ofrece una copa—, juega con ella, no hay nada peor para un enemigo, que el que su hija se enamoré de la persona que él más odia, destruirán su ego.

—No quiero tener nada con ella.

—No te digo que la conviertas en tu novia y le jures amor eterno, digo que la engañes y que la uses para lograr tu cometido, recuerda que la venganza es un plato que sabe mejor cuando está frío, ya la tienes aquí, no eches a perder está oportunidad, —Finaliza antes de desaparecer y dejarlo solo—.

Trató de calmarse y pensó en todo lo que le había dicho Lucifer, tal vez tenía razón, tal vez era mejor una venganza lenta y no una rápida, así el dolor sería igual de agónico para ambos.