Capítulo 12 "Sueños Extraños"

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Intento en vano moverse sin entender bien que pasaba, sentía que tenía atadas las manos y lo único que podía ver era oscuridad, no sabía dónde estaba y el miedo no tardó en invadirla y llevarla a la desesperación a tal punto que empezaba a gritar.

—¡Ayuda!, que alguien me ayude por favor, —Se movió inquieta y pudo ver como una puerta se abría haciendo que el cuarto se iluminara—.

—Tranquila Alessandra, ya estoy aquí, —Escucho decir a una voz que ella reconocía—.

—¿Alessandro?, —Lo miró sin entender—.

—Todo estará bien pequeña, yo cuidaré de ti.

—¿Dónde estoy?, —Cuestionó aterrorizada—.

—Estás conmigo, —Respondió en tono burlón—, siempre lo has estado Alessandra.

—Esto es un sueño, —Se repitió así mismo tratando de zafarse, pero nada pasaba y por alguna razón ver los azules ojos del chico que tanto amaba le causó un gran terror, a pesar de lo dulce que sonaban sus palabras—.

—El sueño lo vives con Lucifer Alessandra, —Se acercó hasta quedar muy cerca de su rostro—, tu realidad soy, despierta.

Escuchó esas palabras que más de una vez se colaban en sus sueños y cerró sus ojos tratando de despertar, podía sentir como la sacudían, pero ni eso hizo que ella volviera a abrir los ojos.

—Alessandra despierta, —La sacudió Lucifer, podía sentir su angustia, sin embargo, seguía sin entender que le pasaba—, vamos pequeña, estoy aquí, —La agitó una vez más hasta que al fin despertó, se aferró a él completamente llena de miedo y con el rostro húmedo—, ¿qué es lo que ha pasado pequeña?

—Tuve una pesadilla, —Se abrazó a su cuello, pero prefirió no darle más detalles—.

—Está bien pequeña, —La tomó del rostro, yo estoy contigo—.

Busco su mirada y solo ahí pudo tranquilizarse, había calidez no solo en sus palabras sino en esos ojos azules que tanto amaba y que ahora le transmitían la paz que esa pesadilla le había dado.

Besó sus labios buscando distraerla del mal momento que había, bajó con cuidado los tirantes de su vestido de dormir y la tomó de la cintura sentándola a horcajadas sobre él mientras sus manos la recorrían con paciencia erizando cada parte de su piel.

—Alessandro, —Sollozo al sentir su lengua rozando la punta de su pezón y haciendo leves succiones que la llevan a moverse intranquila sobre él—.

—¿Te gusta así pequeña, —Hundió dos dedos en su húmedo sexo y los rotó penetrándola como si fuera su miembro quien lo hiciera—.

—No pares por favor, —Pidió sosteniendo su mano para que no se detuviera—.

—¿No te conformarás con esto, o si?, —Cuestiono entre besos mordiendo su labio inferior—, vamos pequeña, móntame, —La alentó liberando su erección—.

Se deslizó despacio sobre su miembro hasta que por fin entro en su interior y se aferró al espaldar de la cama para seguir el ritmo frenético que liberaría su fervor, cada roce, cada penetración la hacían gemir de placer, pero lo que terminó por llevarla al orgasmo fue la forma en que Lucifer lamía y mordisqueaba sus pechos, sintió el pulgar de su amado hacer presión en su clítoris y rotarlo hasta que los espasmos invadieron su cuerpo, un grito amenazó con salir de su boca debido a la intensidad del frenesí, pero Lucifer lo silencio con un beso y tomándola por las caderas para seguirla penetrando con más rapidez, el segundo orgasmo pudo con ella haciendo que terminara derrotada sobre el pecho de su amado.

“Se despertó y notó que estaba sola, busco con sus manos a Mirt pero no lo encontró, ¿dónde se había ido?, prendió la lámpara y lo buscó con la mirada, pero nada, tampoco estaba, decidió ponerse una bata y bajar por un vaso de agua, pero terminó encontrándose con algo más”

—¿Qué significa esto?, —Exigió saber en voz alta a descubrir que Mirt y Rachel tenían sexo—.

—Carajo Becca, —Reprochó Mirt—, baja la voz o despertarás a todos.

—Me importa una mierda que se despierten, ¿cómo pudiste hacerme esto?, —Le reclamo entre lágrimas furiosa y llena de dolor—.

—No exageres tanto Becca, —Sonrió burlona Rachel—, solo me cogí a tu chico un rato, no voy a quedarme con él para siempre—.

—Yo no soy el chico de nadie, —Aclaro—, yo soy un hombre libre y puedo estar con quién me de la gana.

—Pero..., tú y yo somos novios, —Respondió Becca con el llanto humedeciéndole las mejillas y haciendo que Rachel soltara una carcajada—.

—Por dios Becca, que ingenua eres, pero no más, me voy, —Dijo poniéndose una bata—, no estoy de humor para escenas patéticas, cuando quieras divertirte de nuevo, avísame, —Le robó un beso antes de irse y aunque Becca quiso golpearla Mirt se lo impidió—.

—No más Becca, es mejor que vuelvas a tu habitación.

—¿Por qué Mirt?, ¿por qué si yo te amaba?

—Porque este soy yo, —Contestó como si sus lágrimas no le importaran—, yo no me ato a nadie.

—Pero dijiste que...

—Todo lo que dije, —La interrumpió—, lo dije para poder llevarte a la cama, no porque fueras especial, —Pudo ver en ese momento como esa admiración y amor con la que siempre lo veía se mezcló con el dolor, la rabia y la contradicción, la había destrozado—.

No supo que decir ni como reaccionar a las palabras que Mirt le había dicho, el nudo en su garganta no le dejo pronunciar palabra alguna y pronto volvió a invadirla ese sentimiento de insignificancia que la persiguió durante toda su vida, corrió escaleras arriba sin mirar atrás y se encerró en su habitación envuelta en un mar de llanto que no la dejaba ni respirar y se dejó caer derrotada en el suelo con la espalda apoyada en la puerta.

No entendió la magnitud de sus actos hasta que la escuchó romper en llanto, se había encerrado con llave en su habitación impidiéndole la entrada, la sensación de verla sufrir fue extraña y logró afectarle, había deseado tanto vengarse, pero ahora mismo lo único que sentía era remordimiento, regresó a su cuarto antes de que las ganas de pedirle perdón lo ganaran y se acostó en su cama dejando a Becca con el corazón roto y  alma destrozada.

Mirt "Amor, Dolor y Traición" Cap. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora