XXXIII

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Para el momento en que los cuatro se encontraron fue una situación algo graciosa de cierta manera. Primero porque en el momento en el cual Kaeya le dijo a Diluc que tenía tiempo viviendo con Zhongli se puso un tanto a la defensiva, no sabía si tranquilizarlo o reír ante esa reacción porque pudo leerlo fácilmente con solo ver su rostro y segundo, una vez que el pelinegro lo vio se cruzó de brazos y desvió la mirada en cuanto recordó que Childe le mencionó que estaba enamorado de Diluc.

—¿Por qué vives con él?

—Luego te explicaré —habló Kaeya aguantando una risa al verlo molesto. —. Pienso que es prudente que hables primero con Childe.

El nombrado abrió sus ojos ligeramente y Diluc volteó a verlo asintiendo. Zhongli de inmediato se colocó en frente del pelirrojo y lo miró serio, ahí fue cuando el menor de todos los presentes le pidió que dejara hablar a solas con su amigo. Cómo eso no funcionó, Kaeya se encargó se llevárselo a la fuerza de la habitación.

El nerviosismo en Childe era imposible de ocultar. El contrario suspiró creyendo que era prudente hablar él primero y así fue.

—Lamento, Childe. De verdad que lo siento demasiado.

—N-no te disculpes, yo tuve la culpa en primer lugar —rió levemente aún sin poder mirarlo directamente a la cara. —, no pensé en absoluto que esto pudiese pasar.

—No hablo de lo que sucedió —el contrario está vez si logró verlo con su rostro lleno de sopresa. Estaba con los brazos cruzados y su rostro parecía demorar algo que no podía leer. —, hablo de tus sentimientos.

—¿Mis sentimientos? Oh, pero...

—Te lastimé y jamás me di cuenta de ello.

—Diluc, no pasa nada —sonrió levemente. —. Sabía igualmente que quizás no podríamos ser nada y tampoco quería obligarte, así que no pasa nada. Yo entiendo que te gusta Kaeya y me alegra mucho que estes con él, es un buen chico.

—Un día te pagaré todo lo que has hecho por mi. —dejó salir con una media sonrisa.

—Si, me debes mucho, ¿sabes? —bromeó y se levantó de su lugar. —Quisiera abrazarte, pero seguro los que están escuchando detrás de la puerta vayan a matarnos.

Tal y como dije, ambos estaban detrás de la puerta atentos a todo lo que decían los dos en la habitación. Una vez Childe dijo aquello se escucharon pasos alejarse y para cuando salieron del luegr, una sonrisa estaba dibujada en el rostro de Kaeya que de inmediato notaron ser falsa y efectivamente, escuchó todo.

—No faltará mucho para que Crepus aparezca.

—¿Cómo podría saber que está aquí? —pregunto Kaeya confundido por el comentario de Childe.

—Es correcto —afirmó el pelirrojo. —, mi padre puede hacer lo que sea para encontrarme. Tenía contemplado eso cuando llegamos.

—¿No puedes hablar con él?

—No quiero verlo por ahora, pero estoy seguro que aparecerá en cualquier momento. —Diluc respondió a la pregunta de Childe casi de inmediato.

—Conoce a Ningguang —participó está vez Zhongli mirando a Kaeya. —. El host no da información de los empleados, pero con unos cuantos ceros no será difícil en que ella suelte todo lo que sepa de ti.

—Sinceramente, dudo que ella pueda darle información o cualquier otro en el host después de que habláramos la última vez. Parece que no es tan mala después de todo... — Kaeya pausó unos segundos. —Aunque eso no quiere decir que no hable por dinero.

—Salir ahora también será un problema si nos ven a los tres, llamaremos la atención.

—Los medios no me conocen —habló tranquilamente Zhongli. —. Puedo encargarme junto con Jean de encontrar una manera de que no molesten por un tiempo. En todo caso, sería mejor si Diluc hablara con su padre porque no pueden quedarse aquí.

—Tenemos una vida. —agregó el menor de todos y asintieron ante eso.

—Hablaré con Ningguang en cuanto pueda —la voz llena de seguridad de Kaeya llamó la atención de los presentes. —, le pediré que me diga todo si es que Crepus habla con ella.

—Opino lo mismo que Zhongli —los ojos azules de Childe se posaron en el pelirrojo. —, habla con él. No va a escuchar a nadie más que a ti.

Hizo una pequeña mueca antes de hablar. —Lo intentaré.

—Entonces... —la vista se posó en Kaeya. —¿Childe fue la razón por la cual me preguntaste sobre manga?

—¿Manga? —preguntó el cabellos anaranjados mirando confundido a Kaeya quien asintió.

—Si, un día me preguntó sobre eso y fue extraño porque tiene gustos de un abuelo. Quiero decir, ¿por qué te interesaría el manga de un día a otro?

—Callate. —interrumpió el pelinegro cerrando sus ojos.

—¿Eso es cierto?

Zhongli no dijo nada ante la pregunta de Childe. Desvió su rostro a cualquier lado y después de unos segundos asintió.

Kaeya soltó una risa escandalosa. Disfrutaba verlo así de tímido mientras el menor a su lado ocultaba su risita con una de sus manos y notandose avergonzado.

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