Komori Motoya siempre ha sido esa persona que ha visto a los demás enamorarse, en cambio, él nunca ha sentido algo parecido como el amor.
Al menos no en serio.
Siempre ha sido ese amigo que apoya o aconseja e incluso ese con el cual llorar por tu...
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—Yo dormiré con Sarukui —indicó Suna apenas se bajó del autobús.
—¿Y por qué me abandonas? —se quejó Komori mientras bebía de su agua.
Él y Suna siempre comparten habitación cada vez que van a otra ciudad a jugar, era una especie de pacto no escrito.
Y ahora solo lo traiciona para joderle la vida. Tan desgraciado Suna Rintarou.
—¿Qué? —se sorprendió el otro involucrado—. Pero siempre duermes con Komori.
—Pues que vaya con su novio.
Komori estuvo apunto de lanzarle la botella de agua, pero decidió que no desperdiciaría energía por algo como eso.
Ya estaba acostumbrado a las provocaciones de Suna. Además, si lo golpeaba podría abollar su termo.
—Hijo de puta —soltó con rabia Washio.
Al escuchar semejante queja Komori abrió los ojos como platos y casi se ahoga con el agua que estaba bebiendo de su termo.
¿Tan malo era dormir con él? Porque casi siempre en el equipo hay una especie de pacto no escrito entre los compañeros de habitación y es que usualmente no se cambian.
Y si no había cambios era porque simplemente cada quien tenía su habitación, pero eso casi nunca pasa. Y el compañero de Sarukui es Washio así que tenía un poco de sentido su molestia.
—Lo soy, pero eso no viene al caso —respondió Suna sin más—. Y le diré al capitán que Sarukui y yo dormiremos en la misma habitación.
Luego de decir eso se fue directamente a donde estaba el capitán del equipo y detrás de él estaba un Sarukui muy molesto.
Lo que realmente le sorprendió fue que Suna caminara un poco más rápido de lo normal, tal vez le tuvo un poco de miedo a la reacción de Washio.
No lo cree muy razonable, pero al menos Suna debe tener un poco de decencia cuando sabe que debe dejar de molestar a otras personas.
Komori observó de reojo a Washio y este se mostraba un poco anonadado, pero seguía su molestia en su mirada.
—¿Pasa algo? —preguntó y agregó— ¿Tan malo es dormir en la misma habitación que yo?
—Por supuesto que no —negó Washio rápidamente—. Pero Suna me tiene harto.
—Bueno sí, sus bromas suelen ser muy pesadas.
—Pero me perturba un poco que no se inmutara con el insulto —admitió Washio—. Debí decir otra cosa, pero en serio me tiene los nervios de punta.
Bueno, no sabe si Suna se sorprendió, pero Komori sí se llevó una gran sorpresa.
De seguro Washio ya estaba frustrado de todas las cosas que le hacía pasar Suna, así que Komori comprendía al menos un poco de su frustración.
