Capítulo 9 "Buscando Llenar Un Vacío"

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Se sentía muy feliz, estaba viviendo un amor de ensueño que pronto se le convertiría en pesadilla, aquel hermoso hombre la llenaba de mimos y detalles que poco a poco la habían hecho caer en su trampa, eran las consecuencias de haber vivido con un padre que la humillaba y maltrataba tanto física como emocionalmente, la había llenado de inseguridades, inseguridades que ahora creía poder llenar con el falso amor de Mirt.

—Hola mi amor, —Saludó Becca abrazando a Mirt, pero este la alejó—.

—¿Qué haces Becca?, alguien podría vernos.

—Lo siento Mirt, no he podido evitarlos.

—Becca, ya te he dicho que debemos ser más cuidadoso.

—Antes no importaba, de hecho eras tú quien me buscaba.

—¿Qué es lo que tratas de decirme?, —La cuestionó—.

—Mirt antes eras más cariñoso, siento que te estás alejando de mí y eso no me gusta.

—Mi vida no gira en torno a ti Becca, ya te dije que no podemos  ser tan obvios, ¿es qué acaso es tan difícil de entender?

—No Mirt, tienes razón, lo siento, —Se disculpó—, es solo que te quiero y a veces necesito mucho de tu compañía.

—Puedo entenderte Becca, —La tomó del rostro—, pero tienes que entender que podemos meternos en problemas.

—Lo sé, no volverá a pasar, —Se abrazó a él—, lo prometo.

Besó sus labios convenciéndola de que todo iba bien, de que la amaba, después de todo eso era lo que bastaba para contentarla, un beso, él sabía que ella era así, predecible y por eso podía manejarla a su antojo.

Para Reth la noche prometía ser larga, eran las seis y media de la tarde y él se alistaba para ir a la cita con Alessandra, debía seguir las instrucciones que le había dado Lucifer, había sido muy difícil convencerla, pero al final había aceptado, aunque la verdadera razón por la que había aceptado la invitación era porque tenía la esperanza de sacarle información a Reth acerca de Alessandro.

El reloj marcó las ocho en punto y Reth parqueó el auto en la casa de Alessandra, la llevaría a cenar y ya luego la noche diría hasta donde podrían llegar.

—Buenas noches Reth, —Saludó Alessandra abriendo la puerta —.

—Buenas noches Alessandra, —Dijo él tomándole la mano y depositando un beso en la misma—, luces preciosa, —La observó por un breve instante, era una mujer muy guapa y atrapada en aquel vestido negro que le llegaba a medio muslo y que se amoldaba a su curvilínea figura—.

Condujo su auto hasta uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad, el lugar había sido reservado para los dos, había velas y vino dejando en claro que no era una simple cena de amigos.

—Parece que nadie más vendrá está noche.

—No Alessandra, nadie más vendrá esta noche.

—¿Por qué?

—He reservado el restaurante solo para nosotros dos.

—No veo la razón de que lo hicieras.

—Quería estar a solas contigo Alessandra, —Le confesó sin rodeos—.

—¿A solas?, ¿por qué?

—Porque pienso que eres una mujer muy hermosa y me gustaría conocerte un poco más.

—No voy a mentirte Reth, —Decidió sincerarse—, acepte salir contigo porque necesito saber que pasó con Alessandro.

—Él se fue Alessanrdra, decidió alejarse.

—¿Por qué?

—No lo sé —Mintió—, simplemente se fue.

—Reth por favor, —Tomó sus manos—, me estoy muriendo, necesito saber qué pasó con él.

—Te juro que si lo supiera te lo diría, —Volvió a mentir—, pero no lo sé, sé que lo extrañas, pero mi intención no era traerte hasta aquí para que lo recordaras, sino todo lo contrario, la idea era que distrajeras un poco, sé lo mal que debes estar pasándola, pero aquí estoy yo por si necesitas alguien en quien confiar, yo puedo ser tu amigo, —Le sonrió haciendo que ella se relajara y que disfrutará de la cena aunque el vino no le sentó del todo bien—.

—Creo que es mejor irnos, el vino está haciendo sus efectos en mí.

—Está bien Alessandra, pero antes de irnos, concédeme una pieza.

—No creo que pueda bailar.

—Vamos Aless, solo será una, —Extendió su mano hasta ella esperando una respuesta—.

—Está bien, pero luego nos vamos, —Respondió accediendo a su propuesta—.

La llevó al centro de la pista de baile y adoptaron la postura de baile, una melodía suave era tocada por los músicos del restaurante y Reth aprovechó la calidez del ambiente para besarla, subió sus manos hasta su rostro y rozó sus labios con los suyos haciendo que ella cerrara los ojos, dándole así un beso que solamente comprobó la prueba que Lucifer le había puesto.

—Lo siento, —Se excusó Alessandra alejándose de él—, es muy pronto para mí.

—Entiendo.

—¿Podrías llevarme a casa por favor?

—Por supuesto, —Un silenció incómodo se había colado entre los dos  y el mismo duró hasta que se despidieron, esa chica de verdad estaba enamorada de Alessandro y de Lucifer, ahora solo restaba ver con quién se quedaría, si con el hijo o con el padre, después de todo, ella ya había estado con los dos.

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Mirt "Amor, Dolor y Traición" Cap. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora