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XVI

Cuando el menor paró de sollozar ya no se sentía con la voluntad suficiente para ver a Zhongli. Se había roto completamente en ese momento y sus lágrimas caían de sus ojos sintiéndose como el ser humano con la peor suerte del universo. Probablemente el contrario no soportó verle así y ofreció un abrazo que jamás creyó necesitar, pero que se sentía tan bien viniendo de Zhongli que ahora ya no estaba seguro de querer apartes y afrontar que sigue siendo solo un niño.

Sin siquiera decir nada, Zhongli se separó de él y con sus manos limpio el rostro del menor mientras esté trataba de no hacer ningún contacto visual con él. Estaba avergonzado.

—Childe —llamó una vez el contrario, pero no quiso mirarlo. —. Childe, mírame.

Apenas lo hizo la mano derecha de Zhongli lo tomó del mentón de manera delicada, obviamente para hacerle mirar su rostro, pero al mismo tiempo no queriendo ser rudo con él. Tal vez era la primera vez que se sentía a salvo con un gesto tan simple como ese.

—Lo siento, de verdad —comenzó para después reír apenas. —. No tenías porque verme así.

—No digas eso —negó. —, no tiene nada de malo. Aprecio que me hayas dicho lo que sientes y compartas tus problemas conmigo. Pero no tienes que mirar abajo, eso solo hará que el mundo te vea derrotado y no quieres eso, ¿cierto?

Negó lentamente y Zhongli sonrió. En todo ese rato nunca dejó de tocarle, pero no era molesto y para sopresa del mayor, la mano de Childe se colocó sobre la suya tal vez diciéndole que no deje de hacerlo.

Su otra mano alejó uno que otro cabello rebelde de manera juguetona, esto con el propósito de hacerle reír al menos un poco y hacerle olvidar lo que había sucedido. Los ojos de Childe ahora no dejaban de verlo, sus ojos azules profundos con el océano lo hacían sentir completamente transparente que también quedó un tanto hipnotizado, para cuando quiso alejarse y sus manos se detuvieron ya podía sentir el aliento del contrario chocando con el suyo.

Se detuvo, no llegó a hacer lo que su cuerpo por inercia estaba haciendo y giró su cabeza para alejarse después.

—Yo... —dijo en murmullo y de manera torpe llevó una de sus manos a su rostro tratando de ocultar su vergüenza. Zhongli no dejó de observarlo y mantenía una expresión pacífica en su rostro.

Su mano alejó la de él y Childe quedó sorprendido para después regresar su vista a él. Con esa misma expresión ahora era Zhongli quien se acercaba a él, provocó que el menor cerrara sus ojos esperando el contacto y cuando lo hizo su cuerpo se relajó.

Los labios de ambos no se movieron, solo fue un tacto que duró unos segundos, pero Childe juraría que no fue así. El tiempo por un corto periodo se detuvo. Abrir sus ojos le hizo volver a la realidad.

—Llamame si me necesitas.

Soltó su manos y Childe se sintió desprotegido de nuevo, fue una extraña sensación que no deseaba experimentar.

—No te vayas —pidió antes de que Zhongli se marchara, lo tomó de su brazo sin mucha fuerza y Zhongli se detuvo para después darse la vuelta. —. Por favor, no te vayas.

—Te dije que me llamaras si me necesitabas, jamás dije que tenías que llamarme por teléfono.

Ese comentario hizo que el ojiazul riera por lo bajó y caminó hasta colocarse frente a él. Zhongli noarecia curioso y expectante sobre lo que haría el menor pues era la primera vez que le veía tan vulnerable y por supuesto que jamás pensaría en aprovecharse de eso, simplemente dejaría que Childe hiciera lo que quisiera si es que es lo hacía sentir mejor.

Su cuerpo se movía de manera inconsciente de nuevo, no quería sentirse como hacía un momento y no podía negar que ese simple tacto había sido realmente dulce a su parecer. Sabía que para el día de mañana estaría arrepintiendose, pero depósitó toda su confianza en Zhongli que dudaba el que este pudiese hacer o decir algo que lo dañara. Es por eso que ahora él quería devolver ese gesto y el mayor no iba a negarselo de ninguna manera.

El problema fue cuando supo que ya no iba a poder detenerse.