Capitulo 33 "Lo Perdido"

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Habían pasado unos minutos antes de que Reth interviniera y lo sacara de la habitación, para cuando él regreso Becca ya había hecho sus maletas.

No había nada más que hacer, todo estaba perdido y lo mejor era huir del lugar, alejarse de quién la había dañado y dejar atrás todo el dolor, ya no quería seguir jugando un juego que la consumía y acaba con lo poco que quedaba ella.

—¿Que haces Becca? —Cuestionó  Reth—

—Me voy señor director —Contestó decidida—.

—¿Dónde?, y sobre todo a esta hora.

—Donde sea, necesito irme donde sea —Repitió frustrada—.

—Mira, vamos hacer una cosa, descansa un poco y te prometo que a primera hora te ayudaré a que te vayas.

—¿A qué hora?

—A las seis saldremos de aquí, te lo prometo.

—Está bien, pero si a las seis no vuelve, me iré.

—Estaré aquí a las seis, —Aseguró Reth antes de irse y aunque al principio Becca tuvo sus dudas, tal y como se lo prometió, él regresó en su búsqueda, salieron en su auto y la llevó a casa de Alessandra que no dudo en recibirla, y ahí la dejó, no sin antes hacerle prometer que no le diría nada a Mirt—.

A las ocho y media de la mañana la ceremonia de clausura había empezado, tanto alumnos como familiares de los mismos se habían reunido para escuchar al director para dar el discurso de clausura del año escolar, una a una las alumnas fueron recibiendo sus diplomas, todas menos Becca y fue la ausencia de la misma la que puso en sobre alerta a Mirt.

—¿Dónde está Becca? —Preguntó Mirt entrando a la oficina de Reth—.

—Se ha ido —Respondió sin dar mayor detalle—.

—¿Dónde? —Volvió a preguntar—.

—No lo sé —Mintió— ni siquiera la vi salir, solo dejó esto —Le entregó una nota que la misma Becca había hecho y en la que dejaba muy en claro que no quería volver a verlo ni ha saber nada de él— lo siento Mirt —Se compadeció de él— esta vez te ha tocado perder —Le dijo antes de salir por la puerta y dejarlo solo—.

—Maldición —Pateó furioso el escritorio sintiéndose miserable—.

—Destruir las cosas no te devolverá a Becca Mirt —Interrumpió una voz a sus espaldas— está herida, tu la lastimaste —Acusó—.

—No necesito que me recalques lo obvio Lucifer —Lo miró fastidiado— prometiste que estaría conmigo. —Le reclamó—.

—Yo jamás te prometí que estaría contigo, yo solo prometí volverla a la vida y es lo que hice.

—Todo esto es tu culpa.

—¿Mi culpa? —Sonrió— ¿De qué rayos hablas Mirt? Eres tú quien la hirió.

—Todo está calculado ¿Verdad? Todo esto es un plan tuyo, un plan para mantenernos prisioneros en este maldito internado.

—Yo no lo obligó a nada Mirt, todo lo contrario, les doy la opción elegir.

—¿Elegir? Eres tú quien las trae aquí.

—Sí, pero son ustedes quienes piden que las traiga, jamás los he obligado a nada, todo lo contrario yo les doy la opción de escoger, ustedes son libres de decidir si les hacen daño o no, es lo que ha pasado contigo, traje a la chica y bien pudiste ser feliz con ella, y olvidarte de todo, porque al fin de cuentas ella era una inocente, sin embargo elegiste vengarte y ahora aquí tienes las consecuencias de tus actos, aún así estoy dispuesto a ser misericordioso contigo y devolverte tu inmortalidad.

—No Lucifer, no quiero volver a ser prisionero de este lugar, estoy harto de servirte —Se negó—

—¿Y qué piensas hacer? No tienes nada, no durarás sin mí —Advirtió dándole una última oportunidad—

—Dolor con dolor se paga y yo pagaré lo que le hice.

—Entonces ya sabes que hacer, buena suerte en tu vida Mirt —Se alejó de él y desapareció al instante—.

No empacó ropa ni ningún objeto, no necesitaba nada, no para el lugar que iría, tomó una cadena que Becca le había regalado junto con una fotografía de ella y la nota que le había entregado Reth y salió del internado solo con lo que llevaba puesto, ya había decidido su destino.

Ya lo había perdido todo, su familia, y ahora también perdía su alma, y corazón , no había nada ya que le interesara más que morir, se dirigió hasta uno de los barrios más peligrosos de la ciudad y entró a un bar, no paró hasta emborracharse y meterse en una pelea en la que terminó golpeado por varios hombres que lo dejaron tirado en la calle, lugar que de ahora en adelante sería su nuevo hogar.

El gran día había llegado, en la casa de Alessandra, Astrid se preparaba para la boda, Becca la ayudaba a maquillarse y Alessandra se encargaba de peinarla.

—Estas lista, —Dijo Alessandra colocando el velo en su cabello—.

—Te ves muy bonita Astrid.

—Gracias Becca, —Sonrió con tristeza al ver su reflejo en el espejo, parecía todo un sueño verse así—.

Se dirigieron hasta la iglesia y por masoquista que podía resultar lo primero que hizo fue buscar a Mirt con la mirada, estaba nerviosa de volver a verlo, aunque esos nervios se dispersaron al notar que no estaba, y aunque ella no lo sabía aún, lo más probable es que nunca más estuviera.

Mirt "Amor, Dolor y Traición" Cap. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora