Epílogo

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Solo pasaron veinte minutos de juego y ya estaba en la banca

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Solo pasaron veinte minutos de juego y ya estaba en la banca.

Esto es increíble, de verdad.

No podía creer que el golpe un balón le pudiera doler tanto y que su nariz sangrara como si de una fuente se tratara debido a eso. Al menos su nariz no estaba rota, aunque eso no significaba que no le doliera y siguiera sangrando.

Tuvo que ponerse un trapo para poder parar el sangrado. Ya estaba mejor, pero le seguía doliendo bastante.

Se sentía un poco mareado, también.

Cuando Washio recibió el golpe, sus compañeros de equipo se veían preocupados por él y a Motoya estaba que le daba un infarto.

No solo fue que el balón le dio tan fuerte en la cara que cayó de trasero y cuando se levantó casi se tropieza porque le dio un fuerte dolor de cabeza; fue la persona que lo remató lo que hizo que Motoya casi se muriera de la vergüenza.

—¡Kiyoomi, te voy a matar! —gritaba con furia Motoya.

Pidieron unos minutos para ver si Washio podía volver a jugar, pero el entrenador no estaba muy seguro. También se estaba discutiendo si era una falta o no.

—Ya te dije que fue un accidente —responde el primo de este al otro lado de la cancha—. No fue mi intención.

Mentira. Desde hace tiempo Sakusa lo quería molestar con otra cosa que no fuera su mirada iracunda en cada reunión en la que se encontraban y tras saber que Washio hizo llorar a Motoya; por supuesto que se la iba a cobrar.

Tal cual como dijo Bokuto, no lo hizo directamente; pero sí le dio un buen susto. Entendió la advertencia, no necesita otra. No vaya a ser que la próxima vez de verdad contrate a un sicario para asesinarlo.

Tampoco es que exista una próxima vez en donde vaya a provocarle llanto a su novio, pero mejor prevenir que lamentar.

Como todos los equipos son los primeros en saber los chismes, la mayoría del equipo contrario trataba de aguantar la risa. Bokuto se veía a lenguas que quería pasarse al otro lado solo para ver cómo estaba y Miya Atsumu se mordía los labios para no reírse. Quien no aguantó la risa fue Suna. El muy desgraciado tuvo que agarrase del estómago por reír tanto.

Motoya era quien estaba a su lado y le había pedido que se sentara en la banca, casi se le sale el alma del cuerpo cuando el remate de su primo le dio a Washio en la cara.

—Es que de verdad... —comenta Motoya irritado—. No puedo con él, en serio.

Se veía que le iba a dar algo si seguía como estaba, así que decidió tratar de calmar las cosas. Aunque también iba a fastidiar a cierta persona.

Dos pueden jugar ese juego.

—Amor, estoy bien —le dice a Motoya tomando su mano—. No duele. Bueno, no tanto —admite después.

Su novio se muestra levemente sorprendido y se avergüenza por el apodo.

—Te dije que no me dijeras así en los partidos, me da pena.

Washio se encoge de hombros y toma las manos del contrario.

—Yo te quería llamar "cariño", pero te pones como un tomate.

Ve como Motoya arruga su nariz y sus orejas se ponen rojas.

—No me gusta, siento que estamos casados.

—¿Te quieres casar? —bromea él.

—¡Hey!

Su novio le llama la atención. No es por la propuesta, él suele bromear con eso y Motoya siempre le dice que es demasiado apresurado; le grita es porque lo dijo en voz alta.

Y esa era la idea. Ve cómo Sakusa casi se tropieza con sus propios pies.

De ese detalle solo se dieron cuenta Bokuto y Atsumu, esta vez ninguno aguantó las risas. Aunque nadie es tan descarado como Suna que vuelve a reírse a carcajadas y esta vez casi se cae.

—¡Suna Rintarou, si no le pones seriedad al asunto te saco del juego de hoy! —reclama su entrenador.

Ya para ese momento Suna recobró la compostura.

—Es broma —le responde Washio a Motoya.

—Pero si quieres no —le sigue el juego Motoya divirtiéndose levemente.

—Ya me conoces.

Los dos se ríen un poco.

—De verdad lo siento —se disculpa su novio con una mueca y pasando una mano por el rostro de Washio—. Me gustaría darte un beso, pero mejor no.

Se vuelven a reír.

Washio aprieta su agarre de la mano que todavía está entrelaza con la de Motoya.

—Estoy bien, en serio.

Komori Motoya le da una pequeña sonrisa, se acerca y le da un beso en la frente. Tras eso, suelta sus manos y vuelve a la cancha.

Washio sabe que su novio es más de acciones, es el más cariñoso de los dos; en cuanto a él, solo le gusta afirmar las cosas con las palabras.

Nuevamente se escuchan más risas, pero esta vez es del equipo contrario. Ve como Atsumu sacude por los hombros a Sakusa.

Washio simplemente se encoge de hombros. Él no es como Komori: no se debe llevar de maravilla con todo el mundo. Con tal de tolerarse, para él todo bien.

No es que Sakusa y él se lleven de la patada, pero tampoco es que sean los mejores amigos del mundo. Según Suna, Washio y Sakusa tienen la misma relación que Osamu y Sakusa; siempre quieren la atención de la persona que tienen en común.

Y, según Motoya, solo tiene que tener paciencia para que Sakusa se acostumbre a él; aunque Washio ve bastante distante ese día. Pero le da igual.

Solo observa a su novio jugar y espera que Sakusa Kiyoomi un día de estos no lo mate. Aunque vale la pena si sigue cómo está con Komori Motoya, y ver que su sonrisa usualmente se la dirija a él.

Es más que suficiente para estar a su lado, ver que le sonríe a él.

No estaba tan mal, ¿verdad?

Fin.

NO PUEDO CREERLOOOOOO

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NO PUEDO CREERLOOOOOO

Ya terminé este libro, muchísimas gracias por la paciencia.

He tardado más de lo que hubiera deseado sinceramente, pero espero que les haya gustado porque lo hice con mucho cariño porque Komori es un personaje con el de verdad te puedes identificar.

Tengo ganas de llorar, voy a extrañar escribir sobre Komori de verdad.

En unos momentos subiré el extra, no se preocupen.

Y también los agradecimientos claro.

Sin nada más que decir...

Nos leemos ❤️

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