Capítulo 19 "Atormentado"

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Se sentía intranquilo, no podía dormir, no sin ella, no sin su cuerpo ni su piel, no sin sus besos y caricias, no sin esa forma de tratarlo, no sin su dulzura.

Hace tiempo ya que Mirt había dejado de estar con otras mujeres, no podía, no después de todo lo que había vivido con ella, se odiaba así mismo por haberla lastimado, por haber cobrado una venganza con una inocente que nada tenía que ver, al final el se había convertido en verdugo al igual que el padre de Becca.

—Becca, tu tarea por favor —Llamó Mirt—.

—Aquí está —Se levantó evitando mirarlo—.

—Su tarea está mal señorita Becca, si no entendió el tema yo puedo ayudarla después de clase.

—No gracias profesor, Astrid también puede ayudarme ¿Verdad? —La miró buscando su aprobación—.

—Sí profesor —Respondió Astrid— yo la ayudaré.

—Está bien —Comento resignado al no lograr su cometido— ya puede sentarse señorita Becca.

Las clases continuaron entre las incómodas miradas de Mirt que no podía disimular su atracción por Becca, situación que tenía molesta a Rachel y que aprovecharía para echar más leña al fuego.

—Ayer Mirt y yo pasamos una noche fantástica —Mintió Rachel buscando provocar a Becca, pero está no cayó, se levantó de su asiento y decidió irse del lugar—.

Subió entre lágrimas con dirección a su habitación con tanta mala suerte de encontrarse a Mirt en el camino.

—¿Te sientes bien Becca? —Alzó su mirada llena de dolor ante su hipócrita pregunta—.

—Si estoy bien —Trató de alejarse de él pero no sé lo permitió—.

—Becca por favor —Pidió— necesitamos hablar.

—Yo no tengo nada que hablar con usted profesor.

—Becca por favor.

—No, ya me hiciste suficiente daño,  no me lastimes más —Se zafó de su agarre haciendo oídos sordos a sus súplicas y encerrándose en su habitación, necesitaba estar lejos de él—.

"Estoy aquí princesa, en este abismo de oscuridad al que tu olvido me ha condenado, tú desesperación te ha llevado a conformarte con algo que te recuerda a mí, estás viviendo un engaño con el que solo buscas calmar tu dolor, pronto volverás conmigo. Despierta princesa, el sueño ha terminado"

—Alessandro —Dijo despertándose abruptamente, estaba segura de que había escuchado su voz—.

—¿Qué pasa pequeña? —Preguntó Lucifer acogiéndola en sus brazos—.

—Yo escuché tu voz, tú me llamaste.

—Solo fue un sueño princesa, yo estoy aquí —Acarició su rostro y lo acercó hasta él para besarla—.

—Últimamente he estado teniendo pesadillas.

—Debes ser por todo el estrés que tienes encima, pero ya verás que todo mejorará cuando nos vayamos.

—¿Irnos? —Lo miró sin entender—.

—Sí, tú y yo tomaremos unas vacaciones, nos iremos lejos por un tiempo ¿No te gusta la idea?

—Claro que me gusta mi amor, estar contigo es todo lo que necesito —Hundió su rostro en su pecho aliviada por volver a tenerlo con él—. 

"Se le había hecho costumbre ir a la cafetería, le gustaba ver a la dulce joven que lo atendía entre sonrisas y que siempre lo trataba de forma  amable".

—Buenas noches —Saludó el guapo coreano buscando un lugar donde sentarse, eran las nueve y el lugar empezaba a llenarse—.

—Buenas noches —Sonrió respondiendo mientras se cercaba a él con una pequeña libreta en la mano— ¿Pedirás lo mismo de siempre?

—Vaya, empieza a conocer mis gustos.

—Bueno, vienes muy seguido y siempre pides lo mismo.

—Mami, mami —Interrumpió un niño como de cinco años acercándose hasta la joven—. 

—Mi amor —Respondió besando su frente—mami está ocupada.

—Lo siento mami, es que se rompió la punta de lápiz.

—Ve adentro, en un momento iré y lo arreglaré ¿De cuerdo? —Sacudió la negra cabellera del niño y este no tardó en obedecer—.

—Tienes un hijo —Comentó Yannick sacando a flote su lado más curioso— ¿Estás casada?

—Soy madre soltera —Contestó poniéndolo en una posición incómoda—.

—Lo siento, yo... —Intentó disculparse, pro la mujer solo sonrió—.

—No te preocupes, no eres el primero que lo hace, en unos minutos traeré tu orden —Aseguró antes de volver a la cocina—.

La miró embobado, era una chica muy guapa, solo un idiota sería capaz de abandonar a una mujer como ella, le gustaba, aunque su gusto no era coincidencia, él la reconocía como alguien que había dejado una gran huella en su vida hace mucho tiempo, pero no estaba dispuesto a reconocerlo, no sabiendo de todo lo que era capaz Lucifer para cobrar venganza.

Su vida no había sido nada fácil, luego de quedar embarazada tanto sus padres como su pareja le habían dado la espalda dejándola sola y fue todo lo que vivió, lo que hizo que no volviera a creer ni a confiar en nadie, ya más de una vez habían intentado ganarse su corazón, cosa que ella no estaba dispuesta a dársela a nadie.

Mirt "Amor, Dolor y Traición" Cap. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora