Komori Motoya siempre ha sido esa persona que ha visto a los demás enamorarse, en cambio, él nunca ha sentido algo parecido como el amor.
Al menos no en serio.
Siempre ha sido ese amigo que apoya o aconseja e incluso ese con el cual llorar por tu...
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A Komori casi se le cae el teléfono de sus manos al tratar de llamar a su primo.
Lo logra, pero la sorpresa y la tristeza mezcladas no son muy buenas cuando estás esperando con desesperación que te contesten una llamada.
Caminaba de un lado a otro, no quería quedarse en un sitio en específico porque posiblemente se pondría a llorar.
—Joder ¿Por qué llamas a esta hora? —se queja su primo.
Komori había olvidado la hora que era, pero esta vez no le importaba en lo más mínimo.
—¡Eres un idiota! —le grita Komori con gran molestia.
Puede escuchar con claridad a Atsumu burlándose como sonido de fondo, de seguro hizo una cara chistosa al oír que su primo lo estaba insultando.
—¿Y a ti qué te pasa? —responde con una pregunta, de manera brusca.
—Joder, de haber sabido que esta mierda iba a doler tanto ni lo intento —murmura Komori sentándose en el sofá de su sala—. Ya no parece una exageración que se te va el aire de los pulmones y te dan ganas de morir.
—No te entiendo ¿De qué hablas? —habla Kiyoomi entre molesto y consternado—. Y sé claro o sino te tranco la llamada...
—¡Me terminó! —grita Komori entre lágrimas — ¡Washio me terminó!
Bueno sí, ya está llorando.
Komori Motoya es un llorón de primera desde que tiene memoria, su hermana mayor siempre se burla de él por eso; lo que lo conforta es que su madre siempre le da el regaño de su vida a su hija mayor por burlase de cosas como esas.
—¿Qué dijiste? —es lo que puede formular Kiyoomi después de 5 segundos de silencio—. Motoya, repite lo que acabas de decir.
La voz de su primo se escucha más que molesta, aunque también oye sorpresa.
—¡¿Es que tú no escuchas o qué?! —se queja él en voz alta—. Me terminó, me botó, me dejó... ¿Ahora si lo entiendes?
Siente como su pecho se comprime y casi lo asfixia, de haber sabido que esto se parece a morirse ni siquiera lo intenta.
Su primo solo guarda silencio al otro lado de la llamada mientras lo escucha llorar.
Ya para ese momento no aguantó las lágrimas.
No sabía si de la rabia que le estaba dando por el hecho de que la actitud de Kiyoomi era indiferente o porque ni siquiera le pudo decir a Washio que le gusta.
O tal vez todos los sentimientos que estaba sintiendo en este preciso momento no tenían ningún otro culpable más que él, toda esa rabia hacia los otros dos individuos realmente era para él, porque simplemente aceptó todo en silencio y dejó que la persona que le gusta se fuera.
