Komori Motoya siempre ha sido esa persona que ha visto a los demás enamorarse, en cambio, él nunca ha sentido algo parecido como el amor.
Al menos no en serio.
Siempre ha sido ese amigo que apoya o aconseja e incluso ese con el cual llorar por tu...
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Komori Motoya no se considera una persona cursi... Bueno, no tanto.
Pero es que no se puede negar a un regalo ¿Verdad? Los regalos son lindos y casi siempre se dan por una buena razón.
Son un detalle bonito, así que no podía negarse.
—Son flores... —murmuró Komori observando lo que traía Washio en las manos.
—Ajá.
Los dos intercambiaron miradas silenciosas, sabía muy bien que Washio estaba con una vergüenza gigantesca porque desvió sus ojos enseguida cuando lo miró a él.
Komori se limitó a darle una pequeña sonrisa a Washio a su vez que tomaba las flores entre sus manos. Tras eso lo invitó a pasar a su departamento.
—Son tulipanes —mencionó Komori todavía admirando las flores en sus manos— ¿Sabes lo que significa?
Era un ramo del tamaño de su brazo, contenían tres colores: rojo, blanco y rosa.
Washio se sorprendió a lo que acababa de escuchar de Komori.
—La verdad es que no, la persona que me las dio solo me preguntó qué para quien era y bueno...
—Dijiste mi pareja —señaló alzando un poco las flores.
Pudo ver como Washio se rascaba la nuca un poco incómodo.
—Sí, algo así —se limitó a responder.
Decidió buscar un recipiente en donde colocar las flores, buscó un poco de agua y las dejó en medio de su mesa del comedor.
Esta vez quisieron almorzar juntos en su casa y después ver alguna película.
Esta semana la tenían libre, así que no tendrían que preocuparse por el entrenamiento del lunes.
—¿Y cómo sabes el significado?
Era el turno de Komori de sentirse un poco avergonzado. Solo un poco.
—Ah... Bueno, mi mamá tuvo muchos pretendientes y papá siempre le regala muchas flores en sus aniversarios o cuando es su cumpleaños, a ella le encanta. Además, esas son sus favoritas.
—Ya veo ¿Y qué significan?
Komori dirigió su mirada a las flores y luego a Washio.
Los tulipanes rojos se usan para declarar amor. Los tulipanes rosas para demostrar amor, atención y apego. Los tulipanes blancos son un símbolo de pureza, pero suelen usarse más que todo en las bodas.
—Es un símbolo de amor sincero —simplifica Komori—. También depende del color, pero se basa en eso... Amor sincero.
—Oh.
—¿Y eso que me regalas flores? —Komori se sentó e invitó a que Washio lo imitara—. No es mi cumpleaños o algo especial que yo sepa. Es bonito el gesto, pero no tenías que hacerlo.
Por unos segundos pudo apreciar como su compañero mostraba cierta duda en su mirada.
—Quería disculparme.
Eso lo único que hizo a fue a Komori mostrar confusión.
—¿Por?
—Por la otra vez, prácticamente te hice un berrinche y no está justificado.
Al escuchar semejante confesión lo hizo reír.
—Ah, el día antes del juego —recordó con calma—. Supongo que me abriste los ojos, pero sí... Tus comentarios me sorprendieron un poco.
Sabe que Washio no es de las personas que endulzan las palabras, ha estado lo suficiente con él para saber eso.
Tampoco es que le haya gritado o algo por el estilo.
—Ese día te quedaste callado y... —guardó silencio durante unos segundos—. Estabas un poco distante.
Komori empezó a jugar con los pétalos de los tulipanes con su mano derecha.
Su madre bromearía al ver que recibió flores, ella siempre se quejaba de que a Komori no suelen encantarle las flores.
Le da cierta tristeza que las corten y cuando se marchitan no hay nada que se pueda hacer, por eso su madre dice que los tulipanes son mejores que las rosas.
Aunque eso también tiene que ver que le gustan más, esa mujer es demasiado exigente.
—Yo... Supongo que me sorprendí —dijo tranquilamente, todavía jugando con las flores.
Se tensó un poco al sentir cómo la mano de Washio se posaba sobre la de él que estaba descansando sobre la mesa.
Fue un toque suave, completamente sutil como si una pluma pasara sobre sus dedos.
Aquella cercanía hizo que dejara de prestarle atención a las flores para centrar su mirada en su compañero, ninguno se apartó de la mano del otro.
—Es en serio, lo lamento.
Komori le dio una pequeña sonrisa.
—Está bien, no fue tan grave y te estás disculpando.
Washio se limitó a asentir.
—¿Te quieres quedar a dormir? —propuso Komori—. Total, mañana no tenemos que entrenar.
Su compañero se mostró pensativo, para después asentir con la cabeza.
—Sí, seguro. Aunque no traje nada.
—Está bien, te puedo prestar mi ropa.
—¿Crees que me quede?
Ahí Komori apartó su mano para darle un pellizco, Washio hizo una mueca apartando la suya con rapidez.
—Idiota, ni que fuéramos tan diferentes de cuerpo —habló con fastidio.
Washio le mostró una pequeña sonrisa entre sus labios.
—Eres un poco más delgado de espalda.
Al escuchar eso Komori solo arrugó el rostro.
—Ay, ajá. Ridículo.
Solo se limitó a golpearle el hombro.
Los dos se rieron un poco.
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Por asuntos personales es que subo tres caps jejejeje, porque tengo el presentimiento que todo se va a descontrolar la próxima semana y no me dará tiempo de subir como debería.