CAP 18: UN NUEVO ALIADO.

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(CÁNCER)

Sentía una gran pesadez en los ojos, quería abrirlos, pero no podía, veía luces de diferentes formas.

¿sería este un sueño?, ¿Qué este pasando? ¿Dónde estoy?

Tampoco podía mover la boca, mi cuerpo se sentía demasiado pesado como si la gravedad me afectara y me llevara de momento al suelo, no sentía mis extremidades solo un dolor en la cabeza que jamás había sentido, ya no me siento con el mismo brillo de antes no es igual...

Había experimentado dolores emocionales y físicos, pero no de esta forma, es como si yo fuera humano.

Escuchaba voces, pero tal vez estaba tan aturdido que ni siquiera podía distinguir unas palabras. Sigo en la tierra eso es fijo... estoy secuestrado.

Mis últimos recuerdos fueron cuando sentí el látigo quemarme y después se oscureció todo, no siento el látigo lo que es bueno... creo, pero, aun así, ¿Cuál era ese material?, nada puede hacernos daño. 

Intente moverme un poco, pero estaba atado de manos y pies, además la poca anergia que hay se agotaba no me daba para más. No lo voy a lograr... ya estoy perdiendo la batalla y saber que probablemente nunca volveré a ver a Escorpio.

¿Mi vida se baso solo en esto?, estar menos de un mes donde yo creí que seria libre por fin y otra vez las ataduras, pero esta vez con torturas, aunque no sintiera mis extremidades había otras partes de mi cuerpo que me dolían como nunca antes . Pero todo se resumen en que vivir mi vida por fin, fue de manera tan finita... que tal vez todo acabaría acá, nadie iba a poder encontrarme porque no sabíamos donde era el campamento y yo tampoco puedo darles alguna señal de donde estaba por que no tenia la fuerza ni para intentar escapar, ni siquiera pude decirle a Escorpio lo que siento por el y descubrir la respuesta al amor que siento o el enamoramiento que crece por él cada día. Pasar casi toda mi vida encerrado en esa habitación sin acceso a otras partes del castillo ya que solo pude salir el día de mi elección y mi llegada a la tierra, mis recuerdos sobre mi hogar son tan vagos que casi no recuerdo ni los colores, pero algo que jamás olvidare son mis 2 guardias que juraron guardarme lealtad hasta que ya no puedan, me da nostalgia de solo pensar que ni me pude despedir de ellos por ultima vez...

<<prometo que nos volveremos a ver, no importa si en la tierra o acá, pero no los olvidare y si puedo los llevare a la tierra conmigo o en caso de que se quieran quedar acá>>

Recuerdo perfectamente cuando vi la sonrisa en el rostro de los 2 y su única respuesta fue que esperaran a que yo llegué a casa por que probablemente no me lo permitan, reí al escuchar eso y sus rostros fueron los últimos que vi esa vez.

Escuchaba de nuevo esos ruidos y cada vez tomaban mas claridad y estaba empezando a distinguir algunas palabras de las bocas de esos hombres, no había ni una voz que me dijera que había alguna mujer cerca... mis oídos comenzaban a doler sentía como si un tapón saliera de ellos.

-¿Qué haremos cuando despierte?-pude distinguir las palabras perfectamente era una voz gruesa pero no tanto, al parecer solo estaba él y otra persona.

-no lo sé, ese bastardo no dijo en que proceder- hablo otro con fastidio en su voz-. No debe tener fuerza, el látigo debía sustraer todos sus poderes o algo así tengo entendió, si lo mantenemos atado con esas cuerdas no correremos peligro alguno- afirmo con un poco de duda en su voz.

Esa debe ser la razón por la cual no siento mis extremidades las cuerdas deben estar hechas del mismo material que el látigo que usaron para traerme acá.

-esto no me parece bien, de que nos sirve traerlo ¿no que nuestra población esta en contra de ellos?, esto es peligrosamente estúpido- dijo un poco nervioso.

AMOR ENTRE SIGNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora