Komori Motoya siempre ha sido esa persona que ha visto a los demás enamorarse, en cambio, él nunca ha sentido algo parecido como el amor.
Al menos no en serio.
Siempre ha sido ese amigo que apoya o aconseja e incluso ese con el cual llorar por tu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Komori sonreía con gran alegría mientras era abrazado y recibía las felicitaciones de sus compañeros del equipo nacional de Japón.
Todavía portaban el uniforme del equipo, pero eso era lo de menos.
Lo más interesante de la situación era el pastel que era cortado en estos momentos por Iwaizumi Hajime, el pobre hombre trataba de callar a los jugadores más energéticos.
Y Komori, en parte y de manera silenciosa, agradecía que el pastel fuese simplemente de zanahoria; ellos no podían comer algo tan pesado en la noche.
Todos y cada uno de los juegos eran sumamente importantes y todos los jugadores de la selección deben estar en las mejores condiciones.
Komori se sentiría muy mal si algo le pasara a alguno de sus compañeros por haberle caído mal el dulce que estaban a punto de saborear, aunque también deseaba darle un mordisco a su pedazo porque hace bastante que no come algo dulce.
La dieta que les puso el entrenador más joven del equipo nacional es de temer, más bien es un milagro que haya dejado pasar esta clase de cosas.
—Realmente les agradezco este detalle —agradeció Komori—. Es muy lindo a pesar de estar tan ocupados en este momento.
—Feliz cumpleaños, Komori-san —dijo Hinata con amabilidad.
—¡Moya! —expresó Bokuto Koutarou abrazándolo por los hombros—. Un cumpleaños es un cumpleaños, son muy importantes. Significan un año más de vida.
—O un año más cerca de tu muerte, como tú quieras verlo —comentó su mejor amigo, Suna Rintarou, mientras observaba su teléfono—. Por cierto, sonríe, nuestros seguidores quieren saber cómo estás.
Después de eso le tomó una foto con Bokuto todavía abrazándolo por los hombros.
—¿Acaso no entiendes que eso está fuera de lugar? —cuestionó Aran—. No seas grosero.
—Solo estoy jugando, él lo sabe.
Al escuchar eso Komori soltó una carcajada, adora las ocurrencias que a veces llega a tener Suna, su personalidad llega a ser muy peculiar en muchas ocasiones.
—¡Un momento! —pidió Miya Atsumu callando a todos los presentes— ¿Qué pediste, eh?
—¿Ah? —mostró confusión en su voz Komori.
—Qué deseo pediste, dah —dijo Atsumu.
—¡Tsum-Tsum no puedes preguntar eso! —se quejó Bokuto—. Si lo dice no se hará realidad.
—¿Eso es verdad? —preguntó Kageyama.
—Es lo que dicen —respondió Ushijima.
—De seguro es tener pareja, ha estado solo desde el día de su nacimiento —informó su primo—. Ya le hace falta.