Capítulo 18 "Engaños"

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Se había puesto su mejor traje, hoy saldría con adorada Alessandra, después de todo ella había caído en su mentira, aunque no era para menos, el tener la apariencia de su hijo Alessandro facilitó mucho las cosas.

—No importa que robes mi apariencia —Aseguró Alessandro desde esa cárcel de fuego al que su padre había condenado— ella no te ama.

—Me amará, debes entenderlo Alessandro —Habló con tranquilidad— nuestras almas se pertenecen y eso ni tú ni nadie lo cambiará.

—Ella es mía —Protestó furioso—

—Las personas no son objetos Alessandro, no digas estupideces.

—No puedes hacerme esto, yo la amo.

—Mientes —Lo encaró— tú no amas a Alessandra, amas el recuerdo que te trae de la mujer que te lastimó.

—No es cierto —Se defendió-.

—Claro que lo es, te conozco, no te olvides que soy tu padre, el amor que dices sentir no existe, es su apariencia la que te obsesiona.

—No me hables de obsesiones, no eres más que un hipócrita, tú estás con ella por el mismo motivo del que me acusas.

—Eso es falso, lo mío es diferente, nuestro destino es estar juntos.

—Tú sabes que eso no es cierto, esa Alessandra y tú Alessandra son personas diferentes, entiéndelo de una vez.

—No —Alzó la voz haciéndolo callar— su alma ha reencarnado en ella y ahora nada ni nadie me alejará de ella.

—Su alma no ha reencarnado en Alessandra, se parecen mucho, eso no te lo negaré, pero tú y yo sabemos muy bien dónde está su alma, ella era una inocente, su alma jamás reencarnará.

—Cállate —Gritó perdiendo la paciencia—.

—¿Cuántas personas más tienen que morir por tu maldito capricho? —Preguntó—

—Es tan raro que preguntes eso Alessandro, sobre cuando has sitodo tú quien ocasionó la muerte del padre de Alessandra y la de su madre adoptiva.

—Yo sólo la protegía.

—Falso, tú no la estabas protegiendo, tú hiciste todo eso solo para vengarte de ella, a pesar de que sabías que era una inocente, la dañaste, pero eso jamás volverá a pasar, ahora me tiene a mí para cuidar de ella —Le dejó en claro antes de salir—.

Subió a su auto y se dirigió hasta la casa de Alessandra que lo esperaba para salir, tenía puesto un vestido rojo que le llegaba a medio muslo y que se amoldaba a la perfección a sus curvas, decidió no usar mucho maquillaje, sabía que a Alessandro le gustaba verla más al natural, escuchó el timbre de la puerta sonar y supo que era él, se dio un breve vistazo en el espejo y echó algo de perfume antes de salir, hoy tendrían una gran noche.

-Hola princesa -Saludó Lucifer con una sonrisa y no tardó en recibir como respuesta un beso de su adorada Alessandra- luces preciosa -La miró con adoración-.

-Gracias -Volvió a besarlo y se tomaron de las manos, la guió hasta el auto y se dirigieron hasta el restaurante que Lucifer había alquilado solo para ellos dos-.

Extendió su mano ayudándola a bajar del vehículo y entraron a la estancia que lucia perfectamente arreglada con velas y flores, había músicos que le daban un ambiente más romántico al lugar y que los llevo a bailar al son de las dulces melodías que tocaba, la envolvió con sus brazos guiando su cuerpo entre corto besos que se daban como muestra de su amor, haría todo por ella y se encargaría de hacerla la mujer más feliz del mundo, y esta vez nadie los separaría.

En el internado las cosas iban de mal en peor, aunque el embeleso que Lucifer tenía por Alessandra hacía que se descuidara de todo lo que pasaba en el lugar que empezaba hacer todo un caos, Reth había perdido la cabeza por Astrid llevándolo al punto de desconfiar de Drac y crear rencillas entre los dos, aunque el que peor la pasaba era Mirt.

-Eso es todo -Dijo Mirt culminando la clase, Becca fue la primera en salir, desde hace días ya que no le hablaba y evitaba a toda costa tener contacto con él, estaba muy herida-.

Salió del Salón y luego de guardar sus cosas se dirigió al comedor, Becca estaba con Astrid y sonreía por algún tema del que hablaban, fue verlo para que su semblante cambiara de inmediato y para que esa tristeza eterna invadiera si rostro, le había hecho mucho daño y aunque ella no lo sabía, él compartía su sufrimiento, no había vuelto estar con Rachel ni con ninguna otra mujer, no podía, no con su recuerdo tan latente.

Tomó asiento y Becca cambio de lugar para darle la espalda, no soportaba verlo, le dolía, él había sido su primer amor, pero también quien más daño y dolor había traído a su vida, se sentía tonta por haber creído en sus mentiras, por haberse sentido especial cuando no lo era, después de todo ella solo era una más para Mirt.

-¿Estás bien? -Preguntó Astrid al notar su silencio-.

-Sí -Respondió fingiendo una sonrisa- sabes es algo tarde, yo iré a descansar.

-Claro, que tengas buena noche.

-Gracias -Se despidió dirigiéndose a su habitación, a ese lugar que desde hace tiempo ya se había convertido en testigo de su sufrimiento, se preparó para dormir, aunque bien sabía ella que no la tendría fácil, llevaba tiempo ya sin conciliar el sueño, sin tener paz y por masoquista que sonara, ella lo extrañaba, extrañaba sus besos, sus palabras bonitas, sus caricias que por falsas que fueran lograban llenarla de felicidad- Mirt -Susurró su nombre entre llantos hasta que el sueño al fin pudo con ella y con el infierno que la carcomía.

Mirt "Amor, Dolor y Traición" Cap. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora