Capítulo 46 "Necesidad"

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Sin más que decir, que tengan una excelente noche, y que disfruten su lectura 🤗

Había roto en llanto tan solo llegar al departamento de su amigo, las palabras de Mirt la tenían destrozada y confundida, se dejó caer en el sofá y pronto su amigo la abrazó tratando de darle consuelo.

—No te pongas así amiga.

—Se veía tan sincero —Dijo secándose las lágrimas— no sé que hacer —Se pasó ofuscada las manos por la cabeza—.

—Aún lo amas ¿Verdad?

—Sí, lo amo, pero tengo miedo de que vuelva a traicionarme.

—¿Por eso le has hecho creer qué tú y yo tenemos algo?

—Sí.

—Entonces debo asumir que no tengo oportunidad con ese churro —La molesto tratando de hacerla sonreír—.

—Si tu novio te escuchara...

—No me escuchará, se fue de viaje, así que puedo chulear todo lo que quiera —Le guiñó un ojo divertido—.

Pasaron varios minutos antes de que Becca pudiera calmarse y conciliar el sueño, su amigo la miraba con preocupación y esperaba de todo corazón que ella y ese chico pudieran arreglar su situación.

Se había despertado con una clara idea, hablaría con Mirt, necesitaba dejarle las cosas en claro,  sabía que lo suyo podía tomar tiempo, pero quería intentarlo, darle una oportunidad y ver si todo lo que le había dicho era verdad.

Se dirigió hasta la casa y fue a buscar a Mirt al comedor, a esa hora ya estaría desayunando, entró a la cocina encontrándose con Alessandra y Alessandro que disfrutaban del café de la mañana.

—Buenos días —Sonrió saludando a ambos—.

—Buenos días —Contestaron los dos al unísono—.

—¿Mirt está? —Preguntó haciendo que le cambiara el semblante a Alessandra—.

—Ahora vuelvo mi amor —Se dirigió a Alessadro llevándose a Becca hasta la habitación de Mirt—.

—¿Y sus cosas?

—Lo siento Becca, pero Mirt se fue.

—¿De la casa? ¿Se mudó? ¿Sabes dónde está? —La llenó de preguntas—.

—No —Mintió cumpliendo con la promesa que le había hecho a Mirt— solo sé que se fue del país.

—¿Del país? —La cuestionó al borde de las lágrimas—.

—Sí, lo siento —La abrazó tratando de calmarla— él te dejó esto —Le indicó entregándole una caja que estaba encima del velador— ven, te prepararé un té.

—Quisiera quedarme un rato aquí.

—No quiero dejarte sola Becca.

—Por favor —Pidió buscando algo de comprensión— necesito estar sola por favor.

—Si me necesitas estaré abajo.

Cerró la puerta de la habitación y abrió temblorosa la caja que Alessandra le había entregado encontrándose con una caja musical que tenía dentro un anillo y una nota que no tardó en abrir y leer.

“Querida Becca, para cuándo leas esto, ya no estaré aquí, han sido muchos los días en los que me plantee en tomar esta desición, días en los que todo se volvió un martirio, tuve que pasar por lo que pasaste para comprender el dolor que mi traición te causó, lo siento mi bella niña, siento haberte destruido de la manera en que lo hice, pero no podemos entrar en el juego de castigarnos el uno al otro, porque no sería sano para ninguno de los dos, se que tus heridas no han sanado y siempre me odiaré por eso, espero que la persona que has elegido para estar contigo sea todo lo que yo no pude ser, espero que él sepa apreciar la maravillosa mujer que eres, pero sobre todo, espero que él te ame siquiera la mitad de lo que yo te amo, solo el tiempo sabra si la vida vuelve a reunirnos, mientras tanto deseo que puedas seguir con tu vida.

Con amor Mirt”

Sintió que su mundo se derrumbó y arrancó a llorar como una niña pequeña, se sentía tonta por haber seguido el consejo de su amigo en vez de hablar con Mirt y arreglar las cosas, sentía que todo estaba perdido.

En la empresa Ariel esperaba por quién sería su jefe temporal, vio entrar a Drac y respiró hondo, no le caía bien, ya varias veces la había invitado a salir, pero su respuesta siempre era la misma, “No”.

—Buenos días Ariel —Sonrió Drac vistiendo un traje de terno en colo negro que lo hacía lucir guapísimo—.

—Buenos días señor Drac, el señor Mirt no está, salió de viaje por unos días —Se apresuró a decir con la esperanza de que se fuera—.

—Lo sé mi querida Ariel, yo soy su reemplazo —Le anunció tomándola por sorpresa—.

—¿Qué? Esto no puede ser, el señor Mirt no pudo hacerme esto —Murmuró entre dientes con la esperanza de que no la oyera—.

—No fue Mirt quién me eligió, ha sido Alessandra —Respondió—.

—Usted...¿Usted escuchó lo que dije?

—Sí, y ahora mi querida Ariel necesito que pongas al día con todo lo que debemos hacer, así que te espero en la oficina.

Lo miró entrar y maldijo para sus adentros, no estaba contenta de tenerlo ahí, tomó los documentos que necesitaban y entró a la oficina con la clara idea de dejarle en claro que no permitiría que la incomodara en el trabajo.

—Siéntate por favor —Le acerco la silla y se sentó en el lugar de Mirt—.

El día se les fue en ponerse al día y reagendar las citas, tuvieron dos reuniones en el día con algunos socios y a pesar de lo que ella pensó, no hubo un solo momento en que Drac la hiciera sentir incómoda, todo lo contrario, se mostró serio y hasta responsable con todo lo que debía hacer.

—Eso es todo señor Drac, hemos terminado —Tomó las carpetas para guardarlas—.

—¿Quieres qué te lleve a casa? —Se apresuró a preguntar—.

—Gracias, pero no señor Drac, traje mi auto, que tenga una buena tarde —Se despidió dejándolo solo—.

La vio salir y se repitió “Tiempo al tiempo” sabía que debía esperar e ir lento con Ariel si quería conquistarla, sabía que no sería fácil, pero él estaría encantado de afrontar el desafío.

Mirt "Amor, Dolor y Traición" Cap. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora